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sábado, 29 de septiembre de 2012

La palabra y la buena nueva





La expresión "buena nueva" tiene 2000 años. Era una realidad para los cristianos primitivos, representando para ellos bocanadas de aire nuevo, que insuflaba vida en aquellos corazones doloridos y llorosos por la muerte del Cristo Jesús.

Hoy en día, en todas las partes del mundo, aquellas "buenas nuevas" se hacen presentes en la vida de los cristianos modernos, para revestirnos de nuevas fuerzas y esperanzas, tan necesarias en los momentos planetarios e íntimos que atravesamos.

La palabra se hace verbo. Recordemos "¡Qué se haga la luz! Y la luz se hizo".

Nosotros como criaturas de origen divino, dotados de una chispa divina en nuestro interior, también tenemos este poder creador y cada día lo ejercemos, no siempre de la forma más responsable a nuestro alcance.

Tenemos el poder de crear nuestra felicidad o infelicidad.

Tenemos el poder de construir o destruir.

Al hablar podemos consolar o desatar lágrimas a nuestro paso.

¿Pero nosotros de quiénes somos? ¿Cómo deseamos manifestar nuestra palabra? ¿Cuál deseamos que sea nuestra siembra en este mundo?

La palabra, poderoso instrumento a disposición del hombre para que la utilice teniendo en cuenta todo su poder potencial creador. Recordemos:

"La boca habla de lo que está lleno el corazón"

Reflexionemos sobre la realidad que manifestamos al hablar:

¿Qué habita en nuestros corazones? ¿Cuándo educaremos nuestro hablar, para que sea lo que decimos sí sí, no no?  ¿Cuándo educaremos nuestro hablar, para que nuestro hablar sea cristiano?

Aceptemos la invitación del Cristo para que nuestro hablar haga "Brillar nuestra luz".

Permitamos que nuestro hablar sea la "buena nueva" moderna, que a ejemplo de las buenas nuevas de hace 2000 años, inyectaban esperanza en los corazones sufridos.

Cristo como nuestro hermano mayor, sigue nuestros pasos… y sopla en nuestros oídos mensajes de luz a través de incontables mensajeros de su amor que se encuentran entre nosotros.

Tuvo lugar en los días 16, 17 y 18 de abril de 2010 el III Congreso Espírita Brasileño, donde a través de la mediumnidad de Divaldo Pereira Franco, pudimos recibir el amoroso mensaje de Bezerra de Menezes, una "buena nueva" de los tiempos modernos:

"Estamos ahora en un nuevo periodo, estos días marcan una fecha muy especial, la fecha del cambio de mundo de pruebas y expiaciones hacia mundo de regeneración.

La gran noche que se abatía sobre la Tierra lentamente cede lugar al amanecer de bendiciones. Retroceder ya no es posible. Firmasteis, hijas e hijos del alma el compromiso con Jesús, antes de entrar en la indumentaria carnal, de servirlo con abnegación y devoción.

Prometisteis que le seríais fieles incluso que os fuese exigido el sacrificio. Alargándose los horizontes de este amanecer que viaja hacia la plenitud del día, alegrémonos juntos, los espíritus desencarnados y vosotros que transitáis por el mundo de sombras. Pero más allá del júbilo que a todos nos domina tengamos en mente las graves responsabilidades que nos exornan la existencia en el cuerpo o fuera de él. Deberemos revivir los días inolvidables de la época del martirologio, seremos convidados no solamente al aplauso, al entusiasmo, al júbilo, sino también al testimonio, al testimonio silencioso en los paisajes internos del alma. El testimonio por amor a aquellos que no nos aman, el testimonio de abnegación en el sentido de ayudar a aquellos que todavía se complacen en generar dificultades intentando inútilmente obstaculizar la marcha del progreso.

Iniciada la gran transición llegaremos al clímax y así como el planeta experimenta sus cambios físicos, geológicos, los cambios morales serán improrrogables.

Que seamos nosotros, aquellos espíritus espíritas que demostremos la grandeza del amor de Jesús en nuestras vidas.

Que otros reclamen, que otros se quejen, que otros debatan, que nosotros guardemos en los pliegues del alma el compromiso de amar y amar siempre, trayendo a Jesús de vuelta con toda la fuerza de aquellos días que son lejanos y que están muy cerca. Jesús, hijos e hijas queridos, nos espera.

Que sea nuestro escudo el AMOR, nuestras herramientas el AMOR y  nuestra vida un HIMNO DE AMOR.

Son los deseos que pedimos, los espíritus espíritas aquí presentes y que me sugirieron representarlos ante vosotros.

Con mucho cariño, el servidor humildísimo y paternal de siempre.

Bezerra.

!!!Mucha paz, hijas e hijos del corazón!!!…"

( Extraído del portal http://www.espirita s.es, también disponible en video.)

Grabemos esta invitación en nuestra alma y cultivémosla como una planta que necesita de cuidado constante para echar raíces y crecer:

Que otros reclamen, que otros se quejen, que otros debatan, que nosotros guardemos en los pliegues del alma el compromiso de amar y amar siempre, trayendo a Jesús de vuelta con toda la fuerza de aquellos días que son lejanos y que están muy cerca. Jesús, hijos e hijas queridos, nos espera.

Que sea nuestro escudo el AMOR, nuestras herramientas el AMOR y nuestra vida un HIMNO DE AMOR.

( Aportado por Luciana Reis para Espiritismo Estudios )



Nuestra recompensa se encuentra en el esfuerzo y no en el resultado. Un esfuerzo total es una victoria completa.
Procedencia: Rayen Urquiza





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