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domingo, 27 de abril de 2014

SENDEROS DE CONTINUIDAD,

SENDEROS DE CONTINUIDAD, 

*¡Bienvenidos al hogar! Vuestra conciencia no conoce el camino, vuestro corazón ya ha vivido allí. Y vuestra alma nunca ha salido en su totalidad.
                                                    ¡Bienvenidos!*


                                    Tema :  caridad espiritual.

Que el padre con todo su amor nos dé fuerza para limpiar las interferencias y reconducir intereses que se desarrollan en el mundo terreno cuando nos tenemos que desprender de la materia.

Este hermano que ha pasado se cuida del servicio de urgencias para atender a los espíritus que van llegando a la Casa Eterna, confusos, alterados, como este hermano que vuelve al hogar. Su misión es llevar a los espíritus desencarnados a senderos de luz para que vayan encontrando su propia identidad. Esto es igual que cuando en vuestro mundo tierra estáis enfermos y vais a los hospitales, hay unos hermanos que os reciben hasta que el Doctor se hace cargo para diagnosticar enviando al enfermo al lugar que debe de ser atendido. Hacemos estas indicación para situar acontecimientos ajustados a la mentalidad humana. Estos hermanos espirituales se podrían definir como enfermeros que van llevando a estos hermanos que vienen tan a oscuras, alterados, sin preparación adecuada, llegan con mucho mal estar confusos y en muchos casos con violencia.

Es posible que haya alguna reacción fuerte, ya de la zona espiritual..., se necesita mucha misericordia con estos hermanos que tanto les cuesta comprender esta verdad de progreso. Hay muchos intereses y maldades en vuestro mundo corporal. ¡Puedes hacer esa reflexión que tienes en mente!

* *
–*Ya he hablado con el médium sobre esto, hay mucha oscuridad en su entorno, dejamos a este hermano que acaba de desencarnar para que siga su sendero; en la piedad del padre lo depositamos, en su profunda justicia y amor *

A este hermano aunque se le hagan indicaciones no las acepta, tiene la sensación que está soñando y sé siente más fortalecido, es posible que surjan reacciones, hasta dentro de nueve días no se puede hacer nada, en este caso, se hicieron trabajos indebidamente, por otra parte, se tomaron determinaciones ajenas a la voluntad de este ser y cuando surja el despertar habrá sacudiduras. Nosotros no interferimos frente a la Ley Divina. Los egoísmos humanos son de la tierra y cuando los utilizáis para encontrar caminos de salida para vuestros deseos las consecuencias son determinantes.
A éste hermano se le encaminó mal, tendrá su despertar y reacción. Por esto,nosotros no podemos interferir en nada. Será la Justicia Divina la que claree la situación, este hermano tiene que hacer su camino y aceptar la situación real que es la espiritual. Esto es lo que debemos indicar sobre esta situación. No podemos, no nos es permitido interferir. Hay unos trabajos que realizaron otros hermanos y no se debieron de hacer. Nuestro trabajo es de luz, de amor, no interferimos en esos intereses terrenos que forman negatividad y llenan el corazón de amargura.


* *

–*Está pendiente el trabajo de esta hermana que tiene cáncer.*

También a esta hermana le pueden llegar sacudiduras. Habrá como una explosión cuando este hermano comprenda que ya no está soñando y se tenga que ajustar a su realidad.

* * *¿Qué relación tiene esta hermana con este hermano desencarnado?*

Todo tiene su relación, sería muy largo de explicar, además, abarca a unas zonas de sentimientos que con mentalidad humana os costaría asimilar. Todo está enlazado espiritual y materialmente. En principio, este hermano se siente dolido, si interiorizáis un poco encontraréis explicaciones que os darán sosiego y nada terrenal os podrá turbar. Estas indicaciones son dadas desde el plano espiritual. Materialmente vosotros tenéis las experiencias que las acabáis de vivir. El trabajo de esta hermana enferma se lo enseñas
al guía consultor, él os hará las indicaciones. Sobre todo, respetar toda situación por mucho mal estar que os produzca, proyectar pensamientos de luz, la ley transformadora y reguladora se cuidará de limpiar la posible negatividad que haya podido quedar magnetizada en las atmósferas terrenas o que puedan llegar en el despertar de este hermano ya en la Casa Eterna.


Me retiraré con el deseo que la luz os ilumine y encontréis claridad en bien de vuestro consuelo, fuerza para seguir el sendero transformador, adiós hermanos.

Francisco, guía introductor.

Grupo, los caminos de la vida.
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En el cumplimiento de nuestro deber

Uno de los requisitos más importantes para nuestra tranquilidad y felicidad es la satisfacción de nuestro deber cumplido.
El deber no es idéntico para todos. Varia, según nuestra condición y nuestro saber. Cuanto más nos elevamos, más grandeza, majestad y extensión adquiere a nuestros ojos. Su culto, siempre es dulce y bueno y la sumisión a sus leyes es fértil en goces íntimos a los que nada puede igualar.
Cuando la criatura se evade de sus sagrados, deberes, es muy difícil que se libere de la red de amarguras y tentaciones que la constriñen. No puede haber paz fuera del deber cumplido; no hay alegría sin la aprobación de la conciencia tranquila.
Cuando cumplimos nuestro deber ante Dios y la conciencia, la grosería o la ingratitud de los otros son relegadas al bajo plano al que pertenecen.
Por muy oscura que sea la condición del hombre, por muy oscura que sea su suerte, el deber domina y ennoblece su vida. La serenidad del espíritu es gracias al deber cumplido, también la calma interior, que es más preciosa que todos los bienes de la Tierra.
El sentimiento del deber echa raíces profundas en todo Espíritu elevado. Este recorre su camino sin esfuerzo; por una tendencia natural, resultado de los progresos adquiridos-se aparta de las cosas viles y orienta hacia el bien los impulsos de su Ser. El deber convierte entonces en una obligación de todos los instantes.
El deber tiene formas múltiples. Existe el deber para con nosotros mismos, que consiste en respetarnos, en gobernarnos con cordura, en no querer, en no realizar sino lo que es digno, útil y bueno. Existe el deber profesional, el cual exige que cumplamos con conciencia las obligaciones de nuestro cargo. Existe el deber social, que nos invita a amar a los hombres, a trabajar por ellos, a servir fielmente a nuestro país y a la humanidad. Existe el deber para con Dios. el deber no tiene límites. Siempre puede mejorarse, y en la inmolación del si mismo el Ser encuentra el medio más seguro para engrandecerse y purificarse.
La práctica constante del deber nos conduce al perfeccionamiento. Para acelerar a este, conviene primero estudiarse a sí mismo con atención y someter todos los actos a un juicio escrupuloso. No podemos remediar el mal sin conocerlo.
Podemos estudiarnos en los demás hombres. Si observamos cualquier vicio, cualquier defecto nos choca en alguien, preguntémonos si no existe en nosotros un germen idéntico, y si lo descubrimos, debemos procurar por todos los medio arrancarlo de raíz.
Nuestra alma es una obra admirable, aunque muy imperfecta, y tenemos el deber de embellecerla, y adornarla sin cesar. Este pensamiento de nuestra imperfección nos hará más modestos y alejará de nosotros la presunción y la necia vanidad.
Sometiéndonos a una disciplina rigurosa, daremos forma y dirección convenientes, a nuestro Ser el cual modificara sus tendencias morales. La costumbre del bien hace cómoda su práctica. Solo los primeros esfuerzos son penosos. Aprendamos, ante todo, a dominarnos. Las impresiones son fugitivas y cambiantes; la voluntad es el fondo sólido del alma. Aprendamos a gobernar esa voluntad, a hacernos dueños de nuestras impresiones, a no dejarnos nunca dominar por ellas.
El hombre no debe aislarse de sus semejantes. Ha de elegir sus relaciones, sus amigos, decidirse a vivir en un ambiente honrado y puro donde no reinen más que las buenas influencias, donde solo existan fluidos tranquilizantes y bienhechores.
Evitemos las conversaciones frívolas, las charlas ociosas que conducen a la maledicencia. Cualquier que pueda ser el resultado, digamos siempre la verdad. Sumerjámonos con frecuencia en el estudio y el recogimiento el alma encuentra así nuevas fuerzas y nuevas luces. Que podamos decirnos al final de cada día: “He hecho una obra útil, he logrado un éxito sobre mi mismo; he socorrido, he consolado a los desgraciados, he esclarecido a mis hermanos, he trabajado para hacerlos mejores, he cumplido con mi deber”
No podremos ser felices sin el cumplimiento de nuestros deberes u obligaciones.

- Merchita-
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EL MAL Y EL REMEDIO

19. Vuestra Tierra, ¿es acaso un lugar de alegría o un paraíso de delicias? ¿Ya no resuena en vuestros oídos la voz del profeta? ¿No pregonó él que habría llanto y crujido de dientes, para los que nacieran en este valle de dolores? ¡Vosotros que vinisteis a vivir en ella, esperad lágrimas ardientes y penas amargas, y cuanto más agudos y profundos sean vuestros dolores, mirad al cielo y bendecid al Señor por haber querido probaros!... ¡Oh hombres! Entonces, ¿no reconoceréis el poder de vuestro Maestro, sino cuando haya curado las llagas de vuestro cuerpo y coronado vuestros días de beatitud y de alegría? Así, pues, ¿no reconoceréis su amor sino cuando hubiere adornado vuestro cuerpo con todas las glorias y le haya dado su resplandor y su blancura? Imitad a aquél que os fue dado como ejemplo: llegado al último grado de la abyección y de la miseria, tendido en un estercolero, dijo a Dios: “¡Señor conocí todas las alegrías de la opulencia y me redujiste a la miseria más profunda; gracias, gracias, oh Dios, por querer probar bien a vuestro servidor!” ¿Hasta cuándo vuestras miradas se detendrán en los horizontes marcados por la muerte? ¿Cuándo querrá vuestra alma, en fin, soltarse más allá de los límites de una tumba? Pero si debieseis llorar y sufrir toda una vida, ¿qué sería eso al lado de la eternidad de gloria reservada al que haya sufrido la prueba con fe, amor y resignación? Buscad, pues, consuelos a vuestros males en el futuro que Dios os prepara, y la causa de ellos en el pasado; y vosotros los que más sufrís, consideraos los bienaventurados de la Tierra. En estado de desencarnados, cuando planeabais en el espacio, elegisteis vuestra prueba, porque os creísteis bastante fuertes para soportarla; ¿por qué reclamar ahora? Vosotros que pedisteis la fortuna y la gloria, era para sostener la lucha de la tentación y vencerla.
Vosotros que pedisteis luchar de cuerpo y alma contra el mal moral y físico, fue porque sabíais que cuanto más fuerte sería la prueba, más gloriosa sería la victoria y que si salieseis de ella triunfantes, aun cuando vuestra carne se hubiese lanzado en el muladar, a su muerte dejaría escapar un alma resplandeciente de blancura, y purificada por el bautismo de la expiación y el sufrimiento.
¿Qué remedios recomendar a los que están atacados de obsesiones crueles y de males lacerantes? Sólo uno es infalible: la fe, elevar la mirada al cielo. Si en el acceso de sufrimientos, vuestra voz canta al Señor, el ángel de vuestra cabecera os enseñará con su mano la señal de salvación y el lugar que debéis ocupar un día... La fe es el remedio cierto del sufrimiento; ella muestra siempre los horizontes del infinito, ante los cuales se borran esos pocos días sombríos del presente. No nos preguntéis más, cual remedio es preciso emplear para curar tal úlcera o tal llaga, tal tentación o tal prueba ...; recordad que el que cree es fuerte por el remedio de la fe, y el que duda un segundo de su eficacia, es castigado en el mismo instante por la dolorosas angustias de la aflicción.
El Señor marcó con su sello a todos los que creen en él. Cristo os dijo que con la fe se transportan montañas, y yo os digo que el que sufre y tenga su fe por sostén, será colocado bajo su égida y no sufrirá más; los momentos de los más fuertes dolores serán para él las primeras notas de alegría en la eternidad. Su alma se desprenderá de tal forma de su cuerpo que, mientras éste se contuerce bajo las convulsiones, ella planeará en las regiones celestes cantando con los ángeles los himnos de reconocimiento y de gloria al Señor. ¡Felices los que sufren y los que lloran! Que sus almas se alegren porque serán bendecidas por Dios.” (SAN AGUSTÍN, París, 1863). (énfasis nuestro)

Tomado de: El Evangelio Según el Espiritismo, por Allan Kardec.

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“Sólo el estudio del Espiritismo nos hará grandes en medio del dolor, porque sabiendo que vivimos eternamente, haremos lo posible para ser hoy mejores que ayer y ser mañana grandes benefactores de la humanidad. 
(Amalia Domingo Soler, Hechos que Prueban).