Entradas populares

jueves, 5 de diciembre de 2013

Lo que de verdad nos hace falta



Son días competitivos estos en que vivimos, sin sombra de dudas.

La sociedad, el mercado de trabajo, las necesidades personales, todo gana cuerpo y complejidad.  La computación que hace poco no  existía, interligan o aíslan a aquellos que de ella no hacen un uso adecuado.
Los cursos de lenguas extranjeras, la pos graduación sin fin, los estudios, la escuela, todo en nombre de la competitividad.
Así, lo que entonces bastaba para educar, hoy parece poco.
Y, en el ansia de dar instrumentos suficientes a nuestros hijos para enfrentar el monstruo voraz de la competitividad, vamos, sin medidas, buscando  todo y todos, para que el pueda ser el mejor, ser más, ser el primero, ser, en fin, lo que aprendió a competir.
Para eso, no contamos con los esfuerzos en las horas infinitas de los cursos, de los deportes, del esfuerzo escolar, de las clases, comprando las herramientas  para el trabajar, para ser competitivo.
¿Más al final, usted ya paró  para preguntarse para que educamos a nuestros hijos? ¿Qué armas y que combates usted desea que el esté dispuesto para enfrentar?
Si nos preguntaran  que es lo que el mundo precisa, lo que falta en nuestra sociedad, de pronto reconocemos las virtudes que nos hacen falta para el alma: honestidad, respeto al prójimo, compasión, solidaridad.
¿Al final, quien de nosotros no desearía un mundo lleno de todo eso?
Pues bien, es ese el mundo que deseamos. Y ciertamente es el mundo que deseamos para nuestros hijos. ¿Más será que ellos estarán preparados para un mundo así?
¿Será que nuestros hijos tienen elementos en el alma para vivir en un mundo de tolerancia, compasión, solidaridad? ¿Cuánto el alma de nuestros hijos está preparada para un mundo de esos?
¿Será que en la educación de nuestros pequeños hay espacio para lecciones de tolerancia?
La criatura, el joven que no experimenta la lección de convivir con las diferencias, viendo que somos apenas diferentes del lado de fuera, más por dentro somos todos hijos del Padre, jamás sabrá de lo que se trata el tolerar.
¿Y compasión? ¿Tratamos ya de esa materia en la escuela del corazón, que también nuestro hijo cursa aquí en la Tierra?
Ninguna criatura o joven tendrá idea de cómo  el alma es ligera en el placer de minimizar el dolor y la dificultad ajena, si nunca le dieron la oportunidad para hacerlo.
Solidaridad. ¿Ya se hablo de eso en la escuela del hogar? ¿En un mundo donde las desigualdades florecen aquí y allá, ya paramos para enseñar a nuestros amores la necesidad de extender la mano para ayudar a minimizar la miseria, sea del cuerpo o del alma ajena?
No podemos olvidar que la primera escuela de la vida es el hogar, y es en el  donde las lecciones que deseamos para el mundo deben ser aprendidas.
De nada vale desear un mundo sin violencia, si no enseñamos  la ternura y la mansedumbre a nuestros hijos.
Y en los días desafiadores como esos que se presentan, donde las personas pierden las referencias de los valores, donde las lecciones del alma  se perdieron en el afán de educar la mente, buscando apenas  ser competitivos, es en el hogar que debemos cultivar los valores nobles, que hacen el alma fuerte para enfrentar las dificultades de la vida.
No más la preocupación de aprender a ser competitivos, más si entender que ser colaboradores e la lección que la vida nos guarda como el mejor aprendizaje.
Al final, la mayor oportunidad que la vida nos ofrece al estar aquí es la de fundamentalmente  que aprendamos a conjugar en la práctica vivencial de cada uno, un único verbo: amar

Redacción de Momento Espirita.
                                                                  *****************************

 ESTRUCTURA DEL CUERPO ESPIRITUAL

Inicialmente, buscando facilitar una visión más clara del mecanismo de la reencarnación, es necesario reportar al estudio del cuerpo espiritual.
Cuando las entidades espirituales se nos  hacen visibles, sea por la simple videncia mediúmnica, sea por el fenómeno de materialización ectoplásmica, observamos que ellas poseen un cuerpo semejante a nuestro cuerpo físico. En el fenómeno de la materialización, tan estudiado por el famoso físico inglés William Crookes y por el premio Nóbel de Medicina y Fisiología, Charles Richet, los Espíritus se hacen visibles y palpables a todos los presentes a la sesión de estudios.
Innegable es, sin duda, que existen, trampas, fraudes conscientes e inconscientes; no obstante, la gran frecuencia de los fenómenos y el elevado nivel cultural y ético de las personas seriamente envueltas demuestran su realidad.
Aunque la esencia espiritual no tenga  forma, pues el principio inteligente, los Espíritus poseen un cuerpo espiritual anatómicamente definido y con una fisiología propia.
En los planos espirituales tenemos noticias, por numerosos médiums fiables, como Francisco Cándido Xavier (Chico) y Divaldo P. Franco, de la organización de comunidades sociales que los espíritus constituyen, a veces semejanza a las terrestres.
La energía cósmica universal  o fluido cósmico que llena todo el universo es la materia prima que el comando mental de los Espíritus utiliza para la constitución de los objetos por ellos manipulados. Las informaciones más detalladas fueron reunidas por Kardec en “El Libro de los Médiums”, en el capítulo – Del Laboratorio del Mundo Invisible.
El cuerpo de los Espíritus, ya mencionados por el apóstol Pablo y conocido en las diversas religiones con los más diferentes nombres, tales como periespíritu, cuerpo astral, psicosoma y otros, esta también  constituido de un tipo de materia derivada del fluido cósmico universal.
El cuerpo espiritual se presenta moldeable conforme las emanaciones mentales del Espíritu. Cada Espíritu presenta su periespíritu con aspecto correspondiente a su estado psíquico. La mayor elevación intelecto-moral va a determinar como consecuencia una sutilización del propio cuerpo espiritual. En contrapartida, los Espíritus cuyas vibraciones mentales son más inferiores determinan, inconscientemente, que su cuerpo espiritual se presente más denso y oscurecido, no teniendo la irradiación luminosa de los primeros.
Conforme se tienen noticias a través  de numerosos autores espirituales, el periespíritu se presenta estructurado por aparatos o sistemas que se constituyen de órganos; esos órganos están formados por tejidos que, a su vez, están constituidos por células.
Según referencias en las obras de Gustavo Geley y Jorge Andrea, las células del cuerpo espiritual, en un nivel más profundo, son formadas por moléculas que se constituyen por átomos. Los átomos del periespíritu están formados por moléculas por elementos químicos nuestros conocidos, además de otros desconocidos del hombre encarnado. Elementos como hidrógeno y además del uranio, que en la Tierra representan los límites de la materia atómica conocida.
Los átomos y moléculas que constituyen las células del periespíritu poseen una energía cinética propia que es la fuerza determinante de su vibración constante. Cuanto más evolucionada es la entidad espiritual mayor velocidad son los átomos del peri espíritu.
De la misma forma, conforme el adelantamiento moral del Espíritu, mayor el alejamiento entre las moléculas que componen el periespíritu, por su vibración, de ahí la menos densidad de su cuerpo espiritual. Una analogía: el agua en estado líquido, hervida se transforma en vapor por la mayor energía cinética de sus moléculas, determinando un alejamiento entre ellas derivado de la vibración más intensa que pasan a tener. En este ejemplo simple podemos mentalizar el porqué de la ligereza del cuerpo espiritual de las entidades cuyo padrón vibratorio es más elevado.
En el libro “Mecanismos de la Mediumnidad”, de André Luiz, psicografiado por F. Cándido Xavier, encontramos elementos complementarios sobre esta información.
Espíritus de alta jerarquía moral poseen vibraciones de alta frecuencia, o sea, las ondas que emiten o irradian son “finas” o de pequeño expansión de onda.
Los Espíritus más ignorantes o moralmente inferiores poseen vibraciones de baja frecuencia: las ondas que emiten o irradian son más “amplías” o de gran espacio.
Las energías emanadas por las vibraciones de las moléculas periespirituales se traducen también por una irradiación luminosa con colores típicos. Los Espíritus son vistos por los videntes o descritos en las obras psicografiadas emitiendo colores y tonos bastante peculiares a su grado de adelantamiento.
Cuanto más primitiva fuera la entidad espiritual, más oscuros son tonos de los colores y más opacos se presentan. A medida que suben peldaños más elevados en la escala del progreso, pasan a emitir una luminosidad más clara y cada vez más brillante. Resaltemos, no obstante que, transitoriamente, por la postura mental adoptada, transcurrente de situaciones momentáneas, las vibraciones se aceleran o desaceleran, determinando modificaciones en la estructura del cuerpo espiritual, y todo el conjunto se altera. Son descritos casos de zoantropía o licantropía donde las formas periespirituales se animalizan por la postura de odio recalcitrante u otros sentimientos inferiores, deformadores del cuerpo espiritual. El tratamiento reparador de estas deformaciones se efectúa con  la energización de los Espíritus que hemos observado en los trabajos mediúmnicos de que participamos.
Ricardo Di Bernardi               
                                                  **********************

           REENCARNACIÓN

NADIE PUEDE VER EL REINO DE DIOS SI NO NACIERE DE NUEVO Resurrección y reencarnación. – Los lazos de familia fortalecidos por la reencarnación y quebrados por la unicidad de la existencia. – Instrucciones de los Espíritus: Límites de la encarnación.
                       


 – Necesidad de la encarnación –

 ¿La encarnación es un castigo?

1. Jesús, habiendo venido por los lados de Cesárea de Filipo, interrogó a sus discípulos, diciéndoles: ¿Qué dicen los hombres con relación al Hijo del Hombre? ¿Quién dicen que soy? Ellos le respondieron: Algunos dicen que eres Juan el Bautista, otros Elías,otros Jeremías, o uno de los profetas. Jesús les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy? Tomando la palabra Simón Pedro, le dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo de Dios viviente. Jesús le respondió:
Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no fue ni la carne, ni la sangre que te lo reveló, sino nuestro Padre que está en
los cielos. (San Mateo, cap. XVI, v. 13 a 17; San Marcos, cap. VIII v. 27 a 30).

2. Entretanto Herodes el Tetrarca, oyendo hablar de todo lo que Jesús hacía, tenía su Espíritu en suspenso –porque los unos decían que Juan había resucitado de entre los muertos, otros que Elías había aparecido y algunos que uno de los antiguos profetas había resucitado. –Entonces Herodes dijo: Yo hice cortar la cabeza a Juan, pero, ¿quién es éste de quien oí hablar tan grandes cosas?
Y tenía voluntad de verlo. (San Marcos, cap. VI, v. 14 y 15; San Lucas, cap. IX, v. 7,8 y 9).

3. (Después de la transfiguración). Sus discípulos le preguntaban, diciéndole: ¿Por qué, pues, los escribas dicen que es preciso que Elías venga antes? Mas Jesús les respondió: Esverdad que Elías debe venir y restablecer todas las cosas; mas yo les declaro que Elías ya vino, y no le conocieron, mas lo trataron como quisieron. Así ellos harán sufrir al Hijo del Hombre. Entonces sus discípulos comprendieron que era de Juan de Bautista que les había hablado. (San Mateo, cap. XVII, v. de 10 a 13; San Marcos,
cap. IX, v. 11, 12, y 13).
     EL EVANGELIO SEGÚN EL ESPIRITISMO.
ALLAN KARDEC CAPÍTULO IV