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miércoles, 18 de mayo de 2016

Poderes ocultos: Talismanes y Hechiceros

                    

                              LA   MUERTE 


 UN TEMA QUE AÚN GOLPEA ANHELOS Y AFLIGE SENTIMIENTOS


El hombre contemporáneo, que investiga desde el micro al macrocosmos,se tambalea ante los vestíbulos de la sepultura con la misma amargura de los egipcios, los griegos y los romanos de épocas remotas.
Los milenios que arrasaron las civilizaciones y refundieron pueblos, no transformaron la emblemática expresión del túmulo,  infinito punto de interrogación, la muerte continúa hiriendo sentimientos y torturando inteligencias. El hombre ha sentido perturbación y temor ante la expectativa de la muerte. Y ese recelo ha sido alimentado por una mezcla de falsos conceptos religiosos, sentido común y creencias personales arraigadas.
El problema del miedo a la muerte es que puede impedir que se tenga encanto por la vida y minar la confianza de que la vida tenga un mayor significado. Las religiones textualistas son especialmente responsables por generar una serie de fobias y mitos respecto al inevitable viaje al túmulo. La mala educación religiosa ha dejado a muchas personas confusas respecto a la situación de los muertos en el más allá. Los destinos, que incluyen el cielo, el infierno, el purgatorio y el limbo, van desde lo misterioso hasta lo absolutamente asombroso. Por otro lado, la obra Death-The Final Stage of Growth, afianza que la muerte es una parte integrante de nuestra vida. Es normal y el fin natural de todos los organismos vivos. Tal creencia materialista, a su vez  viene fomentando una filosofía nihilista y el comportamiento pesimista.
Hay personas que sufren de tanatofobia (recelo mórbido de la muerte). Psicólogos tienen examinados los efectos mentales y sociales causados por pensar en la muerte. Según algunos, pensar en la muerte nos vuelve más racionalistas, más preconceptuosos y refuerza actitudes iglesieras o inconscientemente religiosas, tanto como afectan las creencias políticas. Narran que la muerte nos deja más punitivos y conservadores. El recuerdo de la muerte alimenta el deseo de fama comunmente asociado a una inmortalidad simbólica, de ahí la búsqueda de la inmortalidad en tales academias de letras.
¿ Habrá que pensar más en la muerte nos puede volver más punitivos y preconceptuosos?. Tal vez en algunos de tales efectos  pueda ocurrir precisamente porque estén desacostumbrados a pensar y hablar sobre la muerte. Entendemos que pensar diariamente sobre la inexorable ley de la desencarnación, pos puede volver más sobrios ante los desafíos del día a día. Reconocemos además de eso que el vivir intentando ocultar en la consciencia futura la desencarnación, demuestra una evidente pusilanimidad ante los necesarios obstáculos de la reencarnación.
El  problema del miedo a la muerte es que puede impedir que tengamos la libertad y el placer de vivir. De ahí el conforto que la Doctrina Espírita nos trae, al instruir sobre la vida del espíritu aquí y en el más allá. Somos espíritus eternos, nuestra vida no comienza ni termina en una única existencia. De la misma forma, las legítimas afecciones lo son para siempre. Las afecciones no mueren con la desintegración del cuerpo físico. Los sentimientos no pertenecen al cuerpo, sino en el alma, y los llevamos con nosotros. La muerte apenas dilata las concepciones y nos aclara la introspección, iluminándonos el sentido moral, sin resolver obviamente de manera absoluta, los problemas que el Universo nos propone a cada paso, con sus espectáculos de grandeza.
La desencarnación es la única regla para la que no hay excepción. Todos pereceremos, por tanto no podemos eludir el pensamiento tratando de camuflar ese impositivo de la naturaleza. Por eso, permitamos que el pensamiento sobre la muerte, conponga de forma ininterrumpida y serena nuestros estados mentales, reflexión sin la cual estaremos desaparejados para la desencarnación o hasta despreparados para enfrentar con resignación la muerte de nuestros seres queridos.
La muerte física no es el exterminio de las aspiraciones y anhelos de bien, pero es el ingreso para la existencia auténtica, para la vida real. ! Sí ¡. La existencia física es ilusoria, fugaz y transitoria por demás. La separación del cuerpo por la muerte, no es una anomalía de la naturaleza; simplemente se transfiere de la dimensión física a la espiritual. Todavía, efectivamente, importa recordar que morir (término de la vida biológica) y desencarnar (desligamiento del periespíritu), son fenómenos que no siempre acontecen simultáneamente. Los intervalos de tiempo para desligarse del cuerpo varían para cada Espíritu. Para unos puede ser más demorado y para otros pueden ser pasajes ligeros.
Nuestras acciones tejen asas de liberación o grilletes de cautiverio para nuestra victoria o nuestra pérdida. La mayor sorpresa de la muerte física es la de ponernos de cara con la propia conciencia, donde edificamos el cielo. nos estacionamos en el purgatorio o nos precipitamos en el abismo infernal. En ese sentido a nadie debemos el destino, sino a nosotros mismos.
El intervalo de tiempo entre la muerte biológica y la desencarnación, tienen relación directa con los pensamientos y acciones practicadas en cuanto encarnados. Nadie topará con un cielo o un infierno del lado de allá, por cuanto que el "Empíreo" y la "Geena " son contenidos  mentales construidos aquí en el plano físico. Después de el fenómeno de la desencarnación cada Espíritu se encontrará con la cárcel o la libertad de conciencia y que se merece como el fruto del desaliño o de la disciplina mental que cultivó durante la experiencia  física.
  Son indescriptibles flagelaciones en el más allá, que van de la inconsciencia discontínua a la locura completa, se enseñorean de las mentes torturadas, por tiempo variable, conforme las atenuantes y agravantes de culpa, induciendo a las autoridades superiores a internarlas en el plano físico (reencarnación), como enfermos graves, en células físicas de breve duración, para que de rehabiliten gradualmente, con la justa cooperación de los Espíritus reencarnados, cuyas deudas  con ellos se salden. Las deudas  que se hundieron en los excesos, los vicios, los placeres mundanos, acuñan intensas impresiones y vínculos magnéticos en la materia, y únicamente alcanzarán la liberación de esos lazos después de un intervalo de mucho tiempo. Recordando que después de la ruptura de los embarazos magnéticos que lo esposaban a la vida física,padecerá en el más allá, por tiempo indefinido, los tormentos diseminados en las vías de sus experiencias en el mal ( he aquí el símbolo del infierno).
Y los que viven con más dedicación las cosas del Espíritu, encontrarán mayores elementos de paz y felicidad en el futuro. Todos los que lograron aprovechar la encarnación sin vicios ni apegos, los que cumplan la ley del amor, adquieren lazos magnéticos menos densos, prendiendo al Espíritu al cuerpo. En ese caso la desencarnación será rápida, proporcionando la adecuada libertad, incluso antes de su consumación. Para los que sufren más, en razón de su renuncia a los apelos de la vida mundana, la muerte es un remanso  de tranquilidad y de esperanza. Encontrarán en el más allá, la paz ambicionada en sus días de lágrimas torturantes ( ahí está la metáfora del cielo) 
Jorge Hessen
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     Reencarnar no es fácil 


Para comprender la ley de la reencarnación, es inevitable aceptar la inmortalidad del alma, ya que en una sola existencia el Espíritu no puede adquirir la sabiduría y la perfección. Por eso, nos dicen los Espíritus de la Codificación en la respuesta a la p. 132 El Libro de los Espíritus, que: «Dios impone la encarnación con el objetivo de que lleguemos a la perfección. Para unos es una expiación, para otros una misión. Pero para alcanzar esa perfección, deben soportar todas las vicisitudes de la existencia corporal. (…) La encarnación tiene también otro objetivo que es, el de poner al Espíritu en condiciones de cumplir con su parte en la obra de la Creación, para cuya realización toma en cada mundo un cuerpo en armonía con la materia esencial de ese mundo, cumpliendo así, bajo este aspecto, las órdenes de Dios, de tal manera que concurriendo para la obra general, él mismo progrese también». 

La Doctrina Espírita esclarece en El Libro de los Espíritus, que hemos sido creados por Dios, simples e ignorantes, «ya que todo se eslabona en la Naturaleza desde el átomo primitivo hasta el arcángel, pues él mismo comenzó en un átomo». (Respuesta a la pregunta 540) Léon Denis, en su obra El problema del Ser y del destino, cap. XVIII, nos dice que: «La ley de los renacimientos rige la vida universal. Con un poco de atención, podremos leer en toda la Naturaleza, como en un libro abierto, el misterio de la muerte y de la resurrección». 

A través de la psicografía del médium Francisco Cândido Xavier, el Espíritu André Luiz, en sus obras que son complementarias a la Codificación, se esforzó en ser un reportero para los espíritus reencarnados de la Tierra, bajo orientación de Espíritus más elevados. Presentando detalles de la reencarnación de Segismundo en su libro Misioneros de la Luz, nos invita a comprender y respetar el inmenso esfuerzo de técnicos especializados en la reencarnación que trabajan desde el plano espiritual, que trabajan con amor y dedicación, facilitándonos el cumplimiento de nuestro programa de crecimiento espiritual. Un detalle precioso, conmovedor, de sentimientos muy elevados sobre la sublimidad del amor que prevalece en el Universo, lo destaca el autor espiritual cuando comenta que: «Los Espíritus Constructores en esos primeros días delicados, desarrollando un sistema de garantía en la organización celular; a veces, en la formación preliminar de los órganos más importantes, se concentran en una oración suplicando las bendiciones de Jesús, siempre que eso acontecía, procedían de lo Alto, luces que brillaban derramándose por todo el cuarto, incentivándoles la acción». 

El libro Nuestro Hogar, del mismo autor espiritual, en el capítulo 28 “En servicio”, nos habla del esfuerzo de Laura, la enfermera dedicada que trabajaba en las Cámaras de Rectificación con mucho amor y compromisos elevados. Esperando la oportunidad de reencarnar en la Tierra, solicitó orientación a la Ministra Veneranda, que le recomienda trabajar durante diez años en ese departamento, para corregir ciertos desequilibrios del sentimiento, realizando así un trabajo previo de una reforma interior, la misma que nos ofrece como orientación el Espíritu San Agustín en la respuesta a la p. 919 en El Libro de los Espíritus. El esfuerzo de Laura nos lleva a presentar de forma muy general y resumida los pasos que se establecen en el mundo espiritual (nuestra verdadera casa), de la siguiente manera: 

1. Trabajar por un tiempo en nuestros reajustes del sentimiento. 
2. Adquirir merecimiento para poder solicitar una reencarnación. 
3. Esperar las condiciones más apropiadas con quienes vamos a compartir la experiencia en la Tierra, para que sea provechosa para todos. 

Recurriendo a la expresión del Espíritu Manoel Philomeno de Miranda, en su libro Cuadros de la obsesión, capítulo 29, psicografiado por el médium Divaldo Pereira Franco, que dice lo siguiente: «El compromiso de la reencarnación no es un viaje al país de la futilidad, especialmente para los que están muy comprometidos con tareas interrumpidas y tienen, en el pasado, el camino cubierto de víctimas». 

La gran mayoría de quienes reencarnamos en este mundo de expiación y prueba, lo hacemos para corregir el comportamiento con nuestros semejantes, por el mal uso de la ley de libre albedrío. La espiritista brasileña Yvonne Amaral Pereira presenta la experiencia del Espíritu Camilo Castelo Branco, autor del libro Memorias de un suicida, cuando se preparó por un tiempo en una colonia espiritual correccional para suicidas, dirigida por María de Nazaret, participando de cursos preparatorios con asignaturas como: Moral, Filosofía, Ciencia, Psicología, Pedagogía, Cosmogonía y el idioma Esperanto. Como podemos ver, no existe la ociosidad en el mundo espiritual, y sí la evolución constante del Espíritu, que no cesa en su camino de aprendizaje. Camilo comprendió el verdadero objetivo de la reencarnación, observando a sus compañeros reencarnados en la Tierra, decididos a la reparación de sus comportamientos equivocados. Por eso, nos dice Manoel Philomeno de Miranda, en su libro Locura y Obsesión, cap. 6, que: «La reencarnación es la única llave segura para la ecuación de casi todos los problemas que afligen al ser humano, simbólica “escalera de Jacob” para concedernos los felices altiplanos de la vida».

Como reencarnar no es fácil, no podemos olvidar la situación apremiante que vivimos en la actualidad, comprometiendo las reencarnaciones de quienes desde el mundo espiritual se disponen a vivir la experiencia terrestre, siendo impedidos a hacerlo por el aborto, un tema muy discutido y no comprendido aún en profundidad. Sin embargo, en El Libro de los Espíritus, encontramos la inquietud del codificador Allan Kardec sobre este tema cuando presenta la pregunta 358: ¿Es un crimen el aborto provocado, cualquiera que se la época de la concepción? Los Espíritus respondieron: «Existe siempre crimen cuando violáis la ley de Dios. La madre o cualquier persona, cometerá siempre crimen, quitando la vida al niño antes de nacer, porque le está impidiendo al alma soportar las pruebas, cuyo instrumento había de ser el cuerpo». 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó en el año 2012, la segunda edición traducida al español de la obra titulada: Aborto sin riesgos: guía técnica y de políticas para sistemas de salud, revelando los siguientes datos: Se estima que cada año se realizan 22 millones de abortos en el mundo en forma insegura, lo que produce la muerte de alrededor de 47.000 mujeres y discapacidades en otros 5 millones de mujeres. En España tenemos la siguiente situación: es un país cuya demografía es regresiva, tiene una de las natalidades más bajas del mundo y envejece a pasos agigantados. La mayoría de las mujeres que abortaron en España, entre 2002 y 2011, tenían entre 20 y 24 años, de acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Sanidad publicadas en su página web, que recaban datos desde el año 2002. Además, entre 1992 y 2011 se registraron 5.087 abortos en menores de 15 años y 204.112 en jóvenes de entre 15 y 19, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). 

El libro Francisco de Asís, psicografía del médium João Nunes Maia, por el Espíritu Miramez, invita a la reflexión de lo que podemos llegar a alcanzar con nuestro esfuerzo de autoiluminación. Siendo este espíritu la reencarnación del amado discípulo de Jesús, Juan Evangelista, su lectura nos anima a tener claro el objetivo de la reencarnación como misión, para esclarecer a quienes aún estamos necesitando del apoyo y el ejemplo de Espíritus ennoblecidos que trabajan junto a Jesús, caminando todos al encuentro del Dios de la vida. Nuestra querida espiritista española, Amalia Domingo Soler, dejó entre sus escritos, un bello ejemplo de sacrificio, reencarnando en su última existencia para rescatar deudas del pasado, como todos nosotros. En el libro La luz del Espíritu, capítulo 3, “Un enemigo menos”, que pueden descargar gratuitamente de la página de la Federación Espírita Española, vemos la valentía y la fe razonada que la Doctrina Espírita sembró en su ser, como el gran desafío que nos proporciona Dios, nuestro Padre, dándonos la oportunidad de la reencarnación, que no es fácil. 

Finalmente estimados amigos, el respetable espiritista Léon Denis nos invita en su libro Después de la muerte, a la siguiente reflexión: «Espíritu inmortal, espíritu encarnado o libre, si quieres ascender rápidamente la escala ardua y magnífica de los mundos y alcanzar las regiones etéreas, arroja fuera de ti todo cuanto entorpece tus pasos y estorba tu vuelo. Devuelve a la Tierra todo cuanto procede de la Tierra, y aspira a los tesoros eternos; trabaja, ora, consuela, sostén, ama, ¡oh! Ama hasta la inmolación, cumple el deber a cualquier precio, al precio del sacrificio y de la muerte. De esta manera sembrarás el germen de tu futura felicidad». 

Víctor Ruano 
Revista Espirita FEE 

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 HABLANDO DE ESPÍRITUS CON EL PROF. GUILLÉN


¿Cómo pueden sacar conclusiones de lo vivido en otras vidas físicas, si en esas vidas tenemos la misma conciencia que en esta, es decir, somos tan inconscientes de la existencia de vidas
pasadas como en esta ?.
* Porque muchos de ellos no sólo recuerdan los detalles de vidas pasadas, sino que, al mismo tiempo, recuerdan el motivo por el que tuvieron que pasar por ciertas vidas y pruebas. Es decir, también recuerdan lo que les sucedió en los periodos entre vidas físicas, en los cuales no estaban encarnados. Hay investigadores que se han dedicado a investigar
específicamente esos recuerdos de periodos entre encarnaciones, en los que las personas recuerdan el espacio entre una vida y otra y las decisiones que los llevaron a encarnar precisamente en determinado tiempo, con determinada familia y bajo determinadas circunstancias.

- ¿Y qué tipo de pruebas o circunstancias son esas que tenemos que pasar en cada vida y por qué?
* Muchas de esas pruebas consisten en experimentar en nosotros mismos aquello que hemos hecho a los demás, en enfrentarnos a las consecuencias de las situaciones que nosotros mismos hemos provocado, para que tomemos conciencia del sufrimiento o felicidad que estas acciones han tenido sobre los demás. Las pruebas son de lo más variopintas, pero en general son pruebas que tienen la intención de que nos vayamos desprendiendo del egoísmo y creciendo en amor.

- ¿Y es necesario morirse o vivir una experiencia cercana a la muerte para experimentar la conciencia de que tú eres tu espíritu y no tu cuerpo?
* No. De hecho todos vosotros tenéis la capacidad de separaros temporalmente de vuestro cuerpo, y así sucede de forma inconsciente en una etapa del sueño. Pero hay gente que es capaz de conseguir inducir esta separación de forma consciente a través de ciertas técnicas
de relajación. Los viajes astrales aportan pruebas de que la conciencia no está ligada al cuerpo.

Vicent Guillem.

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                    PODER OCULTO. 
     TALISMANES. HECHICEROS.

551 – ¿Puede un hombre malvado, con la ayuda de un Espíritu malo que le es devoto, hacer mal a su prójimo?
– No; Dios no lo permitiría.

552 – ¿Qué se debe pensar de la creencia según la cual ciertas personas tienen poder para echar las suertes?
– Ciertas personas tienen un poder magnético muy grande, del que pueden hacer mal uso, si su propio Espíritu es malo, en cuyo caso pueden estar secundadas por otros Espíritus malos. Pero no creáis en ese supuesto poder mágico que sólo existe en la imaginación de personas supersticiosas, ignorantes de las verdaderas leyes de la
Naturaleza. Los hechos que se mencionan son hechos naturales, mal observados y sobre todo, mal comprendidos.


553 – ¿Cuál podría ser el efecto de las fórmulas y prácticas mediante las cuales ciertas personas pretenden disponer de la voluntad de los Espíritus?
– El efecto de ponerlas en ridículo, si lo hacen de buena fe y en caso contrario son embaucadores que merecen castigo. Todas las fórmulas son engañosas; no hay ninguna palabra sacramental, ningún signo cabalístico, ningún talismán que tenga acción sobre los Espíritus, porque éstos sólo son atraídos por el pensamiento y no por
las cosas materiales.


– ¿A veces, ciertos Espíritus no han dictado por sí mismos, fórmulas cabalísticas?
– Sí; tenéis Espíritus que os indican signos, palabras extrañas,o que os prescriben ciertos actos con ayuda de los cuales hacéis lo que se llama conjuros. Pero estad muy seguros que se trata de Espíritus que se burlan de vosotros y abusan de vuestra credulidad.


554 – Aquel que, equivocado o no, tiene confianza en lo que llama la virtud del talismán, ¿no puede por esa misma confianza atraerse un Espíritu, siendo entonces el pensamiento quien actúa y el talismán tan sólo una señal que ayuda a dirigir el pensamiento?
– Es verdad, pero la naturaleza del Espíritu atraído depende de la intención y de la elevación de los sentimientos y es extraño que el que es bastante sencillo para creer en la virtud de un talismán, no tenga por objeto un fin más material que moral. En todo caso, eso acusa una pequeñez y una debilidad de ideas, que lo expone a los
Espíritus imperfectos y burlones.


555 – ¿Qué sentido debe darse a la calificación de hechicero?
– Los que llamáis hechiceros son personas, cuando proceden de buena fe, que están dotadas de ciertas facultades, tales como el poder magnético y la doble vista. Entonces, como hacen cosas que no comprendéis, las creéis dotadas de una fuerza sobrenatural. Vuestros sabios, ¿no han pasado con frecuencia por hechiceros a los ojos de las personas ignorantes?
El Espiritismo y el Magnetismo nos dan la clave de una multitud de fenómenos sobre los cuales ha forjado la ignorancia una infinidad de fábulas, donde los hechos han sido exagerados por la imaginación. El conocimiento
esclarecido de esas dos ciencias que, por decirlo así, no son más que una,mostrando la realidad de las cosas y su verdadera causa, es el mejor preservativo contra las ideas supersticiosas, porque demuestra lo posible y lo imposible, lo que está en las leyes naturales y lo que es una creencia ridícula.

556 – ¿Ciertas personas tienen verdaderamente el don de curar por el simple tacto?
– Hasta eso puede llegar la potencia magnética, cuando está secundada por la pureza de sentimientos y un deseo ardiente de hacer el bien, porque entonces los buenos Espíritus le ayudan. Pero es preciso prevenirse contra el modo como son contadas las cosas por personas demasiado crédulas y entusiastas, dispuestas siempre a ver maravillas en las cosas más naturales y sencillas. Y también es preciso desconfiar de los relatos interesados de las personas que explotan en provecho suyo la credulidad.
EL LIBRO DE LOS ESPÍRITUS. ALLAN KARDEC.

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