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lunes, 15 de junio de 2015

ÍNDIGO

Una característica: Amor por los animales

             "NIÑOS ÍNDIGO"

♥ ♥ ♥
Índigos: Que son

Por Simone Simões

Índigo es una palabra que viene siendo muy utilizada ultimamente para designar ciertos niños, pero ¿ Por qué son llamados así?
En primer lugar son niños como cualquier otro niño, que necesitan mucho amor, cariño, comprensión, afecto, en fin, humanidad.
Este rótulo les fue dado para especificar los niños que vienen naciendo en los últimos tiempos, niños esos que difieren del contexto de lo que los padres y profesores (la humanidad en general), está acostumbrada a lidiar. Esas criaturas poseen un campo vibratorio azulado, por eso son índigos.
   Esas criaturas son la evolución de la humanidad, comenzaron a llegar hace poco al planeta Tierra, destacándose como genios (Albert Einstein), o locos (Nicola Tesla), sobre los años 50; ese flujo comenzó a aumentar a partir de los años 70 (Hippies), y comenzaron a revolucionar, siendo que en nuestros días actuales casi todas las criaturas que nacen aquí, son índigos y algunos pocos "cristales".
   Lo que los diferencia de los demás seres humanos "corrientes", es la capacidad de concentrarse en más de una actividad simultáneamente, como leer y ver la televisión, jugar al vídeo game y conversar; poseen una mirada penetrante como si estuviesen penetrando en nuestras mentes; no gustan de la violencia, injusticia, hipocresía, falta de respeto y principalmente de la autoridad. Son personas muy sensibles que tienen un canal de apertura mayor con la 4ª dimensión. Son muy amables cuando son tratados con respeto; siempre tienen una solución para  los problemas que se les presentan y en su gran mayoría, más de una solución; son fuertes en sus convicciones y demuestran poseer sabiduría de vida. Quedan poco tiempo con un juguete, normalmente minutos, pues ellos precisan variedad y normalmente rompen sus juguetes para saber como funcionan; precisan de muchas explicaciones; preguntan mucho sobre muchas cosas; quieren conocer a fondo el mundo a su alrededor; el conocimiento práctico les es muy importante. Están muy apegados a las madres 
Esas características son necesarias para que traigan al mundo todos los cambios necesarios para salirnos del viejo patrón físico y energético en donde el miedo y la violencia determinan quien estará al mando, quien tiene el poder.
Es practicamente imposible mentir para un índigo, ellos parecen saber que están mintiendo. Lo que sirve para los padres de los índigos servirá para ellos también, por eso la hipocresía no funciona.
Son criaturas muy intensas.
Esas criaturas precisan de ser bien direccionadas, pues lo que aprendan se vuelve una verdad tan fuerte que ellas lo usarán sin vacilar. 
Estos niños, tratados con violencia en ambientes violentos, usarán la violencia de forma intensa y sin vacilar, pues esa es la verdad que el mundo les dio. Vean los casos de niños que asesinaron a otros, como si estuviesen haciendo algo normal.
La comprensión de esos niños depende profundamente del valor que se les ha dado.
Los niños que nacieron en la década 60/70 están hoy con sus 30-40 años y muchas de esas personas ya hicieron su parte ayudando a la sociedad a ver que como estaba no quedaba más por hacer ; qué cambios eran necesarios en todos los sectores, en la política, en la familia, en las empresas, en las escuelas. Hoy sabemos que realmente no se puede conseguir más de lo que estamos esperando de que las cosas cambien y sucedan. Creo que debemos tener ya muchos adultos índigos trabajando para que esos cambios se hagan reales. 
Esos adultos abrirán las puertas para esas criaturas que ahora llegan en gran número. Pero no todo es así, tan bonito, pues muchos de esos adultos fueron tratados como enfermos, con depresión bipolar, síndrome de pánico y hasta esquizofrenia. Muchos tratados erroneamente para que encajasen en la sociedad tal cual, y siendo que lo contrario es lo que debería de haber acontecido: la sociedad es la que debe abrir las puertas para los cambios, pues en algunos años la sociedad estará formada por seres humanos índigos. Los raros serán los que hoy son "padron".
Índigos son la evolución de la humanidad, que ahora llegan en gran número para que en el planeta todo sea restaurado y reestructurado en una vibración energética de amor y respeto, para prohibir el miedo a acrecentar  el equilibrio entre todos los seress vivos.
Los próximos años serán de cambios en todos los sectores, principalmente en las familias y escuelas que precisarán cambiar la forma de educar a sus niños.
Dé su atención a sus criaturas, escúchenlas, comprendan sus motivos; tengo la certeza de que valdrá la pena, pues el aprendizaje entre ambos será muy grande.

Simone Simões

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             VENIDA DEL REINO


   “El reino de Dios no viene con apariencia exterior”-Jesús-

( Lucas 17,20)


Las agrupaciones religiosas del mundo, casi siempre permanecen  preocupadas por las conversiones ajenas. Los creyentes más entusiastas anhelan transformar las concepciones de los amigos. En vista de eso, en todas partes somos enfrentados por hermanos afligidos por la dilatación del proselitismo en sus círculos de estudios.

   Semejante actividad no siempre es útil, por cuanto que en muchas ocasiones puede perturbar elevados proyectos en realización.

   Afirma Jesús que el Reino de Dios no viene con apariencia exterior. Es siempre ruinosa la preocupación por demostrar pompas y números, vanidosamente, en los grupos de la fe.     

   Expresiones transitorias del poder humano no testifican el Reino de  Dios. La realización Divina comenzará en lo íntimo de las criaturas, constituyendo gloriosa luz del templo interno. No surge a la apreciación común, porque la mayoría de los hombres transitan semi ciegos a través del túnel de la carne, sepultando los errores del pasado culpable.

   La carne es digna y venerable, pues es vaso de purificación, recibiéndonos para el rescate precioso; entre tanto para los espíritus redimidos significa muerte o transformación permanente. El hombre carnal en vista de las circunstancias que le gobiernan el esfuerzo, puede ver solamente lo que está muerto o aquello que va a morir. El Reino de Dios entretanto, divino e inmortal, escapa naturalmente a la visión de los humanos. 

( Capítulo de “Camino, Verdad y Vida”). 


    Vemos por doquier como en nuestros días  surgen sectas y religiones antíguas y modernas, así como nacen o tratan de  implantar otras nuevas. Parece que todas ellas se disputan el monopolio de la Verdad , de la religiosidad o del “Reino de Dios”, del que parecen disponer  en exclusiva, dando por erróneas y anatematizadas a las demás concepciones, por lo que tratan de  conquistar cada vez mayores cuotas de seguidores y adeptos, que al fin y al cabo son la fuente de ingresos de las religiones, o mejor dicho, del bolsillo de sus dirigentes.

    Por eso, las religiones, en sus pretensiones de ser las únicas portadoras de toda la Verdad Absoluta, se volvieron intransigentes en sus interpretaciones de los libros sagrados y en sus dogmas, y creyendo que es una obligación moral o algo supremo que el mismo Dios les pide, han tratado siempre de hacer el mayor proselitismo posible, que a veces en su fanatismo por derribar las barreras de otros credos, ha llegado hasta la violencia. Por eso las religiones siempre han sido el principal detonante y excusa para entablar las guerras, los atropellos  y las muertes , poniendo por delante el  nombre de Dios, como si Dios fuese alguien a quien gustase la violencia y la guerra. Es como si la seguridad doctrinaria de las personas religiosas necesitara alimentarse o apoyarse de más adeptos que sostengan y comulguen de igual modo que ellos: La seguridad que ofrece el grupo a un ser social como lo es el hombre, y cuanto mayor sea el grupo, más seguridad siente dentro de él.  Por eso existe un afán de proselitismo infinito, que a veces  lamentablemente también, se aprecia en las filas espíritas, confundiéndolo con el natural entusiasmo que debe acompañar nuestras disertaciones y actos cuando estamos convencidos de la verdad que encierran,  pero  nunca debemos olvidar que siempre esta clase de verdades son de carácter subjetivo, particulares de cada espíritu cuando las conquista. Y este afán de conquistar las conciencias a base de creencias, en sí no es malo, siempre – claro está -, que estas creencias lo sean en valores morales y éticos. Sin embargo este afán, tantas veces ardiente y desmedido por conquistar las conciencias y creencias ajenas, tal vez esté reflejando un ansia de reafirmación de nuestras propias inseguridades íntimas en cuanto a conceptos y valores trascendentes. 

    Esto a veces no resulta un factor positivo para quienes soportan este  afán “misionero” de quienes tratan con tanto énfasis de “salvar sus almas”, o de”guiarles hacia Dios” por el “camino recto”, pues una vez convencidos de cuestiones dogmáticas externas, sin una relevancia profunda, les puede llevar a creer  o aceptar un Reino de Dios que les llega desde el exterior, envuelto en pompas, ceremonias y rituales religiosos , en los que su asistencia presencial o incluso participativa en ellos, ya les son suficiente para sentir a Dios o llegar a Él. Sin embargo el desarrollo espiritual o el Reino de Dios en cada persona, es algo que el hombre debe conquistar por sí mismo, trabajando dentro de sí, individualmente, en medio de las luchas de cada día y cuando el impulso evolutivo natural le induce a ello. Es entonces cuando el hombre hace preguntas y busca respuestas en las filosofías y en las religiones que encuentra en su camino, esperando solo respuestas concretas y claras sobre estas cuestiones, conforme surgen. Así el ser humano va buscando y dando forma en su conciencia a su parcela  íntima de esa Verdad Una y Total que anhela.

    Sin embargo el proselitismo de unos, envuelto a veces, hasta con ardor, de cierto afán de protagonismo y de fanatismo, lleva a los demás a recibir una información o unos planteamientos que no buscaba porque no sentía todavía su necesidad. Como consecuencia, esto les puede causar cierta turbación o confusión espiritual, o en otros casos, a provocar cierto estado de conformidad, que a su vez les lleva a adoptar una creencia que les viene de lo externo, pero que no es nacida y madurada en el interior de su alma, o les  conduce a una actitud estática e inerte de comodismo espiritual, pero con la íntima inquietud ante la falta de aceptación real y profunda de una creencia para la que internamente no están todavía maduros para poder comprenderla y asumirla en lo más íntimo, lo cual les impide por mucho tiempo, el poder descubrir ese Reino de Dios que nace, crece y se agranda y madura en cada uno de nosotros, cuando asimilamos nuestra parcela de Camino, de Verdad y de Vida, particulares en cada uno, y en la justa medida del particular momento evolutivo personal.

   Por supuesto, es conveniente y necesario, dar de comer al hambriento, no solo con el pan material, sino también con el alimento espiritual del conocimiento y esclarecimiento, pero no podemos ni debemos empachar de un conocimiento o de una fe que no solicita o no necesita todavía, si le damos más de lo que su madurez espiritual permite. En un vaso pequeño no se puede verter un jarrón de agua sin que esta desborde el vaso, por eso, hay que dar orientación, enseñanza y consejo moral, pero solo en la medida en que se nos requiere, y naturalmente, siempre que nosotros poseamos en cantidad suficiente de aquello que se nos reclama y teniendo presente que absolutamente nadie estamos en posesión de la Verdad absoluta.  De otro modo, puede ser esto un factor decisivo de desviación o de desengaño espiritual en la otra persona, que tratará de seguir esperando o buscando el Reino de Dios fuera de sí mismo, con la inteligencia y la voluntad anestesiadas por los conceptos, preconcepetos y rituales que pretenden ser el camino mejor o el camino exclusivo para llegar al Padre, con la consiguiente responsabilidad que ello comporta.

   La evolución espiritual no se desarrolla a saltos, sino de un modo gradual, paso a paso, tal vez, incluso lento, pero seguro para nuestras percepciones humanas, pues Dios no tiene prisa y conoce perfectamente que tenemos una eternidad por delante para seguir creciendo hacia Él. 

   Por tanto, no pretendamos acelerar el caminar evolutivo de quienes creamos en un escalón inferior al que nosotros ocupamos en la escala evolutiva espiritual, solamente por diferenciación en cuanto a creencias o conocimientos que consideramos escasos o equivocados. Los conocimientos no nos “salvan”, sino las acciones, y a veces personas de escasos conocimiento espiritual, desarrollan una actividad de entrega caritativa a los demás, y demuestran un nivel superior al resto de la media, precisamente por las virtudes que atesoran y demuestran con la actividad de sus vidas.

   La materia nos es necesaria para evolucionar, pero precisamente esa misma materia es la que no nos deja ver ni comprender los objetivos claros de la evolución del ser espiritual y del sentido de la existencia humana. Por eso se afirma que el Reino de Dios es inmortal e inmaterial, por lo que  escapa a los sentidos de la carne que es capaz de percibir solamente lo externo. 

   Cuando Emmanuel habla del hombre carnal, se refiere al común de las personas apegadas a este mundo físico, que solo pueden ver y pensar en la materia y desde la materia lo que les da una percepción muy corta y limitada. Sin embargo el Reino de Dios es espiritual, lo que significa que deberemos buscarlo y hallarlo  desde nuestro espíritu, eterno e inmaterial y hacerlo con una mente clara, limpia de preconceptos, y utilizando ese gran libro sagrado que naturalmente Dios nos ha dado: la capacidad de razonar con la mente y de percibir con el corazón.


- Jose Luis Martín -
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 AMALIA DOMINGO SOLER



UNA BELLEZA 

ESPIRITUAL



Nuestra querida Amalia Domingo Soler, fue una 

gran mujer, dejo a la humanidad sus escritos que han sido deleite de 

muchas almas, ella con su lenguaje sencillo ha emocionado a muchos 

corazones endurecidos, por eso aprovechare esta oportunidad, para referir 

algunas enseñanzas de ella extraídas de sus libros. Todo con el deseo de 

que también ella esté entre nosotros.


Ella nos decía:


Que la mejor ofrenda que se puede ofrecer a Dios es el bien”; “Que una 

conciencia limpia es el mejor tesoro” “Que la ciencia es la lumbrera del 

progreso” y la humanidad para hacerse digna de su preclara estirpe, 

puesto que es hija de Dios, debe ser buena y debe ser sabia.


Nunca han faltado en la Tierra mensajeros de paz y de amor. Han 

encarnado sucesivamente espíritus en este planeta con la misión de 

ayudar a la humanidad, han venido de Mundos Superiores para instruir 

al hombre.

Ellos debían ser superiores para imponerse a los demás; y sus 

enseñanzas flotan en el aire como el Espíritu del Progreso: y ante su 

mágica influencia, las humanidades se sienten impulsadas, y a pesar 

suyo adelantan moralmente y son hoy menos crueles que lo fueron ayer.


Aun quedan fracciones en la humanidad, muy refractarias al progreso, 

pero a pesar de todo, el mundo sigue adelante. De hecho, los espíritus que 

van encarnando en el día de hoy en la Tierra son muchos más 

adelantados que el de nuestros abuelos.

Desde que el hombre conoció el Espiritismo, comprendió que no por 

mucho madrugar amanece más temprano, y que si la tierra está bien 

arada, en el surco endurecido no germina el productivo grano.


Los que habitamos la tierra somos espíritus rebeldes, indómitos, 

soberbios, orgullosos los unos y degradados y envilecidos los otros, y con 

tan pobres elementos no se pueden llevar a cabo grandes empresas.


El hombre estudia en la sociedad con gran profundidad la historia 

palpitante de la humanidad; vemos tanta miseria; ¡Tanta hipocresía! 

¡Tanta corrupción!... que cuando oímos a la prensa el delatar tantos 

crímenes, decimos lo que es extraño es que no se cometan más, porque el 

hombre desconoce su vida futura, bien es verdad que han tenido una 

intuición del Más Allá, pero de una forma confusa, las religiones  han 

presentado la eternidad bajo distintas fases, y ninguna de ellas a 

satisfecho verdaderamente los deseos del hombre, ni ha podido llenar el 

inmenso vació que ha quedado siempre en el espíritu pensador, y ante la 

duda el alma indecisa se ha inclinado casi siempre en lo peor. Unos lo 

niegan todo, aniquilando absolutamente el cuerpo, y la fuerza que lo 

sostiene. Otros sse aferran a una supervivencia del alma inadmisible, a 

una vida eterna que es la anonadación del Espíritu. La humanidad 

necesitaba que luciera en oriente un nuevo Sol, una nueva creencia, una 

fe y una esperanza que diera fuerzas vitales a la humanidad debilitada 

por sus desaciertos.


Afortunadamente la Escuela Espiritista levanto su blanca bandera, en 

la cual leyeron los pueblos “Sin caridad no hay salvación” y todos hoy 

en día sabemos el desenvolvimiento que ha alcanzado el Espiritismo en 

todas las naciones, especialmente en América, donde se cuentan por 

millones los adeptos de esta escuela filosófica que tanto bien ha hecho a 

la humanidad; porque el hombre sabe ahora positivamente que vivió 

ayer, que vive hoy, y que vivirá mañana, que su vida tuvo un principio, 

pero que nunca tendrá un fin, que sus sucesivas encarnaciones están 

íntimamente relacionadas las unas a las otras, siendo simultáneamente 

causas y efectos, hechos consumados y consecuencias ineludibles; deudas 

contraídas y cuentas saldadas; y mirando la vida bajo su verdadero 

punto de vista, el hombre ya no es el ciego que camina a la ventura, ya 

no peca por ignorancia, ya sabe que su espíritu es responsable de todos 

sus actos; y una vez adquirido ese convencimiento de esa verdad 

innegable, el hombre progresa con más rapidez, porque sabe que trabaja 

la tierra de su heredad.


Por eso ella aconsejaba a la humanidad el estudio del espiritismo, 

porque al hombre le es de mucha utilidad saber de donde viene, porque 

se encuentra aquí, y deducir de su presente lo que será su porvenir.


El Espiritismo no hace santos; pero induce al hombre a la observancia 

estricta de todos los deberes de la vida; y en este planeta, el conseguir que 

un hombre cumpla sus deberes en toda la opción de la palabra, ya es 

obtener un gran progreso.


Dominar nuestras pasiones, frenar nuestros locos deseos, tomar parte en 

las penas de los demás, dejar de ser envidiosos y rencorosos, renacer en 

fin a la vida del trabajo, a la vida del orden, al método de la virtud, esta 

gran metamorfosis puede efectuarla en nosotros el Espiritismo; Y todos 

concordamos que merece la pena estudiar esta filosofía que con su 

estudio y su practica sirve para la regeneración del hombre; por eso el 

divulgar la Doctrina es muy necesario, el Espiritismo debe ser conocido 

por todas las clases sociales. Hoy más que nunca debemos ofrecer a la 

medida de nuestras posibilidades los conocimientos de la Doctrina 

Espirita, porque hace falta que el pueblo se instruya y que la mujer lean 

escritos sencillos para que conmuevan sus corazones y las hagan 

inclinarse a despertar y crezca en ellas el sentimiento, la necesidad de 

crear un mundo interno donde puedan comulgar con las verdades 

divinas.

Todos debemos trabajar cada cual en su adelanto.

Encendamos la antorcha que ilumine nuestro pequeño mundo interior, 

para así formar una gran Luz que ilumine al mundo, y las humildes 

inteligencias recojan de esa Luz chispas dadas por el viento, todos 

formamos un larga cadena y en ella somos eslabones diminutos que 

expanden pequeñas ramitas acogiendo al que realmente tiene sed, al que 

busca, y con nuestra perseverancia, con nuestro ejemplo, con nuestro 

amor, formaremos la gran cadena que acercará a los hombre de bien, al 

regazo del Creador.


Gran trabajadora, mujer incansable, humilde y soñadora, desde aquí el 

Espiritismo te bendice por tu exquisitez en llamar a los corazones 

enfermos para inclinarlos al todo Poderoso, donde encuentra consuelo el 

alma afligida, en el regazo de su Padre el Dios Bondadoso y Dulce que 

calma la sed y despierta el Hambre de los bienes espirituales.


Con mucho amor y cariño de Merchita

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                                       MUERTES VIOLENTAS

                                        ¿ QUÉ ACONTECE CON LOS ESPÍRITUS ?

    Ayer y hoy, conversando y/o tecleando con muchas personas via internet, algunas de ellas me cuestionaron lo que acontece con las personas que desencarnaron con sus cuerpos destrozados, como fue el caso del presidenciable Eduardo Campos y de las demás personas que estaban en el avión con él. ¿ Cómo llegan al mundo espiritual?. ¿ Sienten, en el otro lado de la vida, los dolores  de las heridas y rupturas del cuerpo físico?. ¿ Se sienten también destrozados?.

    Aprendemos con los Benefactores Espirituales que la muerte del cuerpo físico, casi  nunca es notada por el espíritu, tamaña es la naturalidad del paso de un plano para el otro.
  
  Eso significa que muchos espíritus desencarnan y les lleva mucho tiempo descubrirlo, hasta percibir  que ya dejaron el cuerpo material.
   
 Aprendemos también, con la doctrina espírita, que cuando está reencarnado, el espíritu dispone de dos cuerpos de manifestación: el cuerpo físico y el periespíritu (cuerpo espiritual), siendo el segundo el lazo de ligación entre el alma y el cuerpo físico.
  
  Eso significa que cuando estamos en vigilia, el espíritu se vale del cuerpo físico y cuando está desdoblado por el sueño o cuando desencarna, se vale del cuerpo espiritual para sus manifestaciones y actividades.
    
Cuando acontece a la persona irse poco a poco, perdiendo la vitalidad para la vida física, o sea, cuando va envejeciendo el cuerpo material, el espíritu también se desprende gradualmente de ese cuerpo, hasta su total ruptura con él. Siendo así, muchas veces la muerte podrá significar para el espíritu  la liberación de sus aflicciones de la vida material.
   
 Cuando el ser humano está en plena forma física y desencarna, entra en un estado de perturbación, no entendiendo lo que le está aconteciendo, viniene a ser ayudado por los amigos espirituales y familiares que, utilizan hospitales o casas transitorias para atender al así desencarnado en sus primeras necesidades. Generalmente los Benefactores mantienen al espíritu en sueño profundo por el tiempo que sea preciso, hasta que pueda saber o percibir su nueva condición.
   
 En casos de muerte violenta, donde el cuerpo físico se destroza por completo, como fue el caso de los ocupantes del avión accidentado en Santos, en la cuestión 162 de El Libro de los Espíritus, los Benefactores afirman que, de hecho, en el hombre no es raro conservar la consciencia de sí mismo durante algunos minutos, hasta que la vida orgánica se extingue completamente, casi siempre, la aprensión ante la muerte le hace perder la consciencia antes del momento del suplicio. O sea, esa aprensión puede durar algunos minutos, segundos y luego, nada más a ser observado por el espíritu. Casos existen que, por merecimiento, la persona entra en sueño profundo antes incluso de su muerte física, y no ve ni percibe nada de ella. Solo en el Mundo Espiritual, conocerá después lo ocurrido y observará que, a pesar de haber sido de la forma que fue, su cuerpo espiritual está intacto, sin un arañazo siquiera.
  
  Me recuerdo de una noche de psicografía en la Casa de Oración en Uberaba, cuando Chico Xavier comenzó a leer los mensajes que llegaron por su intermedio; uno de ellos me tocó profundamente. Se trataba de un joven ciclista de Santa Catarina, estudiante de medicina, que en una mañana de sol, como de costumbre, salió a pedalear y fué bruscamente atropellado por un camión. Su madre imaginaba que por los destrozos de su cuerpo físico, él sufría mucho en el mundo espiritual. En su carta él afirmaba y calmaba a su madre, diciendo que apenas se acordaba de su aprensión cuando observó la aproximación del camión y nada vió ni sintió del accidente. Decía :

   - Madre, crea en mí, llegué aquí sin un arañazo siquiera. Fue todo muy rápido. Fuí cariñosamente envuelto por la abuelita, que me llevó para un abrigo confortador. No sufra, madre querida, pues yo no sufrí nada, como la señora imagina.
   
 Los Benefactores afirman que la única muerte que lesiona el espíritu y hace al espíritu sentir dolor por aquello que exterminó la vida del cuerpo físico, es la muerte por el suicidio. No es castigo, se trata apenas del inicio de proceso reenducativo que el espíritu suicida precisará experimentar, para valorar sus existencias corpóreas futuras, como instrumento de su evolución.
    Sea cual fuese el tipo de muerte que una persona tenga, la única cosa que su espíritu precisará, es el consuelo y el conforto de las oraciones y de la aceptación de aquellos que aquí quedaron. La muerte solo existe para el cuerpo físico porque el espíritu es inmortal. Dios no tiene ninguno de sus hijos muerto. Confiemos más en nuestra inmortalidad, pues con ella todo cambiará en nosotros.
Ismael Batista da Silva es, aparte de un extenso e importante currículo espírita, médium y autor del presente artículo.



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