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domingo, 31 de enero de 2016

PENSAR

DESVARÍOS DE UN ILUSTRE E
INSURGENTE FÍSICO
Jorge Hessen

Stephen Hawking, uno de los más influyentes físico teórico desde Einstein,confinado a una silla de ruedas por cuenta de una Dolencia Neuronal Motora(MND), ha aseverado insistentemente que no hay necesidad de invocar a Dios para explicar la existencia del Universo. Garantiza que “no existe ningún
paraíso y vida después de la muerte.” (1) Bajo el deslumbramiento de su inocua inteligencia, continuamente negando la vida espiritual, Hawking ya admitió que intento el suicidio en la década de 1980, cuando la enfermedad neurológica comprometió sus capacidades de respirar y hablar.
      Ateo y materialista Hawking infelizmente desconoce que el suicida, además de sufrir en el mundo espiritual las dolorosas consecuencias de su gesto impensado de rebeldía ante las leyes de la vida, aun renacerá con todas las secuelas físicas de ahí resultantes, y tendrá que afrontar, nuevamente, la misma situación provacional que su flácida fe y distanciamiento de Deus no le permitirán el éxito existencial. Probablemente las actuales restricciones físicas del afamado e insurrecto científico sea resultado de algunos suicidios cometidos en vidas anteriores.
     Los espíritas, sabemos que el suicidio es la más desastrosa manera de huir de las pruebas o expiaciones por las cuales deben pasar el hombre. Es una puerta falsa en la que el individuo, juzgando libertarse de sus males, se precipita en una situación mucho peor. Arrojado, violentamente, para más allá del túmulo, en plena vitalidad física, revive, intermitentemente, por mucho tiempo, los
acicates de consciencia y sensaciones de los desastrosos instantes, además de quedar sometido en regiones de penumbras, donde sus tormentos serán importantes para el sacrosanto aprendizaje, flexibilizándolo y enseñándolo a respetar la vida con más empeño.
     Bajo el guante de la enfermedad que podría representar un benévolo convite de la vida para reflexiones espirituales el rebelado científico británico permanece bajo el yugo de ingenua rabieta contra Las Leyes del Creador.
     Stephen ha presentado argumentos incoherentes, defendiendo el derecho de un paciente terminal optar por la muerte asistida (eutanasia). Expone el insurgente Hawking que "si alguien tiene una dolencia terminal y está sufriendo tiene el derecho de elegir poner fin a su vida."(2)
     Ignora el rebelde físico británico que el médico que practica la eutanasia no honra el Juramento de Hipócrates. El “Padre de la Medicina”, que vivió en Grecia, 460 a.C., e era tenido como descendente de Esculápio, el dios de la medicina. Su compromiso de honra es considerado la ley moral mayor del arte y de la ciencia de curar. Su íntegra, muy poco conocida, contiene la prohibición tácita de la eutanasia. Veamos:
     “Juro por Apolo, médico, por Asclepios, Hiligéia y Panacéia y tomo por testimonio todos los dioses y todas las diosas hacer cumplir conforme mi poder y mi razón el juramento cuyo texto es este: Aplicar los regímenes, para el bien de los enfermos, según mi saber y mi razón, nunca para perjudicar o hacer mal a quien quiera que sea. A nadie daré, para agradar, remedio mortal [eutanasia], ni consejo que lo induzca à la destruición.

     No cabe al hombre, en circunstancia alguna, o bajo cualquier pretexto, el derecho de escoger y deliberar sobre la vida o la muerte de su prójimo, y la eutanasia, esa falsa piedad, interrumpe la terapéutica divina en los procesos redentores de la rehabilitación. Pues no siempre conocemos las reflexiones que el Espíritu puede hacer en las convulsiones de dolor físico y los tormentos que le pueden ser otorgados gracias a un relámpago de arrepentimiento.
De este modo, entendamos y respetemos el dolor, como instructor de las almas y, sin vacilaciones o indagaciones des cabidas, amparemos a cuantos experimentan la presencia constringidora y educativa, recordando siempre que a nosotros compete, tan solamente, el deber de servir, por cuanto a la Justicia, en última instancia, pertenece a Dios, que distribuye con nosotros el alivio y la aflicción, la enfermedad, la vida y la muerte, en el momento oportuno.
 
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                                  PENSAR
 
 
El pensamiento es nuestra capacidad creativa en acción. En cualquier tiempo, es muy importante no olvidamos de eso. La idea forma la condición; la condición produce el efecto; el efecto crea el destino.
    Su vida será siempre lo que usted esté pensando constantemente. En razón de eso, cualquier cambio real en sus caminos, vendrá únicamente del cambio de sus pensamientos.
 Imagine su existencia como desea que deba ser y, trabajando en esa línea de ideas, observará que el tiempo le traerá las realizaciones esperadas.
 Las leyes del destino le traerán de vuelta todo aquello que usted piense. En esta verdad, encontramos todo lo que se relacione con nosotros, tanto en lo que se refiere al bien como al mal. 
Observe y verificaráque usted mismo atrajo hacia su campo de

 influencia todo lo que usted posee y todo aquello que hace parte de su cotidiano.
Dios es Amor y no castiga criatura alguna. La misma criatura es que se culpa y se corrige, ante los falsos conceptos que alimente con relación a Dios.
En nuestro íntimo, la libertad de escoger es absoluta; después de la creación mental que nos pertenece, es que nos reconocemos sujetos a ella.
 El Bien Eterno es la Ley Suprema; manténgase en el bien a todo y a todos y la vida se le convertirá en fuente de bendiciones.                                                                         A través de los principios mentales que nos rigen, de todo aquello que damos de nosotros a los demás recibimos de los demás el céntuplo. 

 



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RESPUESTAS DE LA VIDAPor el espíritu de: Andre    LuizPsicografíado: Francisco Cándido Xavier
Aportado por  Juan Carlos Mariani
 
 

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       El coraje del perdón 
 
 En la jornada de conquista de la plenitud, tenemos el desafío de aprender a lidiar con las emociones, cuyo ejercicio principal es hecho a través de las relaciones. De la convivencia surgen las desavenencias naturales, devenidos de nuestras diferencias en la forma de ver la vida, de los intereses contradictorios, además de las limitaciones que tipifican el estado actual de la consciencia humana, marcada por el egoísmo.
 En las relaciones, también creamos expectativas en cuanto a las actitudes del otro que no siempre se cumplen, así como nos sentimos heridos en nuestras emociones, defraudados en las aspiraciones que discutimos y heridos por no tener los deseos atendidos. Cuando no poseemos estructura psicológica para lidiar con todo eso, el resentimiento surge como consecuencia. El problema es que el primer perjudicado es aquel que guarda la emoción perturbadora.
                                            En ese contexto, el perdón es un gesto de auto-amor, pues, al liberarnos del contenido conflictivo, a disposición de la consciencia, energías preciosas, antes aprisionadas en la cuestión no resuelta. No siempre es un camino simple, por lo tanto a veces envuelve dolores profundos vinculados a seres muy próximos a nosotros.

El impulso direcciona a la reacción, pero el ser consciente no debe ser esclavo de sus impulsos. Por eso mismo, el perdón, al contrario de la cobardía, es un acto de valor, pues es preciso construir resistencias para trabar el embate con emociones profundas, sin igualarse al agresor en la actitud. 
 No se trata solo de una cuestión de memoria, de recordar o no el evento que nos trae dolor, sino de cuidar de la emoción vinculada al hecho. Y para sanar el contenido emocional es preciso recordar nuestra propia condición humana. Así como los otros cometen equivocaciones que nos afectan de alguna manera, también hemos afectado y herimos los otros y, a veces, no nos damos cuenta de eso.
 Este punto se amplía cuando agregamos, a nuestra historia, la trayectoria del espíritu, pues ¿quién puede lanzar la primera piedra y decir que nunca cometió errores? Perdonar es un ejercicio importante para aquel que desea alcanzar la plenitud.
Iris Sinoti
Terapeuta Junguiano
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Es mejor no esperar nada de nadie y dejar que la vida te sorprenda, seguros de que si damos lo mejor de si cada día eso vamos cosechando y si no vemos el fruto de inmediato es que aún no están maduros para recogerlos.
Lorena Dorante

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  REUNIDOS EN SU NOMBRE



"Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos" ( San Mateo, 18:20).
 
 Prefacio. Para estar reunidos en nombre de Jesús no basta hallarse juntos físicamente, sino que es preciso estarlo también en lo espiritual, por la comunión de intenciones y pensamientos dirigidos hacia el bien. Entonces sí se encuentra Jesús en medio de la reunión: Él, o los espíritus puros que lo representan. El Espiritismo nos permite comprender de qué manera pueden los espíritus hallarse entre nosotros. Están ahí con su cuerpo fluídico o espiritual, y con la apariencia que nos permitiría reconocerlos si se hicieran visibles. Cuanto más elevados se hallan en la jerarquía espírita, tanto mayor es su poder de irradiación. Así poseen el don de ubicuidad y pueden encontrarse en varios lugares simultáneamente. Basta, para ello, un rayo de su pensamiento.
Con las palabras citadas en el parágrafo anterior quiso Jesús mostrar el efecto de la unión y la fraternidad. No es la mayor o menor cantidad de personas la que le atrae, puesto que en lugar de dos o tres hubiera podido decir diez o veinte, sino el sentimiento de caridad mutua que a esas personas anima. Ahora bien, para esto es suficiente que haya dos. Pero si esas dos oran cada cual por su lado, aunque ambas se dirijan a Jesús, no habrá entre ellas comunión de pensamientos, sobre todo si no son movidas por un sentimiento de benevolencia recíproca. Y si se miran con malos ojos, con aborrecimiento, envidia o celos, entonces las corrientes fluídicas de sus pensamientos se rechazan en vez de unirse por un común impulso de simpatía, y en tal caso, no están reunidas en nombre de Jesús, el cual no es más que el pretexto de la reunión y no su verdadero motivo.....
Esto no implica, en modo alguno, que Él permanezca sordo a la voz de una sola persona. Si no dice que acudirá a cualquiera que le llame, es porque ante todo exige amor al prójimo, del cual podemos dar mayores pruebas cuando estamos en compañía de otros, que encontradonos solos, y también a causa de que todo sentimiento de tipo personal lo aleja. De ello se sigue que sí, en medio de una nutrida asamblea, sólo dos o tres personas se unen de corazón mediante el sentimiento de una auténtica caridad, en tanto el resto de los asistentes se aíslan y se concentran en pensamientos egoístas o de carácter mundano, Jesús estará con aquéllas y no con estos otros.
Así pues, no es la simultaneidad de los presentes en las palabras, en los cánticos o en los actos litúrgicos lo que constituye una reunión en nombre de Jesús, sino la comunión de pensamientos acordes con el espíritu de caridad personificado en Él.
Tal debe ser el carácter de las reuniones espíritas serias, de aquellas en que se desea con sinceridad el concurso de los buenos espíritus.

El Evangelio según el Espiritismo.
Comentario
Personas afines se reúnen no hay jefes, solo hermanos en sintonia en el amor y la caridad, Cristo estará en medio de ellos
Luz progreso y paz. Marco Antuan
 
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