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jueves, 24 de septiembre de 2015

El génesis de la razón científica

Previsiones de Chico Xavier sobre la Tierra





En el Jornal Folha Espírita de Mayo de 2011 (Nº 439), de la autoría de Marlene Nobre, fue publicada una entrevista hecha en 1986 a Chico Xavier por Geraldo Lemos Neto, fundador de la casa de Chico Xavier en Pedro Leopoldo (MG), donde Chico hace revelaciones respecto al futuro de nuestro planeta. ¿Será mera coincidencia o el camino que nos están señalando hace parte de este proceso? Los invito a esta lectura.

“El tema de la transformación de la Tierra de un mundo de expiación y pruebas hacia mundo de regeneración, anunciado por el mismo codificador de la Doctrina Espírita, Allan Kardec, siempre interesó e intrigó a Geraldo Lemos Neto, fundador de la Casa de Chico Xavier, de Pedro Leopoldo (MG).

En 1984 Lemos Neto se casó con Eliana, hermana de Vivaldo da Cunha Borges, quien vivía con Chico Xavier desde 1968 y diagramaba todos sus libros. A partir de entonces, pasó a disfrutar de una mayor intimidad con Chico en Uberaba, visitándolo con más frecuencia y hospedándose en su residencia. “Puedo decir que esa época fue para mi corazón un verdadero tesoro de los cielos. Hasta hoy me acuerdo de aquellos años de convivencia amorosa e instructiva en la compañía del sabio médium y amigo con profunda gratitud a Dios, que me permitió semejante concesión por voluntad de su Misericordia Infinita. De esta manera, tuve la felicidad de convivir en intimidad con Chico Xavier, dialogando con él muchísimas veces, hasta altas hora de la madrugada, sobre variados asuntos de nuestro interés común, particularmente sobre esclarecimientos importantes acerca de la Doctrina de los Espíritus y del Evangelio de Jesús”, recordó.

Uno de esos temas, como recuerda Lemos Neto, fue en relación al Apocalipsis, del Nuevo Testamento. “Siempre me fascine con el tema, relatando a Chico Xavier mi dificultad de entender el libro sagrado escrito por la mediúmnidad de Juan Evangelista. Desde entonces, en nuestros coloquios, Chico Xavier tenía siempre una u otra palabra esclarecedora sobre el asunto, acentuando ese o aquel versículo haciéndome comprender, poco a poco, el momento de transición por el cual pasa nuestro orbe planetario, a camino de la regeneración”, afirma. Fue en una de esas conversaciones habituales, recordando el libro de su psicografía, Brasil, Corazón del Mundo, Patria del Evangelio, escrito por el espíritu Humberto de Campos, que Lemos Neto expresó al médium su duda en cuanto al título del libro, toda vez que en esa ocasión, a mediados de la década del 80, Brasil estaba sumergida en una hiperinflación, la miseria, el hambre, grandes disparidades sociales y el descontrol político y económico, sin hablar de los escándalos de corrupción y el atraso cultural.

“Recuerdo, como si fuera hoy, la expresión de sorpresa de Chico respondiéndome: ‘Hombre, Geraldinho, ¿usted desea privilegios para la Patria del Evangelio, cuando el fundador del Evangelio, que es Nuestro Señor Jesucristo, vivió en la pobreza, rodeado de enfermos y necesitados de todo orden, experimentó toda suerte de vicisitudes y persecuciones para ser ejecutado, casi abandonado por sus amigos más próximos y morir crucificado entre dos ladrones? ¡No nos olvidemos que el fundador del Evangelio atravesó toda suerte de probaciones, padeció el martirio de la cruz, pero después dejó la cruz y resucitó para la Vida Inmortal! Eso debe servir de derrotero para la Patria del Evangelio. ¡Un día habremos de resucitar de las cenizas de nuestro propio sacrificio para demostrarle al mundo entero la inmortalidad gloriosa!’”, esclareció.

Sobre esas y otras revelaciones hechas a él por Chico Xavier y sobre hechos relacionados al año en que se dará la gran transformación de nuestro planeta, Lemos Neto dice más abajo:

Mirada Espírita – En el libro A Camino de la Luz, nuestro benefactor Emmanuel ya había previsto que en el siglo XX habría una vez más una reunión de los Espíritus Puros y Elegidos por el Señor, con el fin de decidir en cuanto a los destinos de la Tierra. La reunió sucedió y a ella comparecieron Chico y Emmanuel – los misioneros que han trabajado abnegadamente, durante siglos enteros, en favor de la renovación humana. ¿Cuáles son los resultados de esa reunión?

Geraldo Lemos Neto – En el transcurso de nuestra conversación, le pregunte a Chico que quería decir exactamente respecto al sacrificio de Brasil. ¿Estaría previendo el futuro de nuestra nación y del mundo? Chico pensó un poco, como si estuviese vislumbrando escenas distantes y, después de algún tiempo, regresó para decirnos:

“¿Usted se acuerda, Geraldinho, del libro de Emmanuel A Camino de la Luz? ¿De las páginas finales de la narrativa de nuestro benefactor, en el capítulo XXIV, cuyo título es El Espiritismo y las Grandes Transiciones? En él, Emmanuel afirmaba que los espíritus abnegados y esclarecidos hablaban de una nueva reunión de la comunidad de las potencias angélicas del Sistema Solar, de la cual Jesús es uno de los miembros divinos, y que la sociedad celeste se reuniría por tercera vez en la atmosfera terrestre, desde que Cristo recibió la sagrada misión de redimir a nuestra humanidad, para, decidir nuevamente sobre los destinos de nuestro mundo. Pues bien, Emmanuel escribió esto en 1938 y estoy informado que esa reunión de hecho ya ocurrió. Ella se hizo cuando el hombre finalmente ingresó en la comunidad planetaria, dejando el suelo terrestre para pisar por primera vez el suelo lunar. El hombre, por su propio esfuerzo, conquistó el derecho y la posibilidad de viajar a la Luna, hecho que se materializó el 20 de julio de 1969. En aquella ocasión, el Gobernador Espiritual de la Tierra, que es Nuestro Señor Jesucristo, oyendo el llamado de otros seres angelicales de nuestro Sistema Solar, convocaron una reunión destinada a deliberar sobre el futuro de nuestro planeta. Lo que puedo decirle, Geraldinho, es que después de muchos diálogos y debates entre ellos, fueron dadas diversas sugerencias y, al final del celeste conclave, la bondad de Jesús decidió conceder una última oportunidad a la comunidad terráquea, una última prórroga para la actual civilización del planeta Tierra. Todas las acciones kármicas previstas para acontecer al final del siglo XX fueron entonces suspendidas, por la Misericordia de los Cielos, para que nuestro mundo tuviese un último chance de progreso moral. Lo curioso es que vamos a reconocer en los Evangelios y exactamente en el Apocalipsis este período actual, que estamos viviendo, como la undécima hora o el último recurso, o la también llamada última hora”.


FE – ¿Cómo reaccionó usted ante la descripción de lo que sucediera en esa reunión en las Altas Esferas?

Geraldinho – Es bastante curioso, con el desenlace del relato de Chico Xavier, le pregunte sobre cuales fueron entonces las deliberaciones de Jesús, y él me respondió: “Nuestro Señor decidió conceder una prórroga de 50 años a la sociedad terrena, iniciándose el 20 de julio de 1969, y, por lo tanto, para terminarse en julio de 2019. Jesús ordenó, entonces, que sus emisarios celestes se empeñasen más directamente en la manutención de la paz entre los pueblos y las naciones terrestres, con la finalidad de colaborar para que ingresásemos más rápidamente en la comunidad planetaria del Sistema Solar, como un mundo más regenerado, al final de ese período. Algunas potencias angélicas de otros orbes de nuestro Sistema Solar recelaron la dilación del plazo extra, y fue entonces que Jesús, en su sabiduría, resolvió establecer una condición para los hombres y las naciones de la vanguardia terrestre. Según la imposición del Cristo, las naciones más desarrolladas y responsables de la Tierra deberían aprender a suportarse unas a las otras, respetando las diferencias entre ellas, absteniéndose a lanzarse a una guerra de exterminio nuclear. La faz de la Tierra debería evitar a todo costo la llamada III Guerra Mundial. Según la decisión de Cristo, si y solo si las naciones terrenas, durante este período de 50 años, aprendiesen el arte de la buena convivencia y de la fraternidad, evitando una guerra de destrucción nuclear, el mundo terrestre estaría finalmente admitido en la comunidad planetaria del Sistema Solar como un mundo en regeneración. ¡Ninguno de nosotros puede prever, Geraldinho, los avances que se darán a partir de esa fecha de julio de 2019, si solo sabemos defender la paz entre las naciones más desarrolladas y cultas!”.

FE – ¿Cuáles son los acontecimientos que podemos prever con esas revelaciones para la Tierra?

Geraldinho – Entonces le pregunte a Chico, a que avances se refería y él me respondió: “Alcanzaremos la solución para todos los problemas de orden social, como la solución a la pobreza y al hambre que se extinguirán, descubriremos la cura de todas las enfermedades del cuerpo físico por la manipulación genética en los avances de la Medicina; el hombre terrestre tendrá amplio y total acceso a la información y a la cultura, que se generalizará; también nuestros hermanos de otros planetas más evolucionados tendrán el permiso expreso de Jesús para presentársenos abiertamente, colaborando con nosotros y ofreciéndonos nuevas tecnologías, hasta entonces inimaginables a nuestro actual estado de desarrollo científico; fabricaremos aparatos que nos facilitarán el contacto con las esferas de los desencarnados, posibilitando nuestra saludable conversación con los seres queridos que ya partieran para el más allá; en fin estaríamos ante un mundo nuevo, una nueva Tierra, una gloriosa fase de espiritualización y belleza para los destinos de nuestro planeta”.

Fue entonces que, haciendo las veces de abogado del diablo, le pregunté: Chico, hasta ahora usted me ha hablado solo de la mejor hipótesis, que es esta en que la humanidad terrestre permanecería en paz hasta el fin de aquel período de 50 años. ¿Pero, y si aconteciera el caso que las naciones terrestres se lanzaran a una guerra nuclear? “Ah! Geraldinho, en caso de que la humanidad encarnada decida seguir el infeliz camino de la III Guerra Mundial, una guerra nuclear de consecuencias imprevisibles y desastrosas, entonces la misma madre Tierra, bajo los auspicios de la Vida Mayor, reaccionará con violencia imprevista por nuestros hombres de ciencia. El hombre comenzaría la III Guerra, pero quien iría a terminarla serian las fuerzas telúricas de la naturaleza, de la propia Tierra cansada de los desmanes humanos, y nos enfrentaríamos entonces con terremotos gigantescos; maremotos y ondas (tsunamis) consecuentes; veríamos la explosión de volcanes hace mucho extintos; enfrentaríamos deshielos arrasadores que avasallarían los polos del globo con trágicos resultados para las zonas costeras, debido a la elevación de los mares; y, en este caso, las cenizas volcánicas asociadas a las irradiaciones nucleares nefastas acabarían por tornar totalmente inhabitable todo el Hemisferio Norte de nuestro globo terrestre”.

Geraldinho – ¿Y que acontecería específicamente con el Brasil?

A lo que Chico respondió: “En las dos situaciones, Brasil cumplirá su papel en el gran proceso de espiritualización planetaria. En la mejor de las hipótesis, nuestra nación crecerá en importancia sociocultural, política y económica delante de la comunidad de las naciones. No solo seremos el granero alimenticio y de materias primas para el mundo, sino también la gran fuente energética con el descubrimiento de enormes reservas petrolíferas que harán de Petrobras una de las mayores empresas del mundo”.

Y prosiguió Chico: “Brasil crecerá a pasos agigantados y ocupará un papel importante en el escenario global, eso tendrá como consecuencia la elevación de la cultura brasilera en el escenario internacional y, arrastrará con ella, los libros del Espiritismo Cristiano, que aquí tuvieron suelo fértil para su desarrollo, alcanzando también el interés de las otras naciones. Ahora, en caso que ocurra la peor de las hipótesis, con el Hemisferio Norte del planeta convirtiéndose inhabitable, grandes flujos migratorios se formarían entonces hacia el Hemisferio Sur, donde se sitúa Brasil, que entonces será llamado directamente a desempeñar su papel de Patria del Evangelio, ejemplificando el amor y la renuncia, el perdón y la comprensión espiritual delante de los pueblos migrantes. La Nueva Era de la Tierra, en este caso, demoraría más tiempo para llegar con todo su esplendor de conquistas científicas y morales, porque sería necesario un largo período de reconstrucción de nuestras naciones y sociedades, forzadas a reorganizarse en sus fundamentos básicos”.

FE – ¿Según Chico Xavier, esos flujos migratorios serian pacíficos?

Geraldinho - Infelizmente no. Según me reveló Chico, lo que quedase de la ONU terminaría por decidir la invasión de las naciones del Hemisferio Sur, incluyendo ahí obviamente al Brasil y al resto de la América del Sur, Australia y el sur de África, a fin de que nuestras naciones fuesen ocupadas militarmente y divididas entre los sobrevivientes del holocausto del Hemisferio Norte. Ahí es donde nosotros, los brasileros, iríamos a ser llamados a ejemplificar la verdadera fraternidad cristiana, entendiendo que nuestros hermanos del Norte, aunque invasores “por la fuerza de las armas”, no dejaran de estar sobrecargados y afligidos con las consecuencias nefastas de la guerra y de las hecatombes telúricas, y, por lo tanto, deben ser considerados nuestros hermanos del camino, necesitados de apoyo, comprensión y amor.

En este punto de la conversación, Chico hizo una pausa en la narración y completó: “El Brasil como lo conocemos hoy será entonces transformado y dividido en cuatro naciones distintas. Solamente una cuarta parte de nuestro territorio permanecerá con nosotros y a los brasileros le restaran los Estados del Sudeste sumados a Goiás y al Distrito Federal. Los norteamericanos, canadienses y mexicanos ocuparan los Estados de la Región Norte del País, en armonía con Colombia y Venezuela. Los europeos irán a ocupar los Estados de la Región del Sur de Brasil unidos a Uruguay, Argentina y a Chile. Los asiáticos, específicamente los chinos, japoneses y coreanos, irán a ocupar el Centro-Oeste, en compañía con Paraguay, Bolivia y Perú. Y, los Estados del Nordeste brasilero serán ocupados por los rusos y pueblos eslavos. No nos podemos olvidar que todo ese intrincado proceso tiene su ascendencia espiritual y estamos forzados a reconocer que tenemos mucho que aprender con los pueblos invasores. Veamos, por ejemplo: los norteamericanos nos pueden enseñar el respeto a las leyes, el amor al derecho, a la ciencia y al trabajo. Los europeos, de forma general, podrán traernos el amor a la filosofía, a la música erudita, a la educación, a la historia y a la cultura. Los asiáticos podrán incorporar a nuestra gente sus más altas nociones de respeto al deber, a la disciplina, a la honra, a los ancianos y a las tradiciones milenarias. Y entonces, nosotros los brasileros, le ofreceremos a ellos, nuestros hermanos en la carne, los más altos valores de espiritualidad que, merced a Dios, atesoramos en el corazón fraterno y amigo de nuestra gente simple y humilde, esa gente buena que reencarnó en la gran nación brasilera para dar cumplimiento a los designios de Dios y demostrar a todos los pueblos del planeta la fe en la Vida Superior, testimoniando la continuidad de la vida más allá de la muerte y el ejercicio sereno y noble de la mediúmnidad con Jesús”.

FE – ¿Brasil, aunque sufriendo el impacto moral de esa ocupación extranjera, estaría inmune a los movimientos telúricos de la Terra?

Geraldinho – Lamentablemente, no. Según Chico Xavier, Brasil no tendrá privilegios y sufrirá también los efectos de terremotos y tsunamis, especialmente en las zonas costeras. Sucede que, de acuerdo con el médium, el impacto por aquí será bien menor si se compara con lo que sucederá en el Hemisferio Norte del planeta.

FE – ¿Por lo que se desprende de lo explicado por Chico Xavier, usted también cree que la llegada del hombre a la Luna, en julio de 1969, haya precipitado en cierta forma la preocupación por las conquistas científicas de los humanos, que podrían colocar en peligro el equilibrio del Sistema Solar?

Geraldinho – Si, creo que la revelación de Chico Xavier al respecto trae, entrelineas, esa preocupación celeste en cuanto a las posibles interferencias de los humanos terráqueos en los destinos del equilibrio planetario en nuestro Sistema Solar. Por lo que Chico Xavier dijo, algunos de los seres angélicos de otros orbes planetarios no estarían dispuestos a darnos más este plazo de 50 años, que vencerá en apenas ocho años, temerosos tal vez de nuestras nefastas y perniciosas influencias. Esta última hora bien podría ser considerada por nosotros como la última bendición misericordiosa de Jesucristo en nuestro favor, toda vez que, por la explicación de Chico Xavier, fue Nuestro Señor, quien abogó, una vez más, en favor de nuestra causa.

FE – ¿La reunión de la comunidad celeste habría decidido algo más, según la exposición de Chico Xavier?

Geraldinho – Si. Otra decisión de los benefactores espirituales de la Vida Mayor fue la que determinó que, después de la alborada del año 2000 de la Era Cristiana, los espíritus empedernidos en el mal y en la ignorancia no recibirían más el permiso para reencarnar en la faz de la Tierra. Reencarnar aquí, a partir de esa fecha, equivaldría a un justo premio, destinado solo a los espíritus más fuertes y preparados, que supieron acumular, en el transcurso de sus múltiples reencarnaciones, conquistas espirituales relevantes como la mansedumbre, la dulzura, el amor, la paz y la concordia fraternal entre pueblos y naciones. Se adhiere dentro de esa programación de orden superior a la misma reencarnación del mentor espiritual de Chico Xavier, el espíritu Emmanuel, que, de hecho, vino a renacer, según Chico informó a sus amigos más próximos, exactamente en el año 2000. Ciertamente, Emmanuel, reencarnado aquí en el corazón de Brasil, habrá de desempeñar significativo papel en la evolución espiritual de nuestro Orbe.

Todos los demás espíritus, recalcitrantes en el mal, serian entonces, a partir de 2000, encaminados forzosamente a la reencarnación en mundos más atrasados, de expiación y de pruebas desagradables, o también en mundos primitivos, vivenciando aún el estado del hombre de las cavernas, para poder purgar sus desmanes y su indocilidad a los designios superiores. Chico Xavier tenía conocimiento de esos mundos para donde los espíritus obstinados estarían siendo exiliados. Según él, el mayor de esos planetas se llamaría Kírom o Quírom.

FE – Prácticamente solo nos restan ocho años. Emmanuel habla en la entrevista de la década de 1950, ya publicada en estas páginas, que es urgente la transformación moral de la humanidad. ¿Cuál debe ser nuestra conducta frente a revelaciones tan terribles y el consejo del mentor?

Geraldinho – Entonces, queridísima Marlene, la última hora está de hecho ahí demostrada. Basta tener “ojos para ver y oídos para oír”, según la afirmación de Jesús. Es nuestro último chance, es la última hora… No hay más tiempo para el materialismo. No hay más tiempo para ilusiones o engaños inmediatistas. O seguiremos con la Luz que efectivamente buscamos, o nos hundiremos en las sombras de nuestra propia ignorancia. ¿Qué será de nosotros? La respuesta está en nuestro libre arbitrio, individual y colectivo. Es nuestra escogencia de hoy la que va generar nuestro destino. Podremos optar por el mejor camino, el de la fraternidad, de la sabiduría y el amor, y la regeneración llegará para nosotros de forma brillante a partir de 2019; o podremos simplemente escoger el camino del sufrimiento y del dolor y, en este infeliz caso, tendremos un largo período de reconstrucción que podrá durar más de mil años, según Chico Xavier. Entretanto, seamos optimistas. Recordemos que de este período de 50 años ya pasaron 42 años en que las naciones más desarrolladas y responsables del planeta consiguieron soportarse unas a otras sin lanzarse a una guerra de exterminio nuclear. Esta era la precondición impuesta por Jesús. Hasta aquí seguimos bien, aunque entre tropiezos. Nos falta hoy solo el recorrido de la última milla, los últimos ocho años de este período de excepción y misericordia del Altísimo. ¡Ojalá prosigamos en la mejor compañía!

Como podemos fácilmente concluir, todo dependerá, en último análisis, de nuestras propias escogencias, ya sea como entidades individuales o colectivas, para nuestro progreso y ascensión espiritual. Es el “¡A cada uno será dado según sus obras!” que el Cristo nos enseñó.

No estamos entregados a la fatalidad ni predeterminados al sufrimiento. Estamos delante de una encrucijada del destino colectivo que nos une a nuestra casa planetaria, aquí en la Tierra. Tenemos ante nosotros dos caminos a seguir. El camino del amor y de la sabiduría nos llevará a una más rápida ascensión espiritual colectiva. El camino del odio y de la ignorancia nos acarreará un más amplio perjuicio de siglos en la reconstrucción material y espiritual de nuestras colectividades. Todo llegará de acuerdo con nuestras escogencias de ahora, individuales y colectivas. Oremos mucho para que los Benefactores de la Vida Mayor continúen ayudándonos e incentivarnos a seguir por el Camino de la Verdad y de la Vida. El mismo espíritu Emmanuel, a través de Chico Xavier, respondiendo a una entrevista ya publicada en el libro, nos dice que las profecías son reveladas a los hombres no para ser cumplidas. Son en realidad un grande aviso espiritual para que mejoremos y apartemos de nosotros la hipótesis del peor camino”.

Previsiones ya realizadas

Algunas de las previsiones de Chico Xavier ya se produjeron. Después de 1969, Brasil inició un ciclo de desarrollo importante; vino la democratización sin traumas sangrientos, haciendo la transición de forma pacífica y ordenada. Europa, antes dividida en naciones antagónicas, pasó a considerar la posibilidad de una unión más amplia, terminando por consolidar la existencia de la Unión Europea como un mercado común económica y políticamente hablando, llegando, inclusive, a lanzar una moneda única, en sustitución a las antiguas, que es el Euro de hoy. Después de 1969, la Guerra Fría se enfrió; cayó la cortina de hierro de la Europa Oriental; se derrumbó el Muro de Berlín; se desmoronó la antigua URSS como resultado de la Perestroika para el surgimiento de una nueva Rusia más libre, junto a nuevas naciones asociadas. El brote de desarrollo de China y de los países llamados tigres asiáticos ciertamente viene colaborando para la unión y mayor interacción entre pueblos distantes.

Brasil se abrió también hacia el mundo, estabilizó su economía, lanzo una moneda fuerte, el Real, creció económicamente y descubrió vastas reservas petrolíferas, convirtiéndose en una nación muy importante en el escenario internacional, asumiendo nuevas responsabilidades en el progreso de las naciones. Hoy el mundo está mucho más consciente de las responsabilidades ambientales, y grandes movimientos globales en ese sentido ya surgieran como el Protocolo de Kyoto. Las ciencias avanzan a pasos agigantados, y los científicos decodificaron el DNA humano con innegables beneficios para el combate de las enfermedades del cuerpo físico. Las telecomunicaciones estrecharon los lazos entre los seres y las naciones, con la telefonía celular al alcance de toda la gente y el internet de banda ancha acelerando el acceso al conocimiento general y la libertad de pensamiento. Grandes movimientos colectivos hoy obligan a gobernantes tiránicos a ceder espacio a las nuevas democracias. Todo eso fuera previsto por Chico Xavier, a mediados de la década del 80, mucho antes de que aconteciera.

“Todo encaja como parte de un retrato más amplio del trabajo de los benefactores espirituales de la Vida Mayor en favor de la paz y de la concordia, del desarrollo y de la cultura a escala global. Los emisarios de Cristo están actuando a nuestro favor y, por eso mismo, no podemos perder la fe en la continuidad de esta ayuda”, afirma Lemos Neto. “Todo eso sin mencionar los grandes avisos que la misma Tierra nos está dando. El calentamiento global es un hecho. El Jornal Nacional dio la noticia hace pocos meses que el casquete polar del Norte estaría totalmente deshelada a mediados de 2012, según conclusiones de renombrados científicos. Después del año 2000 algunas naciones habrán sufrido tsunamis y terremotos cada vez más terribles, diezmando a decenas de millares de víctimas. La media global anterior para terremotos por encima de 9.0 puntos en la escala de Richter era de uno por década, y en los últimos diez años ya tuvimos cinco temblores por encima de esa magnitud, siendo dos en el espacio de un año, el de Chile y el de Japón, más recientemente. Los avisos están ahí: el hombre terrestre necesita cambiar interiormente, se oye por todas partes, es un gran llamado a su espiritualización. ¡Continuemos confiando en Dios y en Jesús, Nuestro Señor, que no nos desamparará!”, finaliza.

Traducción al español: Oscar Cervantes Velásquez
Centro de Estudios Espíritas Francisco de Asís
Santa Marta - Colombia
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El espirita ante la doctrina

Obligación primordial del espírita es velar por su tesoro: La Doctrina Espírita. Pero, para eso, él debe estudiarla, conocerla bien, pues, de lo contrario, ¿cómo habrá de celar por ella? El Espiritismo no es apenas una eclosión mediúmnica, no es solamente manifestaciones de espíritus. Es la Doctrina del Consolador, del Espíritu de la Verdad, del Paráclito, prometida y enviada por el Cristo para orientamos. Siendo así, no basta al espírita frecuentar sesiones, hacer oraciones, implorar el auxilio de los Buenos Espíritus. 
Si Jesús nos dio el mensaje redentor del Evangelio, y prometió que nos enviaría el Consolador -y en la época precisa realmente lo envió-, es que tenemos que conocer el Evangelio y conocer el Espiritismo. Los hebreos estudiaban minuciosamente la Ley Antigua, que está en el Viejo Testamento. Los cristianos estudian la Ley Nueva, que está en el Nuevo Testamento.
Los espíritas, que son los cristianos renacidos del agua y del espíritu, deben estudiar las obras de Kardec, que son la Codificación del Espiritismo, la Nueva Revelación. Muchos espíritas dicen que no disponen de tiempo para estudiar los libros doctrinarios. Entienden que basta escuchar a los Guías, en las sesiones mediúmnicas. Muchas veces, sin embargo, esos mismos Guías no tienen conocimiento doctrinario, son espíritus tan ignorantes cuanto sus mismos protegidos. Y el Evangelio nos enseña que, si un ciego guía otro ciego, ambos van a caer en el barranco.
Vivimos en un mundo en fase de transición evolutiva. En un mundo, por tanto, en que proliferan espíritus agitados por ideas nuevas, deseosos de transmitirnos sus «revelaciones» personales. ¿Qué es lo que será de nosotros, si no nos esclarecemos y precavernos? Hay espíritas que se dejan llevar por los falsos profetas, encarnados y desencarnados, que llenan nuestro mundo de novedades absurdas, perturbando el movimiento doctrinario e impidiendo la buena divulgación de la luz. Acreditan esos espíritas que Allan Kardec está superado, y por tanto que la obra de Kardec no tiene nada más que enseñarnos. jAh, cómo se engañan esos pobres hermanos, llevados por ilusiones momentáneas! ¿Entonces Jesús, nuestro Maestro y señor, no sabía lo que nos prometía, cuando anunciaba la venida del Consolador, para quedar eternamente con nosotros? ¿Jesús nos envió toda una admirable Falange de Espíritus de la Verdad para hacer revelaciones tan insignificantes, que no resistirían a más de un siglo? Pues hace poco más de un siglo que el Espiritismo apareció en el mundo, para consolar y orientar a los hombres, con vistas al Mundo Regenerador al que nos dirigimos, en el proceso de evolución de la Tierra.
¿Y en ese breve espacio de ciento y poco de años, toda la Revelación Espírita envejeció? ¿Si la verdad es eterna y, tanto en el Viejo como en el Nuevo Testamento, continúa brillando de la misma manera que hace millares de años, no tenemos, entonces la verdad en el Espiritismo? Piensen en eso los hermanos que se dejan llevar por las novedades del momento. Y tengan cuidado, pues la responsabilidad espiritual es nuestra mayor responsabilidad en la existencia terrenal. ¡Ay de aquellos que, por vanidad, pretensión, deseo de sobresalir de los demás, contribuyan para la confusión y la desorientación de sus hermanos espíritas! Hay espiritas que dicen: las obras de Kardec no traen novedades, hay otros libros que nos hablan de cosas más interesantes, contándonos sucesos desconocidos, dándonos enseñanzas nuevas. ¡Ah, pobres hermanos que no toman conocimiento de la promesa del Señor, que menosprecian su dádiva!
¿Entonces el Señor y Maestro nos promete el Consolador y nos lo envía, para ahora nosotros dejarlo de lado y correr como locos atrás de los falsos profetas, de los falsos Cristos, de los falsos Kardecs, que proliferan en la vanidad humana? ¿Somos, por acaso, más elevados en discernimiento que el propio Maestro y Señor? No, hermanos, no tenemos el derecho de pensar así. El Espiritismo es la Mayor Verdad que podemos conocer, en esta fase evolutiva de la Tierra. Su aparecimiento fue preparado por el Alto. Antes de encarnarse Kardec, para cumplir su misión, numerosos hechos espiritas ya ocurrieran en el mundo; predisponiéndonos a la comprensión del trabajo del Codificador. Él mismo, el Codificador, vivió cincuenta años preparándose, adquiriendo cultura y experiencia, conquistando toda la ciencia de su tiempo, madurando en el seno de la Humanidad, para integrarse plenamente en ella, y solamente a los cincuenta años de edad recibir del Alto la incumbencia de investigar los fenómenos y organizar la Doctrina.
Emmanuel nos dice, en A Camino de la Luz, que Kardec era uno de los más lúcidos discípulos de Jesús, enviado a la Tierra para cumplir la promesa del Consolador. ¿Y queremos, por acaso, ser más que él y que el Espíritu de la Verdad, que le asistía y guiaba? Algunos hermanos alegan lo siguiente: «El Espiritismo es demasiado simple, es el ABC de la Espiritualidad; tenemos mayores instrucciones en la Teosofía o en los Rosa-Cruces». Debían pensar antes que necesitamos justamente del ABC, pues somos todavía analfabetos espirituales.
El Espiritismo no tiene la pretensión de saberlo todo y todo enseñar. Porque las doctrinas que todo enseñan, en la verdad nada saben. Vean lo que los Espíritus respondieran a Kardec, en el primer capítulo de El Libro de los Espíritus, a respecto de nuestro conocimiento de Dios: «Dios existe, no lo podéis dudar, y eso es lo esencial. Acreditad en lo que os digo y no queráis ir más allá. No os perdáis en un laberinto de donde no podréis salir. Eso no os haría mejores, mas tal vez un poco más orgullosos, por que acreditaríais saber, cuando en realidad nada saberíais».
¿De qué nos valdría pensar que sabemos esto o aquello, sin en verdad saberlo? Solamente nuestra vanidad ganaría con eso, y el beneficio de la vanidad es pérdida para el espíritu. Acontece que todavía somos incapaces de conocer las causas primarias y las causas finales. Lo que más importa es evolucionar, progresar espiritualmente. Para eso estamos en la Tierra, con todas las limitaciones que nos impiden de avanzar más allá. Sólo hay un medio de vencer esas limitaciones: es aprender el ABC que el Espiritismo nos ofrece, que los Buenos Espíritus nos aconsejan y que el Espíritu de la Verdad nos envió, como la cartilla de estrellas de que estamos urgentemente necesitados.
El espírita, como nos enseña Miguel Vives, tiene un tesoro en sus manos. Dará prueba de ignorancia y de pretensión, si cerrar los ojos a ese tesoro para buscar otros, aparentemente más valiosos. ¿Qué vale más, hermanos: la humildad o la vanidad? Si es la vanidad, podéis adornaros con todos los grandes conocimientos ocultos, con todas las explicaciones misteriosas sobre Dios y el Infinito, con todas las fábulas y utopías a las cuales se refería elapóstol Pablo. En ese caso, dejaréis de lado la humildad. Esa pequeñina violeta del Mundo Espiritual, abandonada por vosotros reencenderá entonces su perfume entre los humildes. Y de éstos, según lo enseñó Jesús, será el Reino de Dios. No penséis, sin embargo, que el Espiritismo es doctrina estática, que no quiere ir más allá. Por el contrario, él es una doctrina dinámica y avanza siempre. Pero avanza en la medida de lo posible y de lo conveniente, con los pies en la tierra, para evitar el vértigo de las alturas.
En la proporción que crecemos moralmente -prestemos bien atención a esta palabra: MORALMENTE- el propio Espiritismo, dentro de las mismas obras de Kardec, desvelará nuevos mundos y nuevas enseñanzas ante nuestros ojos. Pero, entonces, estaremos en condiciones de comprenderlas. Todo se hace de manera progresiva, nada de saltos. Apegaros al Tesoro del Espiritismo, que la misericordia de Dios colocó en vuestras manos, si queréis realmente aprender y no apenas ilusionaros.
En conclusión: El espírita debe estudiar constantemente las obras de Kardec, que son el fundamento del Espiritismo, y no dejarse llevar por fascinaciones de la vanidad o de la ambición de saber lo que no puede; debe comprender los límites de su actual situación evolutiva, y humildemente procurar el medio de progresar.

Extraído del libro “El Tesoro de los Espíritas”
Miguel Vives
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  REFLEXIONANDO: Hoy mi alma se desnuda

    Si, hoy mi alma se desnuda ante vosotros, no como por impulso exibicionista, ni por pretender que se me considere ejemplo para alguien. Simplemente quiero señalaros, a modo de ejemplo, como os debeis de tratar de vez en cuando a vosotros mismos, con el fin de que vuestro crecimiento espiritual sea más consolidado y firme cada día.

   Es muy saludable, pararnos alguna vez e interrogarnos a nosotros mismos, buscando clarificar las respuestas que en realidad tenemos sobre nuestras conductas y creencias, por eso, invito  a todos los lectores, que al igual que yo hago aquí conmigo mismo, hagan a su vez todos ustedes, en la intimidad de sí mismos.

 ¿Qué es ser espirita?

En esencia, ser espírita, es ser un permanente buscador de la Verdad. Es sentirse cristiano en su más pura y primitiva expresión, porque el Espiritismo, según manifiestan los Espíritus Superiores,  se reconoce a sí mismo como la Tercera Revelación; como el Consolador que Jesús prometió que vendría en Su nombre a restablecer todas cosas, pero, ¿ qué cosas son esas?; ¿qué tendría que restablecer?. Es evidente que Jesús hablaba del restablecimiento de  sus enseñanzas y ejemplos que Él sabía que se perderían, resumidos todos ellos en la más pura Caridad, que es el Amor al prójimo puesto en acción. Para ello es imprescindible  liberarnos antes de nuestros defectos humanos que nos lo dificultan, lo cual supone una purificación o depuración espiritual, que finalmente es el verdadero sentido de nuestra existencia en este mundo.

¿ Para qué necesito del Espiritismo?

Porque he llegado a comprender que es algo más que una simple experiencia o fe religiosa. Porque siempre he sentido la inquietud por conocer la verdad, y he llegado a comprender que es la única doctrina filosófica y moral que se basa en unos razonamientos filosóficos incontestables y en unos hechos largamente repetidos a lo largo y ancho del mundo, por tanto me ha llevado a intuir aun antes de su estudio, que estaba ante algo realmente serio y trascendente, porque encierra una gran verdad y como dijo el Maestro Jesús de Nazaret, "conoceréis la Verdad, y la Verdad os hará libres"; ¿ libres de qué?, libres de la ignorancia, de la esclavitud de la materia, de nuestros defectos espirituales que nos impiden elevarnos sobre nosotros mismos..

¿ Pero, qué necesidad tendría yo?...

Si yo estuviera ciego de nacimiento, no podría llegar a comprender la necesidad de percibir la luz. Si yo no hubiese conocido el Espiritismo, jamás se me hubiese ocurrido que iba a ser algo tan fundamental en mi vida, que la iba a ir modelando y transformando poco a apoco, para mejorar mi Ser interior. Que mi conciencia moral se iba a modelar alrededor de este conocimiento. 
Una vez que se percibe la luz, ya no tenemos marcha atrás, ya no podemos ser de nuevo ciegos voluntarios, salvo que queramos ser infieles a nosotros mismos, porque esa luz pasa a ser una necesidad en nuestras vidas.

¿ Pero esto, es una creencia más?

   No es una creencia más, es un conocimiento de unas realidades que llamamos trascendes y espirituales, porque a diferencia de las simples creencias, tal como lo es la fe de las religiones, el Espiritismo  como meta moral progresiva y elevada, basa sus concusiones en dos pilares fundamentales: la Filosofía, que nos conduce de la mano con sus razonamientos, lógicos, coherentes, elevados , incontestables y absolutamente racionales, y  de otra parte la Ciencia, con los hechos aportados a través del fenómeno mediúmnico, históricamente repetido desde la más remota antigüedad a o largo y ancho de todo el mundo, constatado por hombres de prestigio en el campo de la investigación científica, observadores del fenómeno que  demuestra tener voluntad propia y no se somete a las leyes físicas conocidas, por lo que no han podido manipular la mediumnidad, sino que solamente, como si de notarios espirituales y científicos se tratase, han dado  fe de su autenticidad, poniendo con ellos en  juego su prestigio científico y profesional, dejando aparte los casos de fraude que no solamente no han destruido la realidad del fenómeno de intercambio con los Espíritus, sino que han servido si acaso para autentificar con más fuerza todos los demás que no  han sido fraudulentos. 
Además, el Espiritismo, como ciencia de observación, también ha constatado repetidamente, la realidad del Espíritu humano, su supervivencia tras la muerte y su reencarnación, al comprobar la misma en tantos miles de casos registrados en los anales de la investigación espiritual y parapsicológica.

¿ Es el Espiritismo una religión más?

No puede ser señalado como una religión más, precisamente porque no lo es, aunque no esta desprovisto de un caracter religioso por sus consecuencias morales.
A diferencia de las religiones, carece de una jerarquía sacerdotal, de ceremonias, sacramentos, ritos, imágenes, culto exterior, etc. Por tanto, se le podría definir como Ciencia con fundamentos filosóficos, morales y religiosos, o también como Movimiento religioso de caracter filosófico y científico.

¿Cómo puedo estar seguro?

La seguridad en lo que se sostiene, formando parte del conocimiento y conciencia de cada uno, puede entrar en nuestras vidas a través de alguna de estas dos puertas, incluso normalmente, por las dos a la vez: La puerta del fenómeno, cuando se ha sido alguna vez testigo o, incluso, protagonista de algún fenómeno mediúmnico o paranormal  que ha removido los cimientos de nuestros anteriores conceptos sobre la vida o sobre los postulados que hemos recibido de religiones que tenían adormecidas nuestras inquietudes y conciencias. La otra puerta es la del análisis de estos fenómenos y filosofías, que nos llevan a replantearnos la vida, con sus motivos, su sentido y sus fundamentos. Ambas puertas, sacuden y amplían nuestros razonamientos anteriores y nuestros preconceptos, alterando nuestra conciencia y nuestra forma de valorar la vida y las vicisitudes que la acompañan.
La seguridad viene dada por estas vivencias, y cuando llega el momento en la vida de una persona, en que ya está prepaprado como alumno de la vida y de la espiritualidad, entonces llega el Maestro,  bajo estas dos formas, sabiendo que la siembra se va a hacer en la tierra fértil de ese alumno de la vida que ya  está preparado y maduro para hacer germinar con éxito las semillas.

 ¿En qué se basa el Espiritismo?

Sus bases son en esencia las mismas que las que sostienen  las religiones, a saber:
La realidad espiritual del ser humano, por la cual compprendemos que somos mucho más que lo que se ve o se toca de nuestro cuerpo sólido. En esencia, somos Espíritus inmortales salidos de las manos del Creador a través de un largo proceso de evolución espiritual,  en el que el espíritu se forma y madura a través de mucha experiencias en la materia.
Creemos en la inmortalidad del alma y la posible comunicabilidad entre los llamados "vivos" y "muertos".
Por tanto, también creemos en Dios como Principio y Causa Primera de todo cuanto existe.
Somos espíritus inmortales en proceso evolutivo a través de la Reencarnación, a  camino de una relativa perfección, pues la Perfección Absoluta es patrimonio excusivo de nuestra Fuente de Origen o Dios.
Creemos que al igual que existe un Bien Infinito, que es Dios, no hay un mal eterno, pues en esencia, el mal es solo ausencia del bien, como la oscuridad es ausencia de luz, por tanto todo mal o carencia de bien, tendrá que ser un día reemplazado por la luz del bien.

¿Creencia o  convicción?

Como ya afirmé anteriormente, una creencia es una fe no comprobada, por lo cual puede ser una creencia en algo verdadero o en algo erróneo.
La convicción no es una fe, pues el convencido de verdad, lo es cuando se halla ante un conocimiento o  una evidencia ostensible que no necesita ser creída o no creída para dejar de ser lo que es, tal  y como es.
El espírita, lo empieza a ser cuando  tras el estudio del Espiritismo, entra por la senda del razonamiento filosófico que le lleva a creer aun sin ver, pero cuando además es conocedor de las evidencias testificadas por grandes hombres de ciencia o incluso en alguna ocasión, por él mismo, ya  no podemos hablar de simple fe o  creencia en sus principios, sino de conocimento y convicción adquirida por haber sido  testigo del fenómeno mediúmnico, que ha impresionado y removido los cimientos de otros  anteriores preconceptos que se tuvieran sobre el espíritu, el mundo moral, etc., sacándolo del campo de las teorías y de la fe indocumentada, e introduciéndolo en el  mundo de las evidencias y realidades.

Los pilares de nuestra convicción

¿ Entonces cuales son los pilares de esta convicción?
Ella se basa, como ya dijmos, en el estudio de las obras básicas espíritas, una vez que nuestra maduración espiritual nos inclina a ello. Este estudio además de aportarnos unos conocimientos, con conduce por la vía filosófica de la reflexión, lo cual  nos  lleva a un estado de convicción.
El siguiente pilar es el del conocimiento aportado por las personas de ciencia que han testimoniado la verdad de unos hechos que han estudiado, analizado y calificado como paranormales, o sea, fuera de lo normal.
Por último, y muy importante también, la seguridad interna adquirida cuando hemos entrado por lo que yo llamo "la puerta del fenómeno", lo cual significa que personalmente hemos sido testigos de algo que nos ha impulsado a querer penetrar en las desconocidas realidades que hemos intuido que se esconden detrás de él.

 Y sin embargo, no nos queremos morir

Si realmente conociésemos la verdad del mundo espiritual, tal como es, sin estar antes debidamente preparados y maduros, moral y espiritualmente, se dice  que muchos recurían al falso escape del suicidio. Sin embargo, los espíritas, sabiendo lo que sabemos, al igual que los demás, no nos queremos morir,ni menos aún dejar este mundo por la falsa puerta del suicidio. 
¿Nos falta fe, o nos falta conocimiento?. No, precisamente porque tenemos este conocimiento, sabemos que no estamos en el mundo por casualidad, sino porque Dios ha determinado una misión para cada una de sus criaturas, por tanto, bajo ninún concepto, tenemos derecho a disponer del final de nuestra vida física, una vida que no es nuestra, sino que Dios nos la ha dado, por algo y para algo. Si ignorásemos la trascendencia y el por qué de la vida, sería lógico que pasásemos por encima de nuestro instinto de conservación y determinásemos dejar este mundo cuanto antes, pero precisamente, tenemos el mismo instinto de conservación que tienen todas las especies animales, y ello precisamente nos sirve para preservar la vida como un tesoro valioso, que aunque a veces pueda parecer muy penoso, nos es necesario pasa seguir avanzando por el camino que nos lleva al Padre.

¿Si seguimos existiendo allá, querremos volver aquí a disfrutar la vida?

El pájaro nacido en  una jaula, una vez liberado, ¿querrá volver a ella?. El preso cuando ya es libre, ¿quiere volver a prisión?
Lo que para nosotros, en nuestra pequeñez, tenemos como disfrutar de la vida, cuando ya estamos viviendo el goce de la vida hermosa y libre  en un mundo espiritual, vemos tan estrecho, mezquino y reducido el recinto terrestre, que aun naciendo en zonas paradisiacas de la Tierra, no nos resulta muy apetecible volver aquí, aunque comprendamos la necesidad  que tenemos de ello .
Comprenderemos que lo que aquí es disfrutar de la vida, allá es algo incomparable con los disfutes de la existencia en libertad, junto a tantos seres queridos que comparten nuestra alegría y gozo.

¿ Llegará un día en que ya no seremos humanos?

Cuando el espíritu que conocemos del hombre actual, alcance la perfección necesaria para no tener que volver a repetir o adquirir esperiencias en el mundo de la materia, nuestra existencia será solamente como Seres espirituales. Los humanos  nos denominamos así por tener, basicamente tres elementos constitutivos: El Espíritu, de Esencia Divina, el Perispíritu o Cuerpo espiritual, de energía semimaterial, como envoltorio y recinto del Espíritu, y el Cuerpo físico que los contiene a ambos mediante un campo de energía celular  o Prana, que es el llamado Cuerpo Vital.

Evolución del espíritu humano

El sentido de la vida humana, es el de un campo de entrenamiento para el espíritu humano, cuya misión es crecer y desarrollarse en él, hasta el grado de perfección que sea susceptible de alcanzar.
¿ Hasta donde? El crecimiento y desarrollo espiritual, no tiene límites, aunque en nuestro mundo sí los tiene, de modo que cuando el grado de adelantamiento moral del Espíritu sobrepasa al de la media de sus habitantes, puede permanecer durante alguna existencia entre ellos para ayudarles a evolucionar, pero finalmente sigue su propio camino en una nueva aula de aprendizaje, como lo es un mundo de mayor desarrollo que el nuestro, y allí seguirá acumulando experiencias y perfección hasta que a su vez ya no le sea necesario seguir en él, y así siga ascendiendo a otros de mayor perfección. Llegará un momento en que será un colaborador directo de la Voluntad Divina, pero jamás llegará la criatura a alcanzar la Perfección de su Creador. Si esto fuese posible, ya no habría un Dios, sino muchos dioses en el grado sumo de perfección, y la razón y la lógica nos dicen que esto no es posible, pues siempre la Fuente Primaria de origen de todo, incluídos los Espíritus más adelantados, siempre ha sido Una Sola e infinita en todos Sus atributos y Perfecciones.

¿ Y que pasará con los seres queridos en el Mas Allá?

¿ Los perderemos?; Llegados a este punto, ¿en qué estará basada la felicidad?.
En efecto, no podríamos ser absolutamente felices si perdiésemos el contacto o la convivencia con nuestros afectos más queridos en la Tierra. Si el Más Allá nos separase para siempre, sería una crueldad que todos con mayor o menor motivo sufriríamos por ello, y esto nos impediría una total y completa felicidad.
En el Más Allá, el Amor une a las almas, que son felices con su reconocimiento y compañía mútua, por eso la separación de nuestros seres queridos por la muerte del cuerpo, sabemos que es algo provisional y transitorio, pues invariablemente, antes o despúes, nos tendremos que reunir con ellos para volver a experimentar el placer y la dicha del amor mútuo y muchas veces para planificar juntos nuevas experiencias de inmersión en la materia.

¿Por qué estoy convencido de estas cosas?

¿Fe o conocimiento?.- Precisamente por tener una fe consolidada por unos conocimientos que vienen dados, no solamente por la formación como estudiante y estudioso del Espiritismo, sino por una serie de vivencias, tanto del fenómeno mediúmnico como a nivel personal, que día a día corroboran esta enorme verdad , todo lo subjetiva que se quiera señalar, pero para mí totalmente objetiva, que gracias a Dios se me ha permitido alcanzar y  que yo deseo compartir para bien de mis semejantes.

¿ Por qué,estoy "molestándome" cada día para seguir manteniendo mis blogs de conocimiento espiritual y espírita?

Porque en mi inquietud, pienso que tengo la obligación moral de compartir con quien lo desee, el conocimiento que a mi me ha servido positivamente en esta vida, además de que me siento en deuda con la Doctrina Espírita y mi forma de colaborar con ella, es con el trabajo de divulgación.

¿Quien me paga por divulgar la doctrina espírita, y cuanto me pagan?

Lo que me ha sido dado y gratuitamente, yo lo doy gustoso y gratuitamente también. No estaría bien con mi conciencia, si alguien me pagase con dinero o bienes materiales, aunque a veces me han propuesto incluir publicidad, con la excusa de que lo que cobre por ella, lo dedique a aliviar a otras gentes necesitadas.
Si alguna vez me veo remunerado de alguna forma, mi pagador será el mismo Padre Celestial que además me puso antes en el camino del conocimiento espiritual adquirido a lo largo de algunos años de estudio y vivencias.


- José Luis Martín-
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 EL GÉNESIS DE LA RAZÓN CIENTÍFICA

¡Cuanta más lógica, cuanto más grande encontramos la escuela espiritista con su eterna vida! ¡Con su incesante creación, con su actividad indefinida!.
Escuchemos a Allan Kardec en la Génesis capítulo VI, párrafo 8, hablando de las leyes y las fuerzas, y la Creación primera, y veremos la notabilísima diferencia que existe entre el Génesis de las religiones y el Génesis de la razón científica, dice Kardec:
Si uno de esos seres desconocidos, que pasan por su existencia efímera en el fondo de las regiones tenebrosas del mar; si uno de  esos poligástricos, de esas nereidas míseros animalillos que no conocen de la Naturaleza sino los peces ictiófagos y los bosques submarinos, recibiese de repente el don de la inteligencia, la facultad de estudiar su mundo y de establecer sobre sus apreciaciones un razonamiento conjetural que abraza la universalidad de las cosas, ¿Qué idea se formaría de la Naturaleza viviente que se desarrolla en su medio, y del mundo terrestre que no pertenece al campo de sus observaciones? Si luego por un efecto maravilloso de su nueva facultad, este mismo llegase a elevarse por encima de sus tinieblas eternas, a la superficie del mar, no lejos de las riberas opulentas de vegetación espléndida, de Sol fecundo dispensador de un calor benéfico, ¿Qué juicio formaría acerca de sus teorías anticipadas sobre la Creación universal? Teorías que reemplazaría por apreciaciones y observaciones más amplias, pero relativamente tan incompletas como las primeras. Tal es, ¡Oh hombres! La imagen de vuestra ciencia puramente especulativa.
Tal es también la situación de los negadores del mundo de los espíritus cuando después de haber dejado su envoltura carnal, los horizontes de este mundo se desarrollan a sus ojos. Comprenden
entonces lo vano de sus teorías que pretendían explicarlo todo por medio de la materia sola. En tanto, estos horizontes tienen para ellos, misterios que no se descubren sino sucesivamente y a medida que se van elevando por su depuración. Pero desde los primeros pasos que dan en este nuevo mundo, se ven forzados a reconocer su ofuscación y cuán lejos se encontraban de la verdad.
Hay un fluido etéreo que llena el espacio y penetra en los cuerpos.
Este fluido es el éter o materia cósmica primitiva generadora del Mundo y de los seres. Al éter van inherentes las fuerzas que hayan precedido a las transformaciones de la materia, las leyes
inmutables y necesarias que rigen el Mundo.
Estas fuerzas múltiples indefinidamente variadas según las combinaciones de la materia, localizadas según las masas,diversificadas en su mundo de acción según las circunstancias y los medios, son conocidas en la Tierra bajo los nombres de gravedad, cohesión, afinidad, atracción, magnetismo, electricidad activa y los movimientos vibratorios del agente, bajo los del sonido, calor, luz ,etc.
En otros mundos se presentan bajo otros aspectos, ofrecen otros caracteres desconocidos en éste, y en la inmensa extensión de los cielos se ha desarrollado un número indefinido de fuerzas en una escala incomprensible que nosotros no somos capaces de evaluar en su grandeza, como el crustáceo en el fondo del Océano es incapaz de abrazar la universalidad de los fenómenos terrestres.
Solo nos referimos a lo que conocemos, y no comprendemos lo que no está al alcance de nuestros sentidos, como el ciego de nacimiento no comprende los efectos de la luz y la utilidad de los ojos. Es posible pues, que en otros medios el fluido cósmico tenga propiedades que se presten a combinaciones que no tenemos ninguna idea, y determine efectos apropiados a las necesidades
desconocidas por nosotros, dando lugar a percepciones nuevas o a otros modos de percepción. Nosotros no comprendemos por ejemplo que pueda verse sin luz o sin los ojos del cuerpo.
¿Pero quién nos dice que no existen otros agentes que dan luz, sin que tengan que ser órganos especiales? La vista sonambúlico, que no es detenida por la distancia, ni por los obstáculos materiales, ni por la oscuridad, nos ofrece un ejemplo de eso. Supongamos que en un mundo cualquiera los seres sean normalmente lo que nuestros sonámbulos son excepcionalmente, no tendrán ni nuestra luz ni nuestros ojos y sin embargo verán lo que nosotros no podemos ver.
Lo mismo puede suceder con todas las demás sensaciones. Las condiciones de vitalidad y de perceptibilidad, las sensaciones y las necesidades varían según los medios. Pues así como no hay más que una sustancia simple, primitiva y generadora de todos los cuerpos pero diversificada en sus combinaciones, del mismo modo todas estas fuerzas dependen de una sola ley universal, diversificada en sus efectos que se encuentran en su origen, y que en los decretos eternos ha sido impuesta soberanamente a la Creación para constituir la armonía y la estabilidad permanente.
La naturaleza nunca ni en ninguna parte está en oposición consigo misma: el blasón del Universo no tiene más que una divisa: Unidad y Variedad. Subiendo la escala de los mundos, se encuentra la
unidad de armonía y de creación, al propio tiempo que una variedad infinita en ese inmenso campo de las estrellas.
Recorriendo los escalones de la vida desde el último de los seres hasta Dios, la gran ley de continuidad se ostenta manifiestamente, y considerando las fuerzas en sí mismas se puede formar una serie, cuya resultante puede confundirse con la generatriz en la ley Universal.
Vosotros no sabríais apreciar esta ley en toda su extensión, puesto que las fuerzas que la representan en el campo de vuestras observaciones son muy limitadas. Sin embargo la gravitación y la electricidad pueden considerarse como una amplia aplicación de la ley primordial que reina en los cielos. Todas esas fuerzas son eternas (ya explicaremos esta palabra) y universales como la Creación; por ser inherentes al fluido cósmico obran necesariamente en todo y en todas partes, modificando su acción por su simultaneidad o su sucesión. Predominando aquí,moderándose allí, potentes y activas en ciertos puntos, latentes en otros, más en fin de cuentas preparando, conservando y dirigiendo o destruyendo los mundos en sus diversos periodos de vida,gobernando los trabajos maravillosos de la naturaleza en cualquier parte que se realicen y asegurando para siempre el eterno esplendor de la Creación.
Después de haber considerado el Universo bajo los puntos de vista reales de su composición, de sus leyes y sus propiedades, podemos dirigir nuestros estudios al modo de formación que dio nacimiento a los mundos y a los seres, descendiendo luego a la creación de la Tierra en particular y a su estado actual en la universalidad de las cosas, y después tomando este globo como punto de partida y por unidad relativa, procederemos a nuestros estudios planetarios y siderales.
Si hemos comprendido bien la religión, o mejor dicho, la oposición de la eternidad y el tiempo, si nos hemos familiarizado con la idea de que el tiempo no es más que una medida relativa, da la sucesión de las cosas transitorias, mientras que la eternidad es esencialmente una, inmóvil y permanente que no es susceptible de medida bajo el punto de vista de la duración, comprenderemos que para ella no hay principio ni fin. Por otra parte si nos formamos una idea justa, aunque necesariamente muy débil de la infinidad del poder divino comprenderemos cómo es posible que el Universo haya sido y sea siempre.Desde el momento que Dios existió, sus perfecciones eternas
hablaron. Antes que los tiempos fuesen, la eternidad inconmensurable recibió la palabra Divina y fecundó el espacio eterno con ella. Siendo Dios por naturaleza de toda la eternidad, ha creado toda la eternidad y no podía ser de otra manera; porque en cualquier época, por lejana que sea y por mucho que nuestra imaginación pueda imaginarse, siempre del lado de allá encontraremos la eternidad.
Dios es el Sol de los seres y la Luz del Mundo. Mas la aparición del Sol da instintivamente torrentes de luz que van esparciéndose por todas partes en la extensión. Pues del mismo modo el Universo,
nacido del Eterno, data de los periodos inimaginables de lo infinito, y de la duración del Fíat Luz Del Principio. El principio absoluto de las cosas remontan hasta Dios: sus apariciones sucesivas en el dominio de la existencia constituye el orden de la Creación perpetua. ¿Qué inmortal podría imaginar las magnificencias desconocidas y soberbiamente veladas, bajo la noche de las edades
que se desarrollaron en aquellos tiempos antiguos, en que ninguna de las maravillas del Universo actual existía? En aquella época primitiva en que haciéndose oír la voz del señor, los materiales que
debían en el futuro reunirse simétricamente y por sí mismos para formar el templo de la naturaleza, se encontraron de repente en el seno de los vicios infinitos, cuando una voz misteriosa que toda
criatura venera y ama como la de una madre, notas armoniosamente concertadas, se produjeron para ir a vibrar juntas, y modular el concierto de los vastos cielos.
El Mundo en su nacimiento no fue creado en virilidad y en su plenitud de vida, ¡No! El poder creador no se contradice nunca, y como todas las cosas, el Universo nació niño. Investido por las leyes más arriba mencionadas y del impulso, inicial inherente a su formación misma, la materia cósmica primitiva dio nacimiento a torbellinos, aglomeraciones de materia nebulosa que se dividieron por sí mismas y se modificaron a lo infinito para formar en las regiones inconmensurables de la extensión, diversos centros de creaciones simultáneas o sucesivas. En razón de las fuerzas que predominaron en una u otra de las circunstancias ulteriores que presidieron a su desarrollo, estos centros primitivos se hicieron foco de una vida especial: los unos menos diseminados en el espacio y más ricos en principios y fuerzas, principiaron desde luego su vida astral propia: los otros ocupando una extensión ilimitada no se condensaron sino con extrema lentitud o se subdividieron en centros secundarios.
Refiriéndonos a algunos millones de siglos antes de la época actual,nuestra Tierra no existía, nuestro sistema solar mismo no había empezado aún las evoluciones de la vida planetaria, y sin embargo ya esplendentes soles iluminaban el éter, ya planetas habitados daban la vida y la existencia de una multitud de seres que nos han precedido en la carrera humana; las producciones opulentas de una naturaleza desconocida y los fenómenos maravillosos del cielo,despliegan bajo otras miradas los cuadros de la inmensa Creación.
¡Más que digo! Ya no existen los esplendores que en otro tiempo hicieron palpitar el corazón de otros mortales a impulsos del pensamiento del poder infinito. Y nosotros, seres diminutos que
venimos después de una eternidad de vida nos creemos contemporáneos de la Creación. Comprendemos mejor la naturaleza, vuelvo a decir. Sepamos que la eternidad está detrás como delante de nosotros, que el espacio es el teatro de una sucesión y de una simultaneidad inimaginable de creaciones. Tales nebulosas que distinguimos apenas en las profundidades de los cielos, son aglomeraciones de soles en vía de formación; tales otras son vías lácteas de mundos habitados, y otras en fin, teatro de catástrofes inmensas y de desmejoramiento.
Sepamos que así como estamos en medio de una infinidad de mundos, del mismo modo estamos en medio de una infinidad de duraciones anteriores y ulteriores, que la Creación Universal no es
para nosotros, y que debemos reservar esta palabra a la formación aislada de nuestros diminutos glóbulos. Así comprendemos la vida,así reconocemos una fuerza creadora que no tuvo principio ni
nunca tendrá fin; y creemos que las religiones no avanzan como deberían avanzar, no unen su voz al clamor universal. Todo dice en la Tierra: ¡Adelante! ¡Paso al libre pensamiento!¡Únanse las modernas sociedades a la sombra de la verdadera libertad! Y sólo la teología se queda estacionada, sólo ella es capaz de decir en medio de la evolución de todas las ideas, que el proceso de los astros terminó con la formación de la Tierra. Inútil es entonces que los sacerdotes se entreguen al estudio si se ven obligados a decir lo que es contrario a la razón, lo que no se puede admitir en sana lógica, y lo que niega la ciencia en absoluto. ¡Que desarmonía existe entre las verdades científicas y las fábulas religiosas! Por esto las escuelas racionalistas atraen a su seno todos los hombres que saben sentir y saben pensar, por eso el Espiritismo que es el racionalismo religioso cual vid frondosa se
extiende por el mundo arraigando sus sarmientos en todas las conciencias, porque en él se encuentra algo más grande, algo más racional, algo que está más conforme con la Omnipotencia de Dios y
el progreso indefinido de la humanidad. Si la escuela espiritista filosóficamente considerada es hasta nuestros días la que mejor responde a las aspiraciones del hombre, la que mejor satisface los
deseos del alma, la que efectivamente realiza todos los sueños del Espíritu; por esto nunca nos cansaremos de recomendar el estudio de las obras de Allan Kardec, porque en ellas el sabio profundo y el sencillo ignorante, encuentran un algo que consuela, que alienta,que da vida, un algo que nos hace decir:
¡Cuán grande es Dios! ¡Cuán hermoso es el porvenir del Espíritu!
¡Nacimos ayer... pero no moriremos mañana! ¡Nuestro progreso será eterno!... ¡Los universos son nuestro patrimonio! ¡La Creación es un libro en cuyas páginas estudiaremos siglos y siglos! Y siempre al final de sus capítulos, (que serán las edades) veremos escritos en el espacio con caracteres luminosos una sílaba y un vocablo que dirá así: Se Continuará.
¡Se continuará diremos alborozados! ¡Ganemos el tiempo perdido! ¡Trabajemos en nuestro progreso y cumplamos con la ley de Dios!
¡A esto impulsa el estudio del Espiritismo, a trabajar sin descanso para ser grandes en el porvenir! Es la comunicación La prueba providencial Que Dios vive en la Creación. ¡Es la manifestación de la vida universal! ¡Vida suprema!¡Infinita! ¡Que va del progreso en pos! ¡Vida que el ser necesita,
porque en el hombre se agita algo que viene de Dios! ¡Somos algo de su Ser! ¡Somos algo de su esencia! Si el hombre cumple su deber.
¿Quién le hace juzgar y ver? ¡Su propia inteligencia! Inteligencia que osada penetra en el infinito, que fija en Dios su mirada diciendo: ¡Una vida no es nada! ¡La eternidad necesito! ¡Y ese afán
de progresar! ¡Y este anhelo de vivir!... ¡Y esta fiebre de pensar!...
¿Nos viene a demostrar que es eterno el porvenir? ¡Quien lo duda! Ciego fuera quien negase esta verdad; que si en el hombre no hubiera algo que vivió y vivirá.... ¿Qué valdría la humanidad? y ese
Yo, que se identifica con los seres que aquí amó; con ellos se comunica, y su tiempo les dedica ¡Porque es dueño de su yo! ¡Vida suprema infinita!... Que va del progreso en pos; vida que el Ser
necesita; porque en el hombre palpita ¡La misma vida de Dios!
Amalia Domingo Soler
Libro: La Luz del Porvenir
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