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viernes, 28 de febrero de 2014

Yo quiero ser espírita




El otro día un hermano hizo esta pregunta, y quedó dando vueltas en mi mente una y otra vez. 

En la meditación matutina del 28/1/2010 recibí esta comunicación:

....Es el espiritismo una doctrina clara y sencilla. Su propósito principal es ayudar al hombre a ser mejor ser humano, y practicar la doctrina es cultivar el amor entre todos los hermanos como nos enseñó Jesús.


El deber de un espirita es conocerse bien a sí mismo, con sus virtudes y sus defectos para poder así, trabajar en su mejoramiento, de forma consciente para mejorar sus imperfecciones.

Para lograrlo solo es necesario dedicar todos los días un rato a la meditación y al autoanálisis. A través del espiritismo, si lo practicamos sinceramente, seremos mejores hijos, hermanos, padres, esposos, amigos, seremos mejores seres humanos.

El espiritismo nos enseña que somos espíritus inmortales, que no debemos temer a la muerte, pues el espíritu sobrevive a este momento, que no es mas que un tránsito hacia la vida espiritual. Que la vida espiritual es la verdadera vida del espíritu, y que en ella continuamos aprendiendo y acumulando experiencias que nos hacen mejores.

Que luego reencarnamos y ponemos en práctica lo aprendido, y en este ciclo vamos convirtiéndonos en espíritus cada vez mejores y acercándonos paso a paso a la luz Divina, al Ser creador de todo el universo, a esa energía que llamamos Dios.


Y la doctrina nos enseña que este ciclo es un camino hacia el progreso,pues Dios ha creado el universo regido por leyes naturales y el progreso es una de ellas.

Y la doctrina nos enseña también una verdad sencilla e infalible, cuya comprensión nos va a ayudar a comprender nuestras circunstancias y como podemos cambiarlas; esta verdad es la ley de afinidad, atraemos a nuestras vidas circunstancias, personas y espíritus afines a nuestros pensamientos.

Es decir, que la calidad de nuestro pensamiento determina la calidad de la energía que vibra a nuestro alrededor y con ello de aquello que atraemos. De ahí la importancia de nuestra elevación moral.

Somos los artífices de nuestra vida, tenemos libre albedrío para practicar el bien o apartarnos de él; para esforzarnos cada día en ser mejores y comprender que con amor, paciencia, tolerancia, bondad, construimos un futuro mejor para nosotros mismos y para aquellos que nos rodean.

Y la Doctrina Espírita es mucho mas, es la justicia de la ley de causa y efecto, que nos enseña que cada acción nuestra tiene un resultado, una consecuencia acorde con la misma, y esta consecuencia vendrá a nosotros indefectiblemente, ya sea en esta vida o en una vida futura. Y esta ley explica las desigualdades que tanto nos acongojan; y es también una luz que nos inspira a cultivar el bien.El otro día un hermano hizo esta pregunta, y quedó dando vueltas en mi mente una y otra vez. En la meditación matutina del 28/1/2010 recibí esta comunicación.

....Es el espiritismo una doctrina clara y sencilla. Su propósito principal es ayudar al hombre a ser mejor ser humano, y practicar la doctrina es cultivar el amor entre todos los hermanos como nos enseño Jesús.

El deber de un espirita es conocerse bien a si mismo, con sus virtudes y sus defectos para poder así, trabajar en su mejoramiento, trabajar de forma consciente para mejorar sus imperfecciones.

Para lograrlo solo es necesario dedicar todos los días un rato a la meditación y al autoanálisis. A través del espiritismo, si lo practicamos sinceramente, seremos mejores hijos, hermanos, padres, esposos, amigos, seremos mejores seres humanos.

El espiritismo nos enseña que somos espíritus inmortales, que no debemos temer a la muerte, pues el espíritu sobrevive a este momento, que no es mas que un tránsito hacia la vida espiritual. Que la vida espiritual es la verdadera vida del espíritu, y que en ella continuamos aprendiendo y acumulando experiencias que nos hacen mejores.

Que luego reencarnamos y ponemos en práctica lo aprendido, y en este ciclo vamos convirtiéndonos en espíritus cada vez mejores y acercándonos paso a paso a la luz Divina, al Ser creador de todo el universo, a esa energía que llamamos Dios.

Y la doctrina nos enseña que este ciclo es un camino hacia el progreso,pues Dios ha creado el universo regido por leyes naturales y el progreso es una de ellas.

Y la doctrina nos enseña también una verdad sencilla e infalible, cuya comprensión nos va a ayudar a comprender nuestras circunstancias y como podemos cambiarlas; esta verdad es la ley de afinidad, atraemos a nuestras vidas circunstancias, personas y espíritus afines a nuestros pensamientos.

Es decir, que la calidad de nuestro pensamiento determina la calidad de la energía que vibra a nuestro alrededor y con ello de aquello que atraemos. De ahí la importancia de nuestra elevación moral.

Somos los artífices de nuestra vida, tenemos libre albedrío para practicar el bien o apartarnos de él; para esforzarnos cada día en ser mejores y comprender que con amor, paciencia, tolerancia, bondad, construimos un futuro mejor para nosotros mismos y para aquellos que nos rodean.

Y la Doctrina Espírita es mucho mas, es la justicia de la ley de causa y efecto, que nos enseña que cada acción nuestra tiene un resultado, una consecuencia acorde con la misma, y esta consecuencia vendrá a nosotros indefectiblemente, ya sea en esta vida o en una vida futura. Y esta ley explica las desigualdades que tanto nos acongojan; y es también una luz que nos inspira a cultivar el bien.

Hay mucho mas para descubrir en la doctrina espírita, pero estas sencillas razones que
hemos expuesto, bastan por si solas para decir: "Yo quiero ser Espírita"

psicografiado 28 de enero 2010


Autor: Solcuba, para Espiritismo Estudios.




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 LA CONSCIENCIA DE NUESTRA MISIÓN


Con frecuencia me pregunto:
¿Qué estamos haciendo en este mundo cada uno de nosotros?

Si la vida fuese solamente intentar aprovechar al máximo posible las horas y minutos, esa película sería tonta...

Tengo la certeza  de que existe un sentido mejor en todo lo que vivimos. Para mi, nuestra venida al planeta Tierra, tiene básicamente dos motivos: evolucionar espiritualmente y aprender a amar mejor. Todos nuestros bienes en verdad no son nuestros. Somos solamente nuestras almas.

Y debemos aprovechar todas las oportunidades que la vida nos da para que nos mejoremos como personas. Por tanto, recuerde siempre que sus fracasos son siempre los mejores profesores y en los momentos difíciles en que las personas precisan encontrar una razón mayor para continuar al frente. 

A nuestras acciones, especialmente cuando tenemos que superarnos, hacemos de nosotros personas mejores.

A nuestra capacidad de resistir las tentaciones, los desánimos, para continuar el camino y que nos vuelve personas especiales.

Nadie vino a esta vida con la misión de juntar dinero y comer de lo bueno y lo mejor. Ganar dinero y alimentarse forma parte de la vida, pero no puede ser la razón de la vida.

Tengo la certeza de que personas como Martin Luther King, Mahatma Gandi, Nelson Mandela, Madre Teresa de Calcuta, Hermana Dulce, y tantas otras anónimas, que lucharon y luchan para mejorar la vida de los más débiles y  los más pobres, estos no estaban motivados por la idea de ganar dinero, entonces,  ¿Qué es lo que mueve a esas personas generosas a trabajar diariamente, y no desistir nunca? 
La respuesta es una sola:
La consciencia de su misión en esta vida.

Cuando usted tiene conciencia de que a través de su trabajo, usted está realizando su misión, usted está desarrollando una fuerza extraordinaria, capaz de elevarlo a cumbres de las montañas más altas del planeta.

Infelizmente, mucha gente se pierde en este viaje y distorsiona el sentido de su existencia, pensando que acumular bienes materiales es el objetivo de la vida.
Y cuando llega al final del camino, percibe que solo se va a poder llevar de aquí, el bien que hizo a las personas.

Si usted está angustiado sin motivo aparente, eso es un aviso para parar y reflexionar sobre su estilo de vida.
Escuche su alma: ella tiene la orientación sobre cual camino seguir.

Todo en la vida es una invitación para avanzar en la conquista de valores, en armonía y en la gloria del bien.

(Roberto Shinyashiki)
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 " Vivir es siempre decir a los otros, que ellos son importantes y que nosotros les amamos, porque un día ellos se van y quedamos con la nítida impresión de que no los amamos lo suficiente...."
- Chico Xavier-
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La lista de  la  maestra

Cierto día una maestra pidió a sus alumnos que pusieran los nombres de sus compañeros de clase en una hoja de papel, dejando un espacio entre nombre y nombre.
Después les pidió que pensaran en la cosa más linda que pudieran decir de cada uno de sus compañeros y que lo escribieran debajo de su nombre.

Tomó el resto del período de la clase la tarea encomendada para poder terminar lo pedido. A medida que los alumnos dejaban el aula, entregaban a la maestra la hoja de papel.

Durante el fin de semana la maestra escribió el nombre de cada uno de sus alumnos en hojas separadas de papel y copió en ella todas las cosas lindas que cada uno de sus compañeros había escrito acerca de él.

El lunes ella entregó a cada alumno su lista. Casi inmediatamente toda la clase estaba sonriendo. "¿Es verdad?", ella escuchó a alguien diciendo casi como en un susurro. "Yo nunca supe que podía significar algo para alguien", y "Yo no sabía que mis compañeros me querían tanto", eran los comentarios.

Nadie volvió a mencionar aquellos papeles en clase. La maestra nunca supo si ellos comentaron su contenido con alguno de sus compañeros o con sus padres, pero eso no era lo importante. El ejercicio había cumplido su propósito. Los alumnos estaban felices consigo mismos y con sus compañeros.

Aquel grupo de alumnos siguió adelante y progresó. Varios años más tarde uno de los estudiantes fue muerto en Vietnam y la maestra asistió a su funeral. Ella nunca antes había visto a un soldado en su ataúd militar. El se veía tan bonito y tan maduro. La iglesia estaba llena con sus amigos. Uno a uno de aquellos que tanto lo apreciaban caminaron silenciosamente para darle una última mirada.

La maestra fue la última en acercarse al ataúd.

Mientras estaba allí, uno de los soldados que actuaba como guardia de honor se acercó a ella y le preguntó: "¿Era usted la profesora de matemáticas de Marcos"?. Ella balbució: "Sí".

Entonces él dijo: "Marcos hablaba mucho acerca de usted" Después del funeral la mayoría de los ex compañeros de Marcos fueron juntos a una merienda. Allí estaban también los padres de Marcos, obviamente deseando hablar con su profesora.

"Queríamos mostrarle algo", dijo el padre, sacando del bolsillo una billetera."

Lo encontraron en la ropa de Marcos cuando fue muerto. Pensamos que tal vez usted lo reconocería" , dijo.

Abriendo la billetera, sacó cuidadosamente dos pedazos de papel gastados que él había arreglado con cinta y que se veía que había sido abierto y cerrado muchas veces. La maestra se dio cuenta aún sin mirar mucho que era la hoja en la que ella había registrado todas las cosas lindas que los compañeros de Marcos habían escrito acerca de él.

"Gracias por haber hecho lo que hizo" dijo la madre de Marcos. "Como usted ve, Marcos lo guardaba como un tesoro" Todos los ex compañeros de Marcos comenzaron a juntarse alrededor. Cárlos sonrió y dijo tímidamente: "Yo todavía tengo mi lista. La tengo en el cajón de encima, de un armario que tengo en mi escritorio".
  
La esposa de Felipe dijo: "Felipe me pidió que pusiera el suyo en el álbum de casamiento". "Yo tengo el mío también", dijo Marilyn. "Está en mi diario". Entonces Victoria, otra de sus compañeras, metió la mano en su cartera, sacó una billetera y mostró al grupo su gastada y arrugada lista.

"Yo la llevo conmigo todo el tiempo" y sin siquiera pestañear dijo: "Yo creo que todos hemos conservado nuestras listas. Fue entonces cuando la maestra se sentó y lloró. Lloró por Marcos y por todos sus compañeros que no lo volverían a ver.

La densidad de la población de nuestra sociedad es tan pesada que olvidamos que la vida va a terminar un día. Y no sabemos cuándo será ese día. Así que, por favor, díganle a la gente que ustedes los quieren y para quienes desean el bien, que ellos son especiales e importantes. Díganselo, antes que sea demasiado tarde.

( Historia aportada por Mercedes Cruz )
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MILAGRO ES CUANDO  VEMOS PERSONAS AYUDANDO A VICTIMAS DEL HAMBRE, DEL FRÍO, DEL DESABRIGO Y DEL DESAMOR, A ESO LA GENTE LE LLAMA SOLIDARIDAD....
                                YO LE LLAMO MILAGRO.....
                                                                              
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jueves, 27 de febrero de 2014

Cuidar el cuerpo y el espíritu



La vida en el cuerpo se presenta bajo variados aspectos, que constituyen su realidad existencial. Sin embargo, no siempre esa realidad significa el legitimo vivir, el expresarse con seguridad, el disfrutar plenamente la oportunidad y avanzar jubilosamente, sin remordimientos que resultan del pasado, ni ansiedades que marcan las ambiciones del futuro.
Una existencia feliz no es, necesariamente, aquella que es breve o larga, sino
aquella que se transforma en mensaje de alegría y bienestar para la propia persona, así como para todos aquellos que la rodean. Cada existencia es un mensaje, cuyo contenido debe ser positivo, de forma que dignifique a otras, enriqueciéndolas de esperanzas. La enfermedad, los problemas, no son aspectos de infelicidad, sino convites del organismo y de la vida, para decir que es necesario estar lucido y consciente. Por eso mismo, la muerte no es un fracaso de la vida, sino una nueva admirable experiencia.
El ser sicológicamente maduro sabe discernir cuales son los valores auténticos, para su realización y aquellos que apenas se presentan como indumentaria transitoria para el elenco de los movimientos existenciales.
El desarrollo del ser en cada aspecto, es lento, pasando de una fase a otra, sin marcas inquietantes de in saciedad, de manera que en el próximo estadio se viva con las manifestaciones del anterior, de aquel que ya deberá estar superado y consolidado en los cimientos de la individualidad.
Sin embargo, cada individuo alcanza la plataforma de la madurez por medio de diversas experiencias. Unos consiguen crecer bajo el estimulo de los ideales y de las aspiraciones que guardan interiormente; otros lo hacen bajo la inspiración de la belleza, que se exterioriza en las artes, en la literatura, en la cultura general; muchos son atraídos por la tecnología y los diferentes recursos de las modernas conquistas; innumerables son conducidos por el amor, por la necesidad de fraternidad que cultivan con acrecentado cariño; entretanto, la gran mayoría, es impulsada por el sufrimiento, ultima alternativa para el desarrollo de los recursos internos que dormitan en su íntimo.
No obstante, no hay nadie que este impedido para desarrollar su ser superior, oprimido momentáneamente por los peligrosos adversarios de sí mismo, que son el primitivismo, la ignorancia, el egoísmo y todo su sequito sórdido.
El ser humano sigue un destino grandioso: la auto realización total, bajo la atracción del Pensamiento Divino que todo lo invade y domina. Su origen trascendental lo lleva ineludiblemente a su Casualidad Superior. No obstante, en cuanto no se da cuenta de ese obstinado destino, transita en un círculo de estrecho ámbito emocional, sin que la fuerza de atracción de la Vida le produzca cualquier influencia.
Son valiosos todos los aspectos diferentes de la vida, durante la existencia física que deben ser experimentados de forma total.
La vejez se tornó antológica en el ser, este  la considera como decadencia, amargura, soledad, dolencia y muerte, es la visión de la inmadurez psicológica. Para el ser, vivir es abrigar sueños permanentemente juveniles, sensaciones embrutecedoras y de efecto rápido, pasando de una hacia otra entre insatisfacciones y conflictos íntimos.
La juventud, dígase con claridad no es solamente un estado biológico, atinente a determinada faja estaría. Sino también todo el periodo en que se puede amar y sentir, esperar y vivir, construir y experimentar necesidades nuevas y edificantes.
El periodo juvenil, limitado entre la infancia y la edad de la razón, es de mucha significación para el desarrollo real del individuo, porque abre los espacios existenciales para el aprendizaje, fijación de los conocimientos, ansiedades de conquistas y realizaciones, en un calidoscopio fascinante. Es también, el periodo de la inmadurez, del desperdicio de oportunidades, porque todo parece tan distante y abundante, que los perjuicios de tiempo y producción no tienen un significado profundo, dando nacimiento a futuros conflictos que necesitan ser vencidos.
Sin embargo, es joven todo aquel que aspira a los ideales de ennoblecimiento humano, no importando el periodo existencial por el cual esté transitando.
Manteniendo la capacidad de realizar y realizarse, de producir y multiplicar, de renovar y renovarse, disfruta del largo plazo de la juventud real.
La vejez se presenta cuando el individuo se considera inútil, cuando experimenta el desprestigio de la sociedad de preconceptos, que elaboró juicios de vida en patrones torpemente materialistas, hedonistas.
La ciencia médica está comprobando a cada instante que los periodos de la vida son ricos en oportunidades para aprender, para crecer y desarrollar la capacidad de la fijación de los valores humanos. Los conceptos ortodoxos  de los límites para el inicio de la vejez, cuando surgen las señales de decadencia orgánica, están totalmente, están totalmente superados.
En ese contexto, la mente es un factor importante que genera energías incesantes, en uno y otro sentido, de forma positiva o destructiva y en cuanto se puede pensar con autoestima y confianza, los límites impuestos por la edad desaparecen, para facilitar la continuación de la existencia enriquecedora. Así también, cuando el joven se deja abatir y pasa a pensar destructivamente, se encarcela en las mazmorras de la decadencia psicológica y se degrada.
El cerebro, que antes era poco identificado en sus incomparables producciones, como la mayor glándula del cuerpo humano, hoy es conocido como un extraordinario y nada común  conjunto armónico  de setenta y cinco a cien billones de neuronas en circuito especializado y complejo, como la más notable computadora que la mente aun no puede concebir. Sus encimas, cerebrinas, globulinas y otras secreciones comandan las reacciones de todo el cuerpo, trabajando por la vida física y psíquica. Sin embargo, esa mente  no es el fruto de la propia elaboración, procediendo de una fuente  generadora que lo antecede y sucede al proceso del conjunto natural. Pesando en promedio, un kilo y trescientos gramos, absorbe oxigeno en cantidad importante, es decir, el veinte por ciento de todo aquel que necesita el cuerpo total.
  Cuando ocurre la muerte de cada célula nerviosa y la mente trabaja, investiga y se esfuerza para mantener los equipos en orden, se amplia, transformando sus extremidades en árboles (deméritas), que facilitan el flujo de las informaciones, sin ninguna solución de continuidad, produciendo las maravillosas sinapsis (contactos) electroquímicas, que mantienen todo el equilibrio de él mismo y del organismo en general.
A semejanza de los músculos que, al no ser activados por el ejercicio, tienden a la fragilidad, a la flacidez, cuando no es movilizado por las energías mentales renovadoras, pierde las posibilidades de producción, porque, al morir células nerviosas, las restantes, sin nuevos estímulos no se amplían , fallando en la transmisión de mensajes que les cabe registrar, encaminar y responder.
Durante milenios permaneció casi desconsiderado por la Ciencia, habiendo sido estudiado y descubierto, prácticamente por Gall, médico y anatomista, padre de la Frenología, como Lamark lo fue del transformismo. Hasta  entonces, los conceptos se dividían entre los filósofos, los padres de la Medicina y de la Patristica religiosa, con sus supersticiones y conceptos ultramontanos.
Pasando por extraordinarios estudiosos, entre muchos  otros citaremos a Cabanis y Broca, la sonda de la investigación fue penetrando la masa grisácea y descifrando sus protuberancias, que hoy nos dan una idea  aunque muy imperfecta de su mundo de infinitas informaciones aun por detectar.
Por tanto, en él están las  disposiciones de la juventud y de la vejez, dependiendo sobretodo de la mente que lo vitaliza y lo moviliza, que lo acciona y mantiene.
Muchos creen que vejez es señal de pérdida de memoria, de deterioro del raciocinio, del desequilibrio de las emociones...
Sin dudas, con el suceder de los años, la maquinaria orgánica sufre el desgaste y seguramente, disminuye la capacidad de producción y eficiencia de resultados. Entretanto, la pérdida de memoria no es el síntoma exclusivo del envejecimiento, por cuantos muchos factores contribuyen para ese acontecimiento en cualquier edad, como las enfermedades sutiles, tales como las infecciones urinarias, las intoxicaciones por medicamentos, la depresión, etc. Lo importante es el estado psíquico del individuo, quien le determina cual es la fase en que se encuentra y le agrada permanecer; si en la juventud que se prolonga o en la vejez que llega precozmente.
La acción del trabajo en ese comportamiento, es de extraordinario resultado, posibilitando la prosecución de los deberes, de los estudios, de las búsquedas y realizaciones nuevas, sin fatigas ni justificativas de imposibilidad para crecer y permanecer joven. La humanidad, en general vive en estado de sueño, en letargo, padece de  la enfermedad más dominante, que es la ignorancia de si, del destino de cada uno, del significado de la existencia.
Nos quejamos de la situación en que nos encontramos, pero no hacemos casi nada para cambiar  los factores degradantes del conjunto social, normalmente presentes en nosotros mismos, nos lamentamos, por necesidad masoquista de inspirar compasión, nos entregamos a los hechos por comodismo, no esforzándonos realmente, para conseguir superar todo obstáculo aparente que surge como amenaza o impedimento a nuestro progreso. El apóstol Pablo estaba tan seguro del valor del despertar de la conciencia, que en una memorable carta a los Efesios, conforme se encuentra en el capitulo, versículo catorce, con clamo: Despierta tú que duermes, levántate entre los muertos y el Cristo te esclarecerá. Esto es porque, el sueño es una forma de muerte, de desperdicio de la oportunidad educativa, esclarecedora, terapéutica, enriquecedora. Cuando se está despierto, Jesús lo esclarece, a fin de que avance con arrojo en la búsqueda de su auto identificación.
Cuando se está despierto, las conquistas  y encuentros son internos, resplandecientes y calmados, poderosos como el rayo y suaves como la brisa del amanecer.
Estar despierto significa encontrarse construyendo, libre de preconceptos, y de límites, abierto al bien y a la verdad de la que se torna vanguardista y divulgador.
La vida es un poema de belleza, cuyos versos están constituidos de propuestas de luz, escritas en la partitura de la Naturaleza, que exalta su presencia en todas partes.
El destino de la criatura es la libertad, hacia donde sigue con los ojos puestos en el futuro.
  Ser libre significa no depender, no tener pasado ni inquietarse por el futuro, viviendo ampliamente el presente en transporte de paz y alegría.
La alegría de vivir es una invitación para una existencia rica en producciones morales, espirituales, artísticas, culturales, estéticas y nobles.
El destino de nuestra existencia deja de ser vivir bien, que es una de las metas humanas, para bien vivir, que es una conquista personal intransferible, especial, que jamás se altera o se pierde, fomentando la felicidad y trabajando por la paz que todos aspiran.
Narra una historia, que un príncipe chino se enorgullecía de su colección de porcelana, de cuan rara como antigua procedencia, constituida por doce platos resaltados por una gran belleza artística y decorativa. Cierto día, su celador, en un momento infeliz, dejo que se quebrase una de las piezas. Tomando conocimiento del desastre y poseído por la furia, el príncipe condenó a muerte al dedicado servidor, que había sido víctima de una circunstancia fortuita. La noticia tomo cuenta del imperio y en la víspera de la ejecución del desafortunado servidor, se presento un sabio bastante viejo que se comprometió a devolver el orden a la colección. Emocionado, el príncipe reunió a su corte y acepto la ofrenda del venerable anciano. Este solicitó que fuesen colocados todos los platos restantes sobre un mantel de blanquísimo lino, bordado cuidadosamente y que los pedazos de la preciosa porcelana fuesen, esparcidos en torno de la mesa. Atendido en su solicitud, el sabio se acercó a la misma y en un gesto inesperado, tiró del mantel con las preciosas porcelanas, arrojándolas bruscamente sobre el piso de mármol, rompiéndolas todas. Ante el estupor que domino al soberano y a su corte, muy sereno dijo:
_ Ahí están, señor, todas iguales conforme prometí. Ahora podéis mandar  matarme. Dado que esas porcelanas valen más que las vidas y considerando que ya soy viejo y ya viví más allá de lo que debería, me sacrifico en beneficio de los que irán a morir en el futuro, cuando cada una de esas piezas sea quebrada.
De esta forma, con mi existencia, pretendo salvar doce vidas, ya que ellas delante de esos objetos, nada valen.
Pasado el choque, el príncipe conmovido, liberó al anciano y al siervo, comprendiendo que nada hay más precioso que la vida en sí misma y la humana en particular.
La vida ofrece las lecciones más severas, invitando a los individuos a la reflexión.
Cuando se adquiere madurez psicológica, a pesar de que se preserven los bienes materiales, se valorizan más aquellos que son del Espíritu, de la realidad perenne, expresiones elevadas de la vida.
Lo que poseemos de precioso, es la oportunidad de la existencia, ella nos brinda los acontecimientos y conquistas, permaneciendo como patrimonio inalienable del ser en su curso evolutivo. Cuando es lúcido, vive intensamente su momento, cada momento, floreciendo donde se encuentra, sin atormentarse por realizarse en esa o aquella otra parte, creando raíces y desarrollándolas, libre de las imposiciones de la ambición desmedida, de las pasiones perturbadoras, de las fijaciones inquietantes, abierto a las nuevas realizaciones que armonizan. De ese modo, nos tornamos parte integrante del Universo, en el cual nos encontramos y donde somos invitados a conquistarlo.
Para  conseguir ese estado y aprender las lecciones de la vida, debemos trabajar interiormente, educarnos, ya que a través de esa contribución nos modificamos y perfeccionamos, liberándonos de los atavismos perniciosos y de los factores degradantes que aún permanecen en nosotros.
La educación es un valioso instrumento para el trabajo de construcción de la persona feliz, que se convierte, a su vez en una lección viva de la vida para los demás, que siguen en la retaguardia
Todo individuo enfrenta desafíos para crecer. La propia existencia terrestre es una invitación al esfuerzo. La mejor solución para enfrentar los problemas es intentar resolverlos en sus fuentes, evitando las actitudes que los postergan, retornándolos más complicados. Lo que no hagamos hoy, seguramente mañana será, más difícil de ser conseguido.
Solamente las actitudes correctas, basadas en la honradez y en la lealtad, consiguen zanjar en forma definitiva las dificultades y los  acontecimientos desagradables de la marcha evolutiva.
Vivir la vida es un desafió sublime y realizarlo con sabiduría es una bienaventuranza que se encuentra a disposición de todo aquel que decididamente se resuelve a avanzar, auto superarse y alcanzar la comunión con Dios.
Gracias al valioso concurso de las doctrinas psíquicas en general y de la psicología espirita en particular, existen excelentes contribuciones y se encuentran disponibles para todos aquellos que están sinceramente, interesados en la construcción de una conciencia saludable, de un ser responsable y lucido de una sociedad feliz.
Todo depende de cada persona, de su esfuerzo, de su perseverancia y de su acción confiada.
Lo que no consigamos en un momento, mediante la sana insistencia, lo alcanzaremos después.
No nos encontraríamos encarnados en la tierra, si nuestra existencia física no tuviese una finalidad superior. Somos el producto de un largo proceso de desarrollo de los infinitos valores que duermen latentes, dentro de nosotros, aguardando los medios propiciatorios para su manifestación.
Etapa a etapa, paso a paso realizamos progresos que se fijan mediante los hábitos que se incorporan a la individualidad, que resulta de la suma de las vivencias de variadas reencarnaciones.
 Somos adultos, hemos crecido y casi todos los que nos encontramos aquí encarnados podemos pensar que nuestras realizaciones de ahora en adelante pueden ser pocas.
Nos vamos haciendo cómodos, porque nos sentimos justificados, y sin darnos cuenta dejamos pasar la vida, contemplándola, sin esperar un puesto de trabajo, ya que cada vez podemos menos.
La gente que nos rodea, nos lo hace notar, tratándonos ya de mayores, los primeros suelen ser los hijos. No obstante estas lecciones nos demuestran que no es así, que lo mismo que debemos cuidar el cuerpo, debemos cuidar el alma, y esta puede estar activada y creciendo siempre.
Debemos sentir la vida y participar de ella, no contemplándola y con palabras solo pues estas  se las lleva el viento, sino con hechos, sin ningún miedo ni temor. Si obramos con conocimiento y guardamos el equilibrio en todas las cosas, no nos dañaran el efecto que estas causen.
Hemos de cargar nuestras maletas para que nada nos falte, pero nunca quedemos parados, temiendo lo que nos pueda suceder, siempre la regla del bien por medida, nos lleva a puerto seguro. Si activamos el cuerpo con una vida sana y unos buenos hachos, el organismo nos responderá.
Por eso trabajadores de la viña del Señor, activemos nuestros conocimientos y animo a la obra, no nos acomodemos en la silla y en la vida contemplativa, el movimiento espirita nos necesita, colaborar no significa oír la doctrina, es trabajar en ella, enseñarla, divulgarla, compartirla, tolerar, estudiar, perdonar, olvidar etc., tenemos un amplio campo, ante los jóvenes que nos reemplazan y que siguen nuestros pasos.
No dejemos la labor que nos compete a otros más jóvenes, ellos ya tienen la suya. Jóvenes somos, hemos de alargar los arbolitos de nuestro cerebro él es incansable, si nosotros lo activamos el crecerá más deprisa y ira generando vida a todo nuestro alrededor.
 Extraído por Merche del libro VIDA, de Divaldo Pereira-
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    INSTRUCCIONES DE LOS ESPÍRITUS.
Ha dicho Cristo: "Dejad a los niños venir a mí" Estas palabras, profundas dentro de su sencillez, no significan un mero llamamiento a los niños, sino a las almas que gravitan en los círculos inferiores, donde la desgracia no sabe nada de esperanza.
Jesús llamaba hacia Él a la niñez intelectual de la criatura ya formada: a los débiles, los esclavos, los viciosos. Nada podía enseñar a la infancia física, ligada a la materia, sometida al yugo del instinto y sin haberse integrado todavía al orden superior de la razón y de la voluntad, que se ejercen en torno de ella y para ella.
Quería Jesús que los hombres se llegasen a Él con la confianza de esos pequeños seres de pasos inseguros, cuyo llamado conquista el corazón de las mujeres que son madres. Sometía así a las almas a su tierna y misteriosa autoridad. Él fue la antorcha que ilumina las tinieblas, el clarín matinal que da el toque de diana e invita al despertad. Ha sido el iniciador del Espiritismo, el cual a su vez llevará a Él no a los niños, sino a los hombres de buena voluntad.
La viril acción se ha iniciado. No se trata ya de creer por instinto y obedecer en forma maquinal: precisa que el hombre siga la ley inteligente que le revela su universalidad.
Bienamados, he aquí el tiempo en que los errores explicados serán verdades.
Os enseñaremos el sentido exacto de las parábolas y os mostraremos la poderosa correlación que une a lo que ha sido con lo que es. En verdad os digo, la manifestación espírita crece en el horizonte, y he aquí a su Enviado, que va a resplandecer como el sol sobre las cimas de los montes.
Dejad a los niños venir a mí, porque poseo el alimento que fortifica a los débiles.
Dejad venir a mí a aquellos que, temerosos y frágiles, tienen necesidad de apoyo y de consolación. Dejad venir a mí a los ignorantes, para que los ilumine. Dejad venir a mí a todos los que padecen, a la muchedumbre de los afligidos y desventurados. Les enseñaré el gran remedio para mitigar los males de la vida, les proporcionaré el secreto con que curar sus heridas.
¿Cuál es, amigos míos, ese bálsamo soberano, poseedor de la virtud por excelencia, ese bálsamo que se aplica sobre todas las llagas del corazón y las cicatriza? ¡Es el amor, es la caridad! Si poseéis ese divino fuego, ¿qué podréis temer? En todos los instantes de vuestra vida diréis: "Padre mío, hágase tu voluntad y no la mía. Si te place probarme por medio del dolor y las tribulaciones, bendito seas. Porque para mi bien lo sé tu mano pesa sobre mí.
Si te agrada, Señor, apiadate de tu débil criatura, si das a su corazón las alegrías permitidas, sé una vez más bendecido. Pero haz que el amor divino no se adormezca en su alma, y que sin cesar haga ella ascender hasta tus pies la voz de su gratitud.
Si poseéis el amor, seréis dueños de todo lo deseable que hay en la Tierra, tendréis la perla por excelencia, que ni los acontecimientos, ni las ruindades de los que os aborrecen y persiguen podrán arrebataros. Si poseéis el amor, habréis colocado vuestros tesoros allí donde los gusanos y la herrumbre no pueden alcanzarlos, y veréis borrarse poco a poco de vuestra alma todo aquello que puede mancillar su pureza; sentiréis que día a día el peso de la materia se os aligera y, semejante al ave que se cierne en los aires y no se acuerda ya de la tierra, subiréis sin tregua, ascenderéis siempre, hasta que vuestra alma embriagada pueda nutrirse de su elemento vital en el señor del Señor.
( Un espíritu protector. Burdeos, 1861.
Allan Kardec. 
                                                                    ********************

                          Oración
                             ¡Señor!
Los hombres se reúnen en el mundo para pedir, reclamar, maldecir; legiones humanas devotas a la fe se entregan para que las comandes; multitud de ellas sintonizan Contigo buscando servirte.
Permítenos ahora un espacio para agradecerte por estos días de entendimiento fraternal que vivimos en la casa que nos prestaste para el planeamiento de las actividades evangélicas del futuro.
Como no estamos habituados a agradecer y alabar sin presentar el rol de nuestras suplicas permítenos hacerlo de forma diferente.
Cuando casi todos piden por los infelices, nosotros nos atreveremos a suplicar por los infelicitadores, cuando los corazones suplican a favor de los caídos, de los delincuentes, de los que agreden; nosotros nos proponemos interferir en beneficio de los que fomentan las caídas, los delitos y la violencia; cuando los pensamientos se vuelven para interceder por los enfermos, los carentes, los desilusionados, nosotros nos enfatizamos en formular nuestras rogativas por aquellos que responden por todos los errores que asolan la Tierra, estableciendo la miseria social, la falta de moral y la derrocada en las rampas éticas del comportamiento.
No te queremos pedir por las victimas de todos los matices, sino, por sus autores, aquellos que entenebrecen los sentimientos, las conciencias y la conducta, complaciéndose, como chacales sobre los cadáveres de los vencidos.
Tu que res nuestro Pastor y prometes apoyo para todas las ovejas, ten misericordia de ellos, los hermanos que se cegaron a si mismos y, ensandecidos, encienden el fuego del odio en la Tierra y fomentan las desgracias que dominan el Mundo.
Tu puedes hacerlo Señor, y es por esto, en agradeciéndote todas las dadivas de la paz que fruimos, no nos podemos olvidar de esos que arden en las llamas de la ignorancia alucinados por los desequilibrios que los tornan profundamente desdichados.
Retira de nuestros sentimientos de amor la cuota mejor y canalízala para los hermanos enloquecidos en la volupia del placer, que enrejalaran corazón lejos de los sentimientos de humanidad y que tendrán que despertar, un día, bajoel latigo de la conciencia que a nadie abubilla.
Porque ya pasamos en épocas remotas, por estos caminos, es que Te suplicamos por ellos, los hermanos más infelices que desconocen la propia desdicha.
En cuanto a nosotros, enséñanos a no fruir de felicidad mientras haya en la Tierra y en la Patria del Cruzeiro los que lloran, los que se debaten en los desvíos de la perturbación, y, consciente o inconscientemente, Te niegan la sabiduría, el amor y la conducción de ternura como Pastor de nuestras vidas.
Cuando Tus discípulos, aquí reunidos, cerremos esta etapa, nos damos las manos, y, emocionados, repetimos como los mártires del pasado: -¡Ave Cristo! En Tus manos depositamos nuestras vidas, para que de ellas hagas lo que Te aproveche, sin consultarnos lo que queremos, porque solo Tú sabes lo que es mejor para nosotros.
Hijos del alma: que os bendiga el Padre de Misericordia y que Jesús permanezca con nosotros son los votos del servidor humilde y paternal siempre.



Por el Espíritu Bezerra de Meneses – Psicofonía de Divaldo Pereira Franco, en la mañana del 18/11/1990, en el cierre de la reunión de Consejo Federativo Nacional, en Brasil
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