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viernes, 26 de febrero de 2016

Nunca hubo en la Tierra pueblos atéos


               
Los Falsos Profetas 



Hijos, preveníos contra los falsos profetas que son de todos los tiempos. 

En la actualidad, muchos de ellos resaltan de la siembra de la propia Doctrina, a la manera de cizaña en medio del trigo, cuidando única y tan solamente de los sus propios intereses. 

Son ellos los médiums engañadores que trabajan en causa propia, los oradores y articulistas que tienen más brillo en la palabra que actitudes correctas, los dirigentes que imponen sus ideas personalistas al Movimiento… 

Sabréis identificarlos por su falta de buen sentido y por el amor que tienen más a sí que a la Causa. 

Los falsos profetas nunca son capaces de sacrificarse por el ideal y, por este motivo, acaban siempre revelando sus más ocultos propósitos en la militancia doctrinaria. Hablan de caridad, pero no logran desprenderse para practicarla; enaltecen la excelencia del perdón, pero se resienten con extrema facilidad; se refieren a la importancia del servicio, pero no toman ellos mismo la iniciativa de servir… 

Les falta una empatía espiritual más profunda con la fe y, consecuentemente, no comunican sinceridad a los hombres de discernimiento. 

Hijos, no sigáis por los sinuosos caminos de la explotación del sentimiento ajeno; que nadie se arroje al despeñadero de la incredulidad por vuestra culpa… 

A los falsos profetas, encarnados o desencarnados, estarán reservadas las más duras penas por los equívocos cometidos contra “el Espíritu Santo”, o sea, por inocular el veneno de la desconfianza en las mentes desprevenidas que, por largo tiempo, habrán de mostrarse rebeldes a la luz de la Verdad. 

Sed auténticos en la fe y no comercialicéis con los dones de la mediumnidad. 

Jesús, en uno de sus escasos momentos de exasperación, no evitó los mercaderes del templo. 

La Ley Divina actuará con rigor contra los que corrompen su interpretación, junto a aquellos que aún no aprendieron a pensar con la necesaria independencia intelectual. 

Bezerra de Menezes 
Extraído del libro “A coragen de Fé” 
Carlos A. Baccelli 

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         EL ESPIRITISMO AFIRMA QUE 

NUNCA HUBO PUEBLOS ATEOS 

EN LA TIERRA


EL  Libro De los Espíritus es originario de la revelación de  los espíritus por medio de la comunicación mediúmnica a través de la “cesta de bico” [1] y posteriormente de la “cesta-pião”.[2] Buscando la mejoría del proceso, Allan Kardec estudió maneras más apropiadas para obtención de informaciones del “más allá del túmulo”. Contando con la colaboración de las médiums Ruth Celine Japhet, Aline Carlotti, Caroline Baudin, Julie Baudin y Ermance Dufaux, que estaban a su disposición, descubrió el mecanismo de la pictografía que consistía en la influencia directa del Espíritu sobre el médium, controlando determinadas zonas cerebrales a través del periespiritu para que la Entidad pudiese controlar  su mano y reproducir la escritura manual.

Henri Sausse, Zeus Wantuil, Ann Blackwell, principales biógrafos de Allan Kardec, afirmaron que la idea de un libro de preguntas y respuestas, también como algunas preguntas, fueron originarias de 50 cuadernos ofrecidos por un grupo de masones, entre ellos Victorien Sardou, Pierre-Paul Didier (y su hijo), Tiedeman-Manthèse, y René Taillandier. Tales personas ya realizaban pesquisas mediúmnicas, sin embargo no conseguirían alcanzar la plena dimensión de ese trabajo, y por eso deliberaron entregar los manuscritos al profesor Rivail, que constató en esos tomos profundas revelaciones que deberían ser divulgadas.

Con efecto, en 18 de abril de 1857, el hijo de Lyon público a 1ª edición de “El Libro de los Espíritus” dividido en tres partes, compuesto de 501 cuestionarios. En 1860, lanzó la 2ª edición, esa vez enteramente refundido y admirablemente aumentado para 1019 preguntas, divididas en cuatro partes, a saber: Causas primarias, Mundo de los espíritus, Leyes morales y Esperanzas y consolaciones. Esta edición fue publicada por el editor Paul Didier y se agotó en apenas 4 meses. De cada parte del Libro de los espíritus, Allan Kardec desarrolló los temas resultando en las  Obras básicas de la Codificación. Observemos lo siguiente: de la primera parte - “Causas primarias” – distribuida en cuatro capítulos y 75 cuestiones, generó la obra La  Génesis. De la segunda parte – “El mundo de los espíritus” – distribuida en once capítulos y 537 preguntas, surgió El Libro de los Médiums. De la tercera parte – “Leyes morales” – distribuida en nueve capítulos y 308 interrogaciones, nació el Evangelio Según el Espiritismo y finalmente de la cuarta parte – “Esperanzas y consolaciones” – distribuida en dos capítulos y  99 preguntas, resultó El  Cielo y el  Inferno o “La Justicia Divina Según el Espiritismo”.

La Codificación Espírita se consubstanció a fin de enfrentar los tumultos provocados por los desórdenes ideológicas del Siglo XIX y germina en el  centro cultural del mundo occidental. Fue publicado por tanto, en medio de un torrente de filosofías que inducia al  hombre al  pesimismo, al escepticismo y al nihilismo. Surgió en el  mismo año en que desencarnó el controvertido Augusto Conte, mentor del pensamiento positivista, bastante en boga entre la elite intelectual de la época. Surgió en medio de los embates de la dialéctica dividida en ese momento en dos fases en ese – antes y después del filósofo alemán Hegel – contestador de la dialéctica socrática.

Con la desencarnación de Hegel surgieran dos corrientes hegelianas, la ortodoxa (de “derecha”) y  la socialista (de “izquierda”), esta última representada principalmente por Engel y Marx, culminando en el  materialismo histórico. Políticamente, los “derechistas” hegelianos vinculaban el argumento conservador, colocando el Estado como personificación de la ética, apareciendo en el fascismo en  Italia, en el nazi fascismo en  Alemania y el  integralismo en Brasil.

Los “izquierdistas” sometieron al cristianismo a severas críticas, lideradas por Karl Marx, extendiéndose para la vida social. El 31 de marzo de 1848, cuando el Espíritu del ex vendedor ambulante Charles Rosman señalaba nuevos horizontes en Hysdesville, en los EUA, el impaciente Marx publicaba en Bruselas, por ocasión del Segundo Congreso de la Liga Comunista, el infame “Manifiesto Comunista”, clamando por la unión de los “proletarios” de la Tierra.

El autor  rabioso de "El Capital" sediento de “libertad”, defendía fuertemente la tesis de que la solución de las cuestiones económicas del mundo sería a través del arrogante socialismo “científico”, dando alas para el materialismo y/o el comunismo ateo. En su feroz indignación contra la superestructura del cristianismo, Marx vociferaba que  “la religión era el opio del pueblo”, una auténtica emanación del “tío del saco” del capitalismo.

Aun en  aquellos años de 1859 era lanzado el libro que estaba destinado a avalar los alicientes de la idea del origen biológico del hombre y de los seres de la naturaleza. El británico Charles Darwin entra para la historia con el libro titulado “El origen de la vida por la selección natural de las especies”. Con todo, desde  su lanzamiento, El Libro de los Espíritus permanece inquebrantable. Ya transcurrieron 160 años y el Espiritismo se conserva moderno e insuperable en sus principios.

La  Doctrina de los Espíritus está basada en los principios de la existencia de Dios, de la existencia y sobrevivencia del Espíritu, en las leyes morales, en la reencarnación, en la  pluralidad de los mundos habitados, en la comunicabilidad de los Espíritus. No trata de ocultismos, no prescribe prácticas adivinatorias, no tiene  en sus páginas propuestas sacramentales, ritos, ni liturgias. Es una doctrina de base científica, filosófica y religiosa. Sus argumentos, marchando paso a paso con el progreso, jamáis serán ultrapasados. Si nuevos descubrimientos demostraran estar en un error sobre uno de  sus puntos, el Espiritismo se rendirá modificando ese punto sospechoso. Si uña verdad viniera a ser revelada él la incorporara.

Uno de los signos de vitalidad  del Espiritismo es  su sintonía con el tiempo, y eso se refleja en los grupos académicos de pesquisa sobre los preceptos doctrinarios. En las universidades hay un creciente interés por la literatura espírita, normalmente especialistas del área física cuántica, matemática, psicología, medicina, sociología e historia. El hecho de encontrar estudiosos espíritas entre los doctores de las principales universidades brasileñas es una prueba evidente de que el Espiritismo se afirmó como doctrina en una parcela influente del país.

Aclaraciones:

[1] “cesta de bico” Consiste en adaptar a la  cesta una astilla de madera (15 cm) inclinada. Por un agujero abierto en la  extremidad de esa varilla, o pico, se pasa  un lápiz bastante largo para que su punta asiente en el  papel. Poniendo el médium los dedos en el borde de la cesta, todo el aparato se agita  y el lápiz escribe. Se obtiene así disertaciones de muchas páginas.

[2] “cesta-pião”.Es  una cestita de quince a veinte centímetros de diámetro (de madera o de mimbre). Donde se adapta un lápiz. El movimiento de la cesta no es automático, como en el caso de las mesas giratorias; se torna inteligente. Con ese dispositivo, el lápiz, siempre al llega a la   extremidad de la línea, en la  vuelta al punto de partida para comenzar otra, continua moviéndose circularmente, de suerte que la línea escrita forma una espiral, tornando necesario volver muchas veces el papel para leer lo que está escrito.


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Desigualdad de las riquezas

La desigualdad de las riquezas es uno de esos problemas que en vano se quieren resolver, si sólo se considera la vida actual. La primera cuestión que  se presenta, es esta: ¿Por qué todos los hombres no son igualmente ricos? No lo son por una razón muy sencilla: porque no son igualmente, activos y laboriosos para adquirir, ni moderados y previsivos para conservar. Además, está matemáticamente demostrado que la fortuna, igualmente repartida, daría a cada cual una parte mínima e insuficiente; que suponiendo hecha esta repartición, el equilibrio se rompería en poco tiempo por la diversidad de caracteres y de aptitudes; que suponiéndola posible y duradera, teniendo cada uno apenas lo necesario para vivir, daría por resultado el agotamiento de todos los grandes trabajos que concurren al progreso y al bienestar de la Humanidad; que suponiendo que se diese a cada uno lo necesario, no habría ya el aguijón que empuja a los grandes descubrimientos y a las empresas útiles. Si Dios la concentra en ciertos puntos, es para que desde allí se esparza en cantidad suficiente, según las necesidades.

Admitiendo esto, se pregunta por qué Dios la da a personas incapaces de hacerla fructificar para el bien de todos. Esta es también una prueba de la sabiduría y de la bondad de Dios. Dando al hombre el libre albedrío, quiso que llegase por su propia experiencia a diferenciar el bien del mal, y que la práctica del bien fuese el resultado de sus esfuerzos y de su propia voluntad. No debe ser conducido fatalmente ni al bien ni al mal, pues sin esto solo sería un instrumento pasivo e irresponsable, como los animales. La fortuna es un medio para probarle moralmente; pero como al mismo tiempo es un poderoso medio de acción para el progreso, Dios no quiere que quede por mucho tiempo improductiva, y por esto la cambia de manos incesantemente.

Cada uno debe poseerla para ensayarse a servirse de ella, y probar el uso que sabe hacer de ella; pero como hay imposibilidad material de que todos la tengan al mismo tiempo, como por otra parte, si todos la poseyesen, nadie trabajaría y el mejoramiento del globo sufriría las consecuencias, cada uno la posee a su vez: el que hoy no la tiene, la tuvo ya o la tendrá en otra existencia, y el que la tiene ahora, podrá no tenerla mañana. Hay ricos y pobres, porque siendo Dios justo, cada uno debe trabajar cuando le toca su turno; la pobreza es para unos la prueba de la paciencia y de la resinación; la riqueza es para otros la prueba de la caridad y de la abnegación.

Se deplora con razón el lamentable uso que ciertas personas hacen de su fortuna, las innobles pasiones que provoca la codicia, y se pregunta si Dios es justo en dar riqueza a tales personas. Cierto es que si el hombre sólo tuviera una existencia, nada justificaría semejante repartición de los bienes de la Tierra; pero si en lugar de limitar la vista a la vida presente, se considera el conjunto de las existencias, se verá que todo se equilibra con justicia. El pobre, pues, no tiene motivo de acusar a la Providencia, ni de envidiar a los ricos; y los ricos tampoco lo tienen para glorificarse por lo que poseen. Si abusan de ella, no será ni con decretos, ni con leyes suntuarias, que se remediará el mal; las leyes pueden cambiar momentáneamente el exterior, pero no pueden cambiar el corazón; por esto sólo pueden tener una duración temporal, y siempre son seguidas de una reacción desmedida. El origen del mal esta en el egoísmo y en el orgullo; los abusos de toda naturaleza cesarán por sí mismos cuando los hombres se sometan a la ley de caridad.


Extraído del “Evangelio según el Espiritismo”

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Saludos de vuestra  amiga  Merchita 

Sábado 27 de febrero del 2016  Queridos amigos, hola buenos días, que tendrá  el “amor” entre la pareja, que por él, muchas veces el hombre, olvida sus deberes, y se entrega a las más viles pasiones.
Madres que han sentido dentro de sus entrañas al hijo, se olvidan de su importantísima tarea, para entregarse alucinada al amor enfermizo, que las aleja de una relación normal,  para sumergirse en el lodo, no volviendo ya jamás en la vida de la existencia que ocupan a ser “persona “.
Ella impulsadas por el “amor pasional”, actúan con  la misma ignorancia que  lleva a un hombre a matar, a aquella que no lo quiere. No se puede llamar amor a una loca y alucinada  pasión.
El hombre  y la mujer, pese a haber  pasado por la vida, diversas ocasiones, en múltiples existencias, no aprendió en ella que todo es prestado, que nada nos pertenece, y que continuamente está cambiando de lugar.  Y el amor entre ellos, está la mayoría de las veces condicionado a una serie de circunstancias que cuando estas pasan van perdiendo poco a poco intensidad hasta desaparecer, cuando ya la misión está cumplida.
Cuando niños, amamos a nuestros padres con delirio, pensamos que sin ellos, no podremos sobrevivir, pero conforme vamos creciendo la vida nos va separando, primero son unas horas en los colegios, después los ratos que pasamos con los amigos, y el mundo en el que nos desarrollamos van trazando líneas en las cuales vamos caminando por si solos, aspirando en la pubertad a formar un hogar, o a independizarnos, todo eso mirado bajo el prisma de una familia normal, después cuando lo hemos conseguido, las visitas al hogar de los padres  van suprimiéndose porque tenemos muchos deberes en el nuevo hogar, y un día los padres se bajan del tren para marcharse a la otra vida, y todo acabo., si, seamos realistas, todos los que aquí se quedan siguen el viaje, esto es normal, entonces,  ¿si los lazos más fuertes de la familia, los rompemos en esta vida, por la fuerza de la vida, porque el hombre aun no ha aprendido a si un amor no puede ser suyo, a pasar sin él?
Una madre por encima de todo, cuando lo es, debe darse a su tarea de madre, los hijos han de obtener de ella, amor y cariño, asistencia y cuidado, y nunca se eximirá ante Dios si no cumplió bien esa tarea, con la misma medida que ella utilice para criar a sus hijos, si no lo hiciera como es debido, sufrirá en si las consecuencias de esa tarea mal efectuada.
El egoísmo, por pensar en sí mismas, y en sí mismos, está destruyendo a muchas familias,  ambos débiles olvidan el deber que han contraído tan grande al traer al mundo a esos hijos, y los dejan para entregarse a amores efímeros que no pasan de ser una nube que los destroza, si los destroza, cuántos son los que han abandonado el hogar, a sus hijos, para irse en brazos de un nuevo amor,  y al cabo del poco tiempo, ese amor se frustro, porque solo era de apariencia, sin base, y no pudiendo volver al de antes, por orgullo, porque el lazo de respeto que los unía a los hijos y a la compañera ha desaparecido,  caminan como autómatas en la vida, ya no volviendo a ser más personas.
La tentación está a todas horas, para llamar nuestra atención, pero nosotros hemos de saber vencerla, la pasión no es amor, en cambio el amor a la responsabilidad adquirida te capacita a favor de cualquier tipo de sacrifico ante los afectos que ocupan tu vida.
El verdadero amor, no exige nada a  cambio, se entrega y una buena madre, se sacrifica, por sus hijos, no los abandona, siempre  está a su lado pese a que otras cosas mundanas le llamen su atención, sabe actuar con energía y repudiarlas para ofrecer su candor al nido domestico.
El hombre, a veces malvado, lejos de quedarse para calentar el nido domestico, ante el abandono de la esposa, deja de comportarse como un ser racional, y se entrega al desespero, cometiendo las mayores barbaridades sin medida, se entrega a la bebida, maltrata a la mujer, abandona a los hijos, se convierte en una pesadilla para la sociedad y sobre todo para el hogar, el cual trata de destruir para que no lo disfrute otro.
Qué cosas tan malas Dios mío,  qué poca entereza en las cosas, cuando estas se complican las abandonamos, sin luchar, sin ofrecer resistencia a todas esas inclinaciones enfermizas, que marcan y que endurecen a los atribulados espíritus.
Todo es fruto de la locura del amor, que apasionado se entrega a todo tipo de placeres, olvidándose de la función primordial del hombre que es encontrar el amor puro, limpio, honesto, leal, desinteresado y este no se forja en cuatro días, si no maduramos en el amor, este no tendrá una base solida, cuando tenga que enfrentar problemas y pruebas, porque en su mayoría son pruebas, y al menor vendaval, a la menor contrariedad, el barco que transporta a los enamorados, zozobra, salpicando por todas partes.
Hoy en día pocas parejas se aman de verdad, hoy en día las mayores atrocidades se están dando dentro del hogar, los niños son dejados de la mano de Dios, las madres no calientan el nido domestico, los hombres teniendo a la compañera en casa, se van a prostíbulos en busca de sensaciones nuevas, y no nos estamos dando cuenta, que todo se va empeorando para acabar en los desastres que estamos viendo todos los días.
Aprendamos de una vez a ser honestos, y si llegado el caso la honestidad se perdiera por algún miembro de la familia, que siempre el otro sepa aceptar digamos ese fracaso, y se entregue a la lucha por la parte que le corresponda como una persona sensata con dominio de las circunstancia y no como salvajes que acometen contra todo lo demás.
El hogar exige mucho amor y sacrificio, la mujer ya más despierta, como lo sabe, no desean tener hijos,  los hogares en su mayoría solo contienen dos hijos a lo máximo, porque ella sabe que esto le implicaría muchas atenciones y olvido de sí misma, para darse a sus hijos, cosa que no está dispuesta hacerlo. El hombre, trabaja, y por ello se ve disculpado ante sus tareas en el hogar, los hijos los ve muy de tarde en tarde y también en una gran parte está entregado a los placeres mundanos.
No puede esto continuar así, démonos cuenta de la responsabilidad que tenemos ante nuestros hijos, los siete primeros años son primordiales para educarlos y  enseñarles reglas de urbanidad de buen comportamiento, a partir de ahí ya empieza a aflorar el espíritu en sí, con el contenido que es en sí, y nos será más difícil doblegarlo, para hacerlo un hombre de bien.
Despertemos a la realidad, veamos que el mundo mejorará si nosotros mejoramos y para ello debemos esforzarnos en realizar honestamente  nuestra función en la vida.  Y el papel de padre y madre, es muy importante para la sociedad porque es en el hogar donde se forjan los caracteres,  y si lejos de hacer de la casa una escuela, hacemos un corral donde se desarrollan salvajes sus componentes, al final cuando son soltadas las fieras puede suceder de todo.
Amigos os deseo un feliz fin de semana. Espero querido compañero que no te encuentres en esta situación, si fuera así, aun tienes tiempo de re-modelar tu vida, y ser un hombre de bien, dentro del papel que en ella ejecutes. Sobre todo ahora que la falta de trabajo, la estancia en el hogar por muchas horas, te coloca frente a la responsabilidad, sin recursos, se paciente, tolerante, y espera confiado, dando amor y cariño a aquellos que por circunstancias de la vida, no puedes mantener económicamente, pero si a través de tu amor, que sabrá encontrar para todo soluciones, que el Señor siempre da a aquellos que las merecen, y que se esfuerzan y sacrifican con humildad ante las circunstancias adversas de la vida.
Y tú compañera, no te enojes, no proliferes la discordia, y la desesperación, únete más a tu compañero y ambos calentar con el amor, los huecos que van quedando abiertos por la economía, que ambos unidos sepáis dar soluciones, a través del sacrificio que sea, la vida continua y todo pasará. Pensemos en aquellos que lo tienen peor.

Merchita

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