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sábado, 31 de octubre de 2015

Fisiología de la Reencarnación (2ª Parte)




Fisiologia de la reencarnación

Parte 2 y final


 
Recuerda Jorge Andréa que el procesamiento de la aproximación madre/futuro hijo va a obedecer a una coyuntura vibratoria de afinidades, de sintonías, de verdadera hipnosis, con influencias mutuas (madre y reencarnante), de un mecanismo originario de vidas pasadas.

Escribió André Luiz:

Hijos y padres, indudablemente, aún incluso cuando se cataloguen distantes unos de los otros, bajo el punto de vista moral, guardan siempre afinidad magnética entre sí. 

Eventualmente Espíritus no vinculados a determinadas familias pueden ser encaminados a ellas, atendiendo a objetivos que atienden al progreso de todos. Kardec comenta a ese respecto:

Dios permite que, en las familias, ocurran esas encarnaciones de Espíritus antipáticos o extraños, con el doble objetivo de servir de prueba para unos y, para otros, de medio de progreso. Así, los malos se mejoran poco a poco, al contacto de los buenos y por efecto de los cuidados que se les dispensan. El carácter de ellos se debilita, sus costumbres se filtran, las antipatías se desvanecen. Es de ese modo que se opera la fusión de las diferentes categorías de Espíritus. 

5 - ¿Como reencarnamos?

La ley general de evolución establece principios básicos que guían el proceso reencarnatorio: un automatismo biológico-espiritual preside el proceso.

Recuerda André Luiz que:

[...] reencarnaciones y desencarnaciones, de modo general, obedecen simplemente a la ley. Hay principios biogenéticos orientando el mundo de las formas vivas a la del renacimiento físico, y principios transformadores que presiden a los fenómenos de la muerte, en todos los sectores de manifestación. 

Esos “principios biogenéticos”, citados por el autor espiritual, siguen, en la especie humana, una línea más o menos definida, particularizada en los procesos siguientes:

1 – Embotamiento y debilitamiento general de la entidad me vías de reencarnar con miniaturización de su cuerpo espiritual.

Un evento constituyente de la fisiología reencarnatoria es el restringimiento del cuerpo espiritual del Espíritu reencarnante. Leon Denis elucida:

La reencarnación se realiza por aproximación graduada, por asimilación de las moléculas materiales al periespíritu, el cual se reduce y se condensa [...] 

La condición de sopor y flaqueza del Espíritu en vías de reencarnar y la necesidad imperiosa de vincularse una vez más a los fluidos pesados del planeta se acompañan de reducción “volumétrica” del cuerpo espiritual, que se debe, según André Luiz, a una disminución de los espacios intermoleculares. 

André Luiz refiriéndose a la reducción del periespíritu. Dice:

Los candidatos a la reencarnación, sin superioridad suficiente de modo a supervisarla con su propio criterio y distantes de la inferioridad primitiva que de ellos haría esclavos absolutos de la herencia física, son admitidos a instituciones-hospitales en que magnetizadores desencarnados, bastante competentes por la nobleza íntima, se incumben de aplicarles fluidos balsámicos que los adormezcan, por periodos variables, de conformidad con la evolución moral que enuncien, a fin de que los principios psicosomáticos se adapten a una justa reducción, en bases a la sueñoterapia. 


2 - Vinculación psíquica a una mujer en condiciones reproductivas con quién guarda relaciones de afinidad y asimilación de la entidad miniaturizada por el centro genésico de la futura madre.

Después de la reducción del cuerpo espiritual, estando la individualidad junto al campo magnético de la futura madre, el intercambio fluídico entre ellos va a intensificarse. Las energías psíquicas del reencarnante pasan a disminuirse progresivamente dirigiéndose para la región del aparato genital femenino.

André Luiz esclarece:

La reencarnación, tanto en cuanto a la desencarnación, es un choque biológico de los más apreciables. Unido a la matriz generadora del santuario materno, en búsqueda de una nueva forma, el periespíritu sufre la influencia de fuertes corrientes electromagnéticas, que le imponen la reducción automática. Constituido a la base de principios químicos semejantes, en sus propiedades, al hidrógeno, a expresarse a través de moléculas significativamente distanciadas unas de las otras, cuando es conectado al centro genésico femenino experimenta una expresiva contracción, a la manera del indumento de carne bajo una carga eléctrica de elevado poder. Se observa, entonces, la reducción volumétrica del vehículo sutil por la disminución de los espacios intermoleculares. Toda materia que no sirve al trabajo fundamental de refundición de la forma es devuelta al plano etéreo, ofreciéndonos el periespíritu ese aspecto de desgaste o de mayor fluidez. 


3 – Generación de un campo magnético por el Espíritu reencarnante, con selección magnética de los gametos, unión a la célula óvulo y generación de la forma fetal.

La individualidad reencarnante, con su cuerpo espiritual miniaturizado, acoplada al centro genésico de la futura madre, genera un campo magnético, de peso fundamental, en la selección de los gametos que formarán su futuro cuerpo, en la fecundación y en el desarrollo embrionario/fetal. El psiquismo del Espíritu que vuelve a la superficie planetaria, retratando su condición evolutiva, su identidad personal, sus gustos y tendencias, virtudes y adicciones, y su necesidad de progreso se proyecta en el espacio donde los fenómenos reproductivos se darán, participando activamente de la fisiología reencarnatoria.

¿Cómo actúa, entonces, el Espíritu? La conexión inicial de la entidad reencarnante con su cuerpo espiritual miniaturizado será al óvulo materno (gameto femenino). Los ovarios de la mujer poseen cerca de 400 mil óvulos cuando la primera menstruación. Mensualmente, un óvulo (los ovarios se alternan cíclicamente), por influencia de hormonas liberadas por la glándula hipófisis, sufre proceso de maduración y es liberado por el ovario, siendo recogido por la trompa uterina. Los científicos admiten, hasta entonces, que la ovulación sea un proceso aleatorio, o sea, no son conocidos los factores que determinan cual óvulo, en detrimento de otros, sufrirá proceso de maduración y liberación. Ese proceso, sin embargo, no es aleatorio. El psiquismo reencarnante, vía su campo magnético, se sintoniza con el gameto femenino cuyo conjunto de genes se identifica con sus características personales, o sea, su identidad espiritual, donde se reflejan, de forma automática, sus necesidades evolutivas. Las energías de la entidad reencarnante proyectadas en el óvulo “seleccionado”, va a magnetizar esa célula, disparando el mecanismo fisiológico conocido por la biología reproductiva como ovulación.

Proceso idéntico va a ocurrir en cuanto a la “selección” del gameto masculino. En la ejecución humana, millones de espermatozoides disputan el privilegio de unirse al gameto femenino al término de la disputada carrera, a través del aparato genital femenino. ¿Cuál espermatozoide vencerá la carrera? ¡El más apto, afirman los investigadores! En verdad, vencerá la carrera el espermatozoide que carga en sus veintitrés cromosomas los genes que sintonizan con el psiquismo reencarnante.

Final del proceso

Al fin de la carrera, que se da, por regla, en el tercio posterior de la trompa uterina, espermatozoide (cargando 23 cromosomas) y óvulo (igualmente con sus 23 cromosomas) funden sus núcleos, dando origen a la célula huevo, con los 46 cromosomas de la especie humana. En ese instante, el Espíritu reencarnante concentra sus energías en la célula que acaba de formarse, uniéndose, entonces, de forma más ostensiva, a la dimensión material.

Al término de la fecundación, con la constitución de la célula huevo, se inicia el proceso de multiplicación celular, que redundará en la formación del embrión y posteriormente del feto. Según la ciencia oficial, el desarrollo de la célula huevo, la diferenciación de las células y la migración de las células para los específicos órganos se dan a partir de una intricada interacción de un conjunto complejo de genes, mecanismo ese muy poco comprendido. Lo que se verifica, sin embargo, es que el campo magnético generado por el psiquismo reencarnante participa activamente en la formación del embrión y del feto, actuando en la diferenciación de las células y en la organización estructural de los tejidos y órganos del ser en desarrollo. Obviamente, hay genes que responden por el proceso de formación de los órganos fetales, pero esos genes, como todos los otros, estarían bajo la influencia de las poderosas irradiaciones del psiquismo reencarnante.

Kardec, examinando el proceso encarnatorio, comenta:

Para ser más exacto, es preciso decir que es el propio Espíritu que modela su envoltorio y lo apropia a sus nuevas necesidades; lo perfecciona y le desarrolla y completa el organismo, a medida que experimenta la necesidad de manifestar nuevas facultades; en una palabra, lo talla de acuerdo con su inteligencia. Dios le ofrece los materiales; le cabe a él emplearlos. 

Según Emmanuel, en el libro Pensamiento y vida.

[...] las células germinales, por semillas vivas, reproducen nuestros clichés de la conciencia en el trabajo impalpable de la formación de un cuerpo nuevo. En la cámara uterina, el reflejo dominante de nuestra individualidad impresiona el grabado fetal o el conjunto de principios germinativos que nos forjan los cimientos del nuevo instrumento físico, sellándonos el destino para las tareas que somos llamados a ejecutar en el mundo, en cierta cuota de tiempo.

Y André Luiz:

En la mente reside el mando. La conciencia traza el destino, el cuerpo refleja el alma. Toda agregación de materia obedece a impulsos del espíritu. Nuestros pensamientos fabrican las formas que utilizamos en la vida. 

Autor: Ricardo Baesso de Oliveira-

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                    LA SEXUALIDAD

Desde Freud, la sexualidad ha ganado importante papel en los estudios de la psicología. Ella se constituye en una gran desconocida para mucha gente. El ser humano de forma desenfrenada busca conocerla, tropezándose con las consecuencias, no siempre agradables, de su uso. Son muchos los problemas ocasionados por el uso inadecuado de esa importante función psíquica. Mucho más que una función conectada al cuerpo, la sexualidad tiene sus raíces en el espíritu. La búsqueda del placer del cuerpo puede, muchas veces, representar una búsqueda del alma, que ansía un encuentro con lo divino. El sexo no es impuro, como pensaba (o piensa) nuestra cultura. Es algo placentero que debe ser entendido como herramienta de aprendizaje del espíritu.

La sexualidad es una función que se manifiesta por la utilización de la energía en el campo sexual. Tal energía puede ser canalizada para varias actividades. El espíritu La utiliza como quiere y de acuerdo con su nivel de evolución. Muchos, por utilizarla en el campo de la permuta de energías primarias, resbalan hacia procesos educativos dolorosos. Por ser una energía conectada a los orígenes del ser humano, se constituye en una fuerza poderosa para las realizaciones del espíritu.

Hay personas que tienen el sentimiento de haber nacido con el cuerpo errado. Esta idea puede aparecer bien temprano en la infancia. En algunos casos, los padres del niño o aún en el medio en que vive, lo influencian a querer parecerse con el otro sexo, contrario a su cuerpo físico. La convicción de ser realmente del sexo opuesto puede continuar durante toda su vida. Algunas personas que sienten eso pueden asumir la inversión o buscar un médico que pueda efectuar quirúrgicamente el cambio de sexo. Los niños que tienen ese tipo de comportamiento, muestran, generalmente, peculiaridades del sexo opuesto, como jugar con juguetes característicos del sexo opuesto y juntarse, de preferencia con personas del mismo sexo. Si esa tendencia al sexo opuesto es redireccionada terapéuticamente desde la infancia, ya sea por los padres o por un especialista, podrá ser revertida, especialmente si la línea direccional es el respeto por el sexo del cuerpo. La mayoría de los niños hasta la adolescencia, y después hasta la edad adulta, se adaptan a su sexo anatómico, pero otras veces no. Eso puede ocurrir debido al cambio de sexo entre una y otra encarnación. No debemos por lo tanto, esperar una constante correspondencia entre los hechos y los efectos, en la medida en que, a los mismos efectos pueden atribuirse diversas causas. Hay otros factores que intervienen en esos casos. Una misma observación de ese tipo, en criaturas diferentes, podrá tener causas diferentes. Tales causas normalmente están directamente relacionadas con experiencias sexuales anteriores a la actual encarnación. El análisis, por lo tanto, será peculiar para cada caso. Un espíritu que reencarnó en un cuerpo femenino, en una próxima, al reencarnar en un cuerpo masculino, no tendrá tendencias homosexuales. La homosexualidad no corresponde siempre a la inversión de sexo de una hacia otra encarnación.

Como se puede ver a partir de las investigaciones de la Dr.ª Helen Wambach, el espíritu reencarna en ambos sexos, lo que corresponde a decir que todos tendríamos aquellas tendencias de forma acentuada. Sin embargo esto no corresponde a los hechos observados. Las reencarnaciones en sexos diferentes podrían justificar la existencia del ánimus y el ánima a que se refería Jung.

Léon Denis, en El problema del ser, del destino y del dolor, p. 177, sin discordar en la posibilidad del espíritu escoger reencarnar en el sexo opuesto al de la encarnación anterior, considera tal cambio inútil y peligroso. Algunas características físicas de un cuerpo presentadas en el otro (hombre imberbe) serían, para él, síntomas de ese cambio. Para nosotros, la utilidad del cambio, no necesariamente alternada, está en la oportunidad de que el espíritu adquiera aptitudes características de cada sexo. Tal vez la colocación haya sido hecha en función de un contexto y de una época de poco conocimiento y discusión respecto de la problemática sexual y, particularmente, homosexual.

El encuentro con el placer puede llevar al espíritu a no distinguir más el sexo del cuerpo objeto de su deseo. La satisfacción de aquel deseo lo hace insensible a esa percepción. Sus frenos inhibitorios desaparecen. Poco importa para él cuál es el cuerpo, o parte de él, que utilizará en la relación. Ese es uno de los motivos que pueden llevar el espíritu a una experiencia homosexual. Pasando de una a otra encarnación, esas tendencias pueden conservarse. El espíritu sólo cambiará su actitud si, en el intervalo de tiempo, se determinó para tal. Asimismo, es en la carne que él, verdaderamente, colocará a prueba su cambio.

Vale destacar que, el tabú existente sobre los asuntos que envuelven al sexo y su complejo relacionamiento con la moral, lleva el ser humano a tener muchos conflictos en esa área. La gran mayoría de los conflictos humanos se relaciona con la función sexual. Los procesos educativos que se establecen de una hacia otra encarnación, tienen relación con esa cuestión. Saber, conscientemente, dominar sus emociones en ese campo, es tener la certeza de que no habrá problemas a causa de la inversión de sexo en las sucesivas encarnaciones. Para los espíritus más experimentados, es igual reencarnar en un cuerpo masculino como en un femenino. Para esos espíritus el cuerpo es instrumento de evolución. Su identidad con el cuerpo es aparente, necesaria mientras encarnado, sin apego a la forma física. La búsqueda sexual es hecha dentro de los límites sociales, sin ningún énfasis. En algunos casos el espíritu prefiere ser célibe, buscando el reequilibrio. Para ellos el sexo no es impuro, sino energía creadora cuya utilización comprende los altos designios de la vida. 

Tomado del Libro “Reencarnación: Proceso Educativo” de Adenáuer Novaes
Traducción: Oscar Cervantes Velásquez

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Fernandez Colavida
 LA ÉTICA ESPIRITA

    A Cicerón se debe la traducción del adjetivo griego ethikós (que se refiere a la costumbre) al adjetivo latino moralis, de donde se ha derivado el substantivo moral, para tener la significación general de ética.
    
Sin embargo, llamaremos moral, en su carácter psicológico, lo perteneciente al espíritu... De ese modo, el término moral es sinónimo de bueno, en franca oposición al inmoral y al amoral. 

La moral, por tanto, en la filosofía, es la regla de conducta que el hombre debe seguir para vivir en conformidad con su naturaleza. 

No se puede exigir en la moral una exactitud o un rigor que proporcionan las ciencias físicas y matemáticas, por ejemplo, cuando se refieren al conocimiento y al comportamiento psicológico. 

Como consecuencia, la filosofía instituye que el hombre es el único ser que tiene conciencia de sí, de la finalidad de su vida en la Tierra y que se puede mover en el mundo visible con determinación razonable y libertad.

Por medio del entendimiento y de la voluntad este ser es diferente de los demás, pues sus facultades y atributos le propician la identificación de la verdad y del bien, equivalentes al conocimiento y al amor.

Que le impulsan a la adquisición de la felicidad por medio de reglas, principios y normas de deberes, comportamientos y derechos en relación a sí mismo, a su prójimo, a la vida y a Dios...

Su propósito esencial es descubrir cuál es el fin del hombre, así como cuáles son los principios y normas a que éste se debe someter, como individuo y como ciudadano...

La ética se propone, por tanto, moralizar las acciones humanas, utilizándose de reglas que estén de acuerdo con su naturaleza, con las leyes naturales que corresponden a la naturaleza de Dios.

La razón necesita distinguir cuáles son los juicios morales o principios primeros que se le imponen para distinguir lo bueno y lo malo, lo honesto y lo vituperable, lo digno y lo inmoral.

De los cuales se origina la responsabilidad moral imponiéndose como conciencia moral con fuerza y necesidad que conducen la inteligencia y el comportamiento.

La ley moral es manifestación de la ley eterna (de Dios) que se presenta en el hombre, en la condición de su conciencia moral, que es lo lógico, que es la razón cuando examina y juzga el valor ético de sus acciones.

Se exceptúan los ejemplos de los líderes y constructores del pensamiento ético universal, tales como: Sócrates, Cristo, Francisco de Asís, Lulero, Gandhi, que se sobrepusieron a los tiempos y comunidades donde vivieron.

La conciencia moral puede presentarse con caracteres subjetivos (individuales) y objetivos (sociales o colectivos).

Los primeros son las nociones que establecen los juicios de cuyas apreciaciones resultan las ideas del bien y del mal, de lo noble y de lo indigno, de la mentira y de la verdad, de lo justo e injusto, etc.

Son considerados principios universales e indispensables, porque se aplican en todas las cosas y circunstancias, acatados por todas las personas normales, lo que les da universalidad, y porque se originan en la naturaleza íntima de las cosas...

Estas conciencias - individual y colectiva - no solamente determinan las cosas, sino que establecen las reglas de conducta, prescriben los deberes en tomo del precepto básico.

Es indispensable practicar el bien y evitar el mal, resultando de tal observancia recompensas o castigos, de acuerdo con la acción practicada...

Los conceptos de moral tienen origen en dos órdenes de acontecimientos: efecto de la educación , del medio familiar, social, ambiental y porque son innatos, surgiendo como cualidades o atributos de la mente humana...

La esencia divina está presente en todas las manifestaciones de la vida, por tanto, igualmente en el orden moral: Ahí establece el destino y la naturaleza racional del hombre.

Hacia las Estrellas

(Fernández Colavida) Divaldo P. Franco 

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Mei Mei
     Íntimamente


Te enterneces con la historia de los personajes infelices en los romances que la televisión presenta. Te sensibilizas con la situación de las víctimas del drama social en los noticieros de la prensa. Entre tanto, anota por ti mismo.

Las actitudes de las personas que te comparten lo cotidiano, casi siempre, son duramente analizadas por tu sentido de observación, mientras que tus gestos son detallados en profundidad por las criaturas de las cuales dependes o por las que sientes afecto. Eso nos induce a pedirte misericordia en casa y en el grupo de trabajo al que te vinculas.

Ahí, en esos reductos estrechos de acción, es que se encuentran los maridos-problemas y las esposas-enigmas, los hijos en rebeldía y los padres enceguecidos en la intolerancia, los parientes adversarios y los compañeros antagónicos, junto a los cuales, en la Tierra, somos examinados por la Vida, en cuanto a los valores espirituales que ya hayamos conquistado en la escuela de la experiencia.

La familia y el núcleo de afinidades son los recursos de la senda evolutiva, en que todas las criaturas humanas son convocadas a los exámenes precisos cuyos resultados les barran o abren las puertas de la Espiritualidad Superior.

Sea cual sea la cuestión que te aflige el mundo interior, deja que la comprensión te ampare las manifestaciones personales y auxilia a los que aún no te pueden auxiliar. No siempre conseguirás besar la mano que te hiere, pero, en cualquier momento, dispones de la posibilidad de ofrecerle la bendición de la tolerancia.

Paciencia y amor son los medicamentos del alma, capaces de curar cualquier relación enfermiza. Adversarios y compromisos de existencias pasadas vuelven a nosotros, matemáticamente, en las áreas de la reencarnación para que le convirtamos la aversión en simpatía y el débito en rescate.

Nunca te olvides.

Te será siempre fácil enseñar el camino de la luz a los compañeros que desconoces, no obstante, en la vida particular, cada corazón es invitado a encender la luz del camino, en sí mismo, a fin de que seamos viajeros desviados en la jornada de elevación.
Extiende tu propia alma en la dádiva que hicieres.

Espíritu Meimei
Médium Francisco Cândido Xavier
Extraído del libro “Palabras del corazón”
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