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sábado, 26 de septiembre de 2015

La Higuera

El dios Baco
   LOS VICIOS Y LOS PLACERES
Las personas que alimentan vicios se hacen mal así mismas. Todos saben que los vicios son perjudiciales para la salud y nosotros tenemos el deber de cuidar del cuerpo, que es instrumento de nuestra evolución.
Cuando nos descuidamos de la salud y no tratamos debidamente al cuerpo; cuando desarrollamos vicios o practicamos excesos de cualquier naturaleza, o llegamos al mundo espiritual, a través de la muerte, podemos ser considerados suicidas inconscientes y sufriremos con esa situación. Si los vicios producen perturbaciones y sufrimientos aquí en la tierra, peor será después del desencarne (muerte), porque ellos se aferran en el cuerpo espiritual (periespiritu). Ese cuerpo es semejante al físico, es decir, es su matriz.
Por lo que dicen los espíritus, durante la gestación, la formación del feto es orientada por los moldes existente en la mente de la gestante, por los factores genéticos y, principalmente, por el modelo periespiritual del propio reencarnante. En ese detalle esta la explicación para muchas enfermedades y deformidades congénitas. Informan que, al desencarnar una persona viciada, su vicio no se acaba junto con el cuerpo carnal y, en la otra dimensión, o sea, en el mundo espiritual, sus deseos se tornan mucho más intensos porque el periespiritu, libre del cuerpo de carne que lo cubre, es un organismo de gran sensibilidad. Así, el deseo de saciar el vicio se transforma en una verdadera tortura.
Muchos espíritus de viciados acaban encontrando maneras verdaderamente abyectas de saciarse a través de personas encarnadas que se entregan a los mismo placeres. En esos casos, alguien que fue viciado, digamos en alcohol, se aproxima al embriagado encarnado, se arrima a él, se envuelve con el de manera que pueda conseguir absorber parte etaria del alcohol y así, de cierta forma, saciar su propio deseo. Es por eso que muchas personas beben hasta caer, en un descontrol total, sin fuerzas para vencer el vicio. Es verdad también que en el caso de los alcohólicos hay siempre un compromiso en vidas pasadas, que dejo sus periespiritu con ese tipo de predisposición.
Lo mismo ocurre con relación al humo, a las drogas y hasta al sexo mismo. Pero, hay también los vicios de naturaleza moral, tales como la envidia, la codicia, el egoísmo, el desamor, la liviandad, la deshonestidad, la crueldad, la mentira y tantos otros, que generan sufrimientos después de la muerte, por retener a sus portadores en zonas inferiores del mundo espiritual.
Es, pues, muy importante liberarse de todo tipo de vicios y cuanto antes, trabajando para la reforma interior, para que el retorno al mundo espiritual por las puertas de la muerte, venga a ser una ocurrencia feliz, pudiendo reencontrar viejas amistades y disfrutar de la paz y de la felicidad, que las dimensiones espirituales más elevadas proporcionan.
Pero esto no significa que alguien deba vivir a parte del mundo, sin cultivar placeres. Estos son muy importantes porque, junto con la satisfacción de las necesidades elementales de la existencia, forman el más fuerte instrumento o palanca de la vida y de la propia evolución. La necesidad empuja y el placer atrae. ¿Lo que más motiva al ser humano en sus pasos, en sus acciones, no es sino la necesidad y el placer? Los placeres, en verdad, son fuerzas de la vida que nos impulsan para el progreso material. Pero, como en todo, es preciso ver cuales benefician y cuales perjudican. ¿Esto me hace mal?
¿Puede perjudicarme aquí en la tierra o en el mundo espiritual después de mi retorno para allá? ¿Puede perjudicar a otras personas o traerles algún tipo de sufrimiento? ¿Puede traer perjuicios a la naturaleza, o al medio ambiente?
Lo importante es saber analizar y definir cuáles son los placeres perjudiciales y cuales aquellos que nos perjudican a nosotros mismos, al prójimo o a cualquier otro segmento de la vida, para que no se transformen en causas para sufrimientos, generando karma negativo. Los otros, los que no hacen mal, son palancas para levantar nuestras fuerzas y darnos alegría de vivir. Fuimos creados para ser felices.
Los problemas de la vida pueden ser comparados a un cordel rodeándonos que es necesario deshacer, dejándolo liso. ¿Si comienzas a dar tirones en ese cordel solo vas a apretarlo cada vez más, no es verdad?
Pero si lo deshaces pacientemente, uno por uno, tendrás todos desatados y el cordel estirado. Con los problemas es la misma cosa.

Saara Nousiainen
DEL LIBRO: Nosotros y el Mundo Espiritual 
                                                           
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INQUEBRANTABLE ESTADO DE ÁNIMO
En tu compromiso personal de renovación continua con Jesús, resguárdate contra los factores circunstanciales, sutiles y peligrosos que se te insinúan, transformándose, posteriormente, en tus verdugos impiadosos.
El acido de la ingratitud, la hiel de la amargura demorada, el vinagre de la rebeldía constante, la truculencia de la rebeldía, la sombra de la duda, la lámina de la maledicencia, el veneno de la ira, el verdor de la pereza y todo un cortejo que lentamente penetra, domina los engranajes de tu labor, emperrando la máquina de tus aspiraciones y sitiándote en el canto oscuro de escepticismo o en el pozo hondo de la soledad.
En lugar de ellos deja que se instalen en la labor exhaustiva por el bien, el aroma de la esperanza en las acciones, el oleo del optimismo en las piezas oxidadas por la decepción, la llama de la alegría en toda la actividad, la presencia de la tolerancia en la lucha, el abrazo de autentica fraternidad junto a los demás, la paz de la paciencia y el tempero de buen humor, de una forma estimulante para los calentados momentos en los que los problemas parezcan amenazarte y consumirte. .
No faltan los conspiradores de la paz en los cuadros de nuestro buen vivir.
Pululan, entre tanto, también, los estímulos de la santificación cuando nos volcamos para las esferas de la luz.
Mirando al Sol y dejándote vislumbrar por el, es natural que no siempre te detengas en el suelo y tus pies sean heridos, agredidos por el brezo y por el pedrusco que tendrás que calcar. No obstante, cuando llegues a la meseta te deslumbrarás, al contemplar al frente, los horizontes sin fin de la plenitud de la vida, serán de menor importancia los obstáculos a superar, que quedaran por detrás, los problemas superados que dejaste al margen.
Cada alma, sin embargo, sigue hasta donde puede. No seas de aquellos que colectan amarguras, que desertan, que desconfían, que rumian desesperos íntimos, que modifican la estructura de hechos al placer del desequilibrio interior…
Hijo de la luz divina, marchando en la dirección del Padre, deja las vallas de amor como gotas de afecto y de cariño por los caminos recorridos, porque el hombre será siempre, hoy o más tarde, lo que haga de sí mismo.
Fuerte, deberá vencer las pasiones; débil, deberá fortalecerse en Cristo para la victoria de si mismo
Entregándote en un clima de total confianza a Dios triunfarás, porque tal es la meta a la que todos nosotros estamos destinados.
Del libro: Leyes Morales de la Vida
Divaldo Pereira Franco
Dictado por el espíritu Joanna de Angelis.
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                                  LA HIGUERA



Un día caminando por las sierras, disfrutando del paisaje y del descanso del fin de semana, me encontré algo que llamó poderosamente la  atención, una pequeña higuera creciendo en una piedra. Como estaba con la cámara fotográfica,  hice una foto, y mientras lo hacía, pensé, tengo que hacer un artículo sobre esto.
Muchos se preguntarán que me llevó a hacer un artículo sobre una simple higuera, pues bien, les diré, que me llamó poderosamente la atención el nacimiento de este árbol frutal en un medio tan hostil y tan diferente al tradicional y todo esto lo relacioné con  la disposición que tiene cada ser humano al afrontar en esta vida tantas dificultades.
Cuado veía la higuera creciendo en la roca paralelamente me acordaba de mucha gente que he escuchado a lo largo de mi vida decir estar deprimida, con problemas, que no podían salir adelante o con falta de tiempo para realizar un trabajo interior por no estar en un medio adecuado.
La higuera en la piedra me hizo pensar en todas aquellas personas que no supieron adaptarse al medio ambiente y sucumbieron ante las adversidades de la vida, y que ni siquiera entendieron el porque de su paso por la vida.
Muchos pensamientos de una manera intuitiva  me pasaron por la cabeza ,  me alegraba cuando veía esta higuera cumpliendo con su misión en la tierra, ... crecer a pesar de todo.
Todo ello me llevó a la reflexión, una reflexión que solo me reafirmaba lo que ya sabía, pero intuitivamente sabía que tenía que escribir este artículo para muchos que aún necesitan reafirmar de que no importa el medio en que uno viva, o en que familia ha nacido, si es pobre o rico, si nació en el primer mundo o en el último, si nació con problemas o sin ellos. La vida tiene muchas facetas y nosotros al igual que nuestra amiga la higuera solo tenemos que crecer a pesar de los obstáculos, aprender y crecer espiritualmente, ese es nuestro fin, nuestro destino en nuestra evolución. Sucumbir en nuestra evolución es solo demorar nuestra felicidad.
Anímate y se como la higuera, no solo crece sino también da tus frutos para que otros también puedan crecer.
( Trabajo de Espiritismo Estudios).
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         En el combate al egoísmo


Por el Espíritu Emmanuel. Psicografía de Francisco Cándido
Libro Joyero de Luz. Lección nº. 4. Página 105.

Ayuda a quien te calumnia, ofreciéndole, en silencio, nuevos recursos de apreciación a tu respecto, a través de los buenos ejemplos.
Ampara a aquel que te persigue sin razón, dirigiéndole vibraciones de amor, en tus oraciones más íntimas.
Auxilia a aquel que te inclina a tipos de felicidad diferente de la tuya, derramando las bendiciones de tu amistad en el nível de evolución en que se coloca.
Sé útil al compañero que no te comprende, manteniéndote invariablemente dispuesto a socorrerlo en sus necesidades.
Olvidate para servir.
Renuncia a ti mismo, a fin de que el ideal del bien supere el círculo de tu personalidad.
Ajústate a los designios de la unión fraterna para registrar, en tú camino, los anhelos y las esperanzas de todos los que te cercan.
¡Considera como tu sufrimiento el de tu hermano!...
Compadécete de las víctimas infelices del odio y de la maldad y, sin el veneno de la queja en tu pensamiento o en tus labios, sigue distribuyendo los dones de la bondad pura.
Cuando pudiéramos olvidar el centro oscuro de nuestro “Yo”, envolviéndolo en la claridad sublime de la voluntad de Dios, que desea el bien y la paz, el progreso y la alegría para todas las criaturas, habremos vencido en nosotros el egoísmo – viejo monstruo de mil garras – que nos retiene en el infierno de la crueldad, estableciendo el cielo en nuestro propio corazón.

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