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lunes, 17 de septiembre de 2012

EL PAPEL DE LAS RELIGIONES




EL PAPEL DE LAS RELIGIONES EN UN MUNDO PERTURBADO


Antes de nada, me parece muy oportuno que pensáramos el papel que deberían tener las religiones, de un modo general, en un mundo perturbado como el nuestro, en el que una post-modernidad desvariada ha impuesto a los individuos un modo de ser y estar en el mundo desamparado de valores superiores. Vislumbramos en el campo de la convivencia social la propagación de una ética inmediata y utilitaria que desacata el deber de considerarnos, en nuestras actitudes, la felicidad del prójimo.

Esa ética forjada en el seno de una vida materialista y de praxis consumista, establece el desorden social y materializa el egoísmo humano de forma avasalladora invadiendo, inclusive, el ámbito de los espacios destinados a la propagación de la fe y de la espiritualidad.

Nos alerta el Benefactor Espiritual “Camilo” que el materialismo penetró en el seno de las instituciones religiosas inauguradas en el mundo, y pasaran a ser gobernadas por el espíritu de la astucia, del engaño, de la explotación sentimental, de la irracionalidad, y de todo lo que se acostumbra a buscar en las casas de fe, como es el auxilio divino para la mejora de la vida material, para tener la oportunidad de tener, de adquirir, de comprar, de consumir, de ganar más con el afán de construir el Reino de los Cielos aquí mismo, entre los desordenes de la Tierra.

De ese modo, queda claro que la invasión del materialismo, en el ámbito de las relaciones humanas con lo sagrado, hace que las religiones desnaturalicen su propósito original de conectar al individuo con la Causa Primaria, auxiliándole en su proceso de espiritualizació n que, a su vez, pasaría por el despertar paulatino de la conciencia a las Leyes Divinas.

Así, pertenecería a las religiones enseñar a los individuos como encontrar a Dios, inspirándoles el camino recto de las virtudes a través de un código ético, que no debería mezclarse con la mezquindad humana, debiendo ser tan puro como su fuente inspiradora: la creencia innata de la criatura en la existencia del Creador.

Mientras, la especie humana es hábil en argumentos y actitudes para apartar a las religiones de sus nobles propósitos en la Tierra, lo que es fácilmente verificable en las páginas de la historia del pensamiento religioso, inclusive el contemporáneo, cuando variadas instituciones, se envolvieron en conflictos bélicos, santificados a fuerza de adoctrinamiento dogmático expresivo de la multitud de sus adeptos, adoptando posiciones intolerantes en relación a los individuos que creían en el derecho de la libertad de pensamiento, y el rezar siempre conforme a los dogmas establecidos.

Pero el papel fundamental de las religiones, en un mundo perturbado por propuestas materialistas y nihilistas – defensoras de la desesperanza y del pesimismo como vemos en la actualidad – debería estar en el despertar del ser humano a la espiritualidad, o sea, a los valores éticos vividos, que contribuyen en el proceso de iluminación interior, ya que por eso estamos inmersos en la carne, reiteradas veces por el fenómeno de la reencarnación.

Recuerda el teólogo y filósofo Leonardo Boff que espiritualidad está “relacionada con aquellas cualidades del espíritu humano (…) que traen felicidad, tanto para la propia persona como para los demás.

 Quiere decir, que la espiritualidad debe ser fomentada tanto por las religiones, como por las filosofías espiritualistas, promocionando las virtudes del Espíritu, y totalmente encaminada al consciente progreso espiritual del ser.

La vivencia de la espiritualidad, en fin, promueve el aprendizaje de la virtud, esa disposición de la criatura, a la manifestación del bien por pensamientos, palabras y hechos, generándole un estado de plenitud íntima que influencia positivamente a todos con los que convive.

En sus acciones locales, el sujeto virtuoso genera beneficios globales, para la gran familia humana en el sentido de la paz y de la fraternidad universal.

Tenzin Gyatso, el XIV Dalai Lama, eminente líder espiritual comprometido con la paz del mundo y con el diálogo Inter-religioso, ratifica el pensamiento arriba expuesto, sobre el papel de las alternativas religiosas, cuando afirma en uno de sus brillantes escritos: ”el objetivo de la religión como un todo, es volver más fácil el ejercicio del amor, de la compasión, de la paciencia, de la tolerancia, de la humildad, de la capacidad del perdón y de todas las otras cualidades espirituales.

En fin, la función de las religiones en esos días de desasosiego social deberá de ser de agente educativo en el campo de las virtudes regeneradoras del Espíritu, contribuyendo por lo tanto con el esfuerzo de practicarlas, más allá de los templos, en la vida de relación con los otros y con el mundo, medio por el cual nos hacemos capaces de ascender en nuestra existencia evolutiva.
- Vinicius -




ESTUDIANDO A KARDEC:

“El Espiritismo es una doctrina moral que fortifica los sentimientos religiosos en general y se aplica a todas las religiones. Es de todas, y no es de ninguna en particular. Por eso no dice a nadie que la cambie. Deja a cada cual la libertad de adorar a Dios a su manera y de observar las prácticas dictadas por la conciencia, pues Dios tiene más en cuenta la intención que el acto.

 Id pues, cada uno al templo de vuestro culto; y así probareis que os calumnian, cuando os tachan de impiedad.”




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