Aquella tarde de invierno, en un día nublado, frío y triste que cayó sobre aquel pueblo, muchos vecinos hablaban en voz baja, impresionados con lo que estaba aconteciendo.
Y es que en el fondo, se sentían todos como una gran familia, y uno de sus miembros acababa de fallecer. Esa mujer que ayer mismo aún respiraba, se movía,nos hablaba de sus preocupaciones y temores; contaba sus historias,sus ilusiones, proyectos y vivencias, se había ido;Ya no estaría más;pero,¿por qué?; ¿que ha pasado?; ¿por qué ayer sí, y hoy ya no?;¿volverá?.; parece mentira..El caso es que se ha ido y ya no está,...pero mientras tanto, la vida, como un reloj sin alma, sigue funcionando y continúa impasible desgranando las horas y sus días como si nada pasase ni le afectase,con arreglo a lo determina su mecanismo sin alma, ciego e imperturbable.
Mientras tanto, ella ya no está, pero el escenario de su vida permanece; sus cosas, su casa, sus ropas, sus cuadros, su ambiente y hasta los olores que tenía la casa cuando ella aún estaba.
Algunos presenciaron , más tarde, con horror como la tapa dera de la caja mortuoria,se cerraba para siempre,guardandoal ser querido...¿ o no era aquello el ser querido,y solamente era una inerte apariencia de su imagen vacía?
En el templo religioso, solamente se aumentó la tristeza y la amargura de los allegados,alimentando su desespero ante un ritual rutinario y sin esperanza, con un discurso vacío,ininteligible y que no aportaba ningún consuelo a nadie.
¿ Pero, por qué ella ya no estaba?; ¿Qué es lo que quedó guardado dentro de aquella caja ?.
La procesión que se formó después acompañando el cadáver a su última morada, avanzó lentamente , salpicada por una fría llovizna y en medio de un silencio cabizbajo, como eterno, roto solo por algún sollozo mal contenido , formando así una comitiva que avanzaba lentamente, para acompañar cómo último homenaje,al ser querido en aquél camino sin retorno.
¡ Qué dolor y qué tormento!, cuando en aquel oscuro y estrecho agujero entró la caja de madera con su doloroso contenido, destinado a permanecer allí para siempre, con la sola y horrible compañía de otra osamenta, la de su madre,que en el interior de un saco de tela quedó depositada para siempre a su lado.
Después de que el nicho fue sellado bajo la mirada perdida de sus deudos,de sus vecinos y de sus amistades,en medio de un silencio roto solo por el llanto y la desesperación de algún ser querido y allegado,que presa de la incomprensión, se rebelaba contra la irreversible y horrorosa situación que atravesaba, como si de la peor pesadilla posible se tratase. “¿ Por qué nos pasa esto a nosotros?”; Dios mío, si existes, ¿por qué te la llevas ahora ?;¿Por qué nos la quitas?". En esos instantes de dolor arrasador nadie puede aliviar ni contestar a esos humanos y desesperados interrogantes.
Ante semejante cuadro,confieso que sufrí por sentirme tan torpe, incapaz e impotente por no poder ayudar de algún modo en aquellos tristes momentos. Yo, tengo un conocimiento espiritual, pero, ¿ Cómo lo hubiese podido compartir en esos momentos y circunstancias?; me servía a mí solo. Después algo me dijo en mi interior,que el conocimiento es como la fruta, que hay que sembrar primero, tiene que nacer y crecer después, y finalmente tiene que madurar en cada uno. O sea, que es una adquisición que llega cuando la persona se encuentra preparada para asimilarlo, y es patrimonio personal de cada uno.
Yo sentía tener en aquellas circunstancias las respuestas que podrían aliviar sus almas atormentadas, y sin embargo no me atrevo ni a ponerme en lugar de los desesperados afectos, o a practicar eso que llaman empatía,porque a pesar de mis conocimientos y respuestas,tal vez podría ser, que si fuese yo quien atravesase ese drama en primera fila de protagonismo, posiblemente también, como ellos, sucumbiría al dolor.
Siempre tendemos a hablar bien de los que ya se han ido de este mundo, pero lo cierto es que esta mujer, y no lo digo porque ya no esté entre nosotros, siempre demostró ser una persona buena, sencilla y hospitalaria. Además ,ciertamente siempre fue una excelente y abnegada madre y esposa. No tuve la dicha de tratarla durante mucho tiempo, pero sí el suficiente como para quererla a ella y a su familia,gentes sencillas, buenas y nobles por naturaleza.
Lo que quedó encerrado en el interior de aquella caja, era solo materia; una materia de la que ella se revistió humanamente cuando estuvo aquí,y lo que me resulta más evidente es que aquella materia no era ella, el ser amigo y querido , ahora ausente; aquellos despojos eran en donde su Ser habitó durante la vida humana que ahora dejó.¡ Qué horriblesería solamente la posibilidad de que ella en verdad hubiese quedado encerrada allí, para siempre!. No me extraña que alguno de esos familiares dolidos por su pérdida, ante la presencia de aquella envoltura yacente como un cascarón vacío, puedan confundir la realidad con la apariencia horrible de que el ser amado queda allí metido; si eso fuese así,sería peor que el peor de los infiernos imaginados por la teología. Y es que las religiones, aun las llamadas “cristianas”, nunca han abordado esta realidad tal como es,sino que “se han ido por las ramas” del dogma y la fantasía. Nunca han hablado claramente de lo que es la muerte;qué sentido tiene el nacer y después morir;el para qué y el por qué estamos aquí, y tantos y tantos interrogantes que en el fondo,la mayoría nos hemos hecho alguna vez, y para los cuales nunca nos han dado respuestas filosóficamente correctas y coherentes, y cuando las han querido dar, estas han sido tan ambíguas e incomprensibles,basadas en la obligada creencia dogmática.que en el fondo solamente han dejado un vacío y un estado de confusión e incertidumbre en nuestro interior, o sea una falta de luz y de la necesaria y auténtica fe, que es aquella que no ofende a la razón y al sentido de lo lógico y de lo coherente.
Ojalá algún día, estas personas,y tantas y tantas que como ellas se enfrentan a esta realidad de la que jamás nadie estaremos libres,puedan encontrar alguna respuesta aceptable que les reporte algo de luz y de consuelo.
Mientras, a mí me queda la tranquilidad de saber, más que de creer, que nuestra amiga sigue viviendo en otro lugar o dimensión. Esto es algo así como considerar que la vida es como quien contempla un río que con su corriente nos trae y se lleva de todo: penas, alegrías, esperanzas, luchas, pruebas, que llegan y pasan. Cuando el río de la vida nos trae nuestra propia muerte, la vida no cambia, sigue su rumbo de traer y de llevarse aquello que nos trajo; lo único que cambió es que desaparecimos de esta orilla; se nos llevó a nosotros mismos a la otra orilla del río, la otra dimensión, desde la cual seguimos viendo transcurrir la corriente de la vida en su eterno devenir, pero desde el otro lado, de modo que los que quedaron en la orilla anterior, no nos ven, y piensan que nos hemos ido para siempre con la corriente del río de la vida, como todo lo demás, pero sin embargo, esa misma corriente al cabo de mas o menos tiempo, termina por devolvernos de nuevo a esta orilla, en donde seguiremos viendo el río y aprendiendo de todo lo que nos trae. No recordamos detalles más concretos de nuestras vidas anteriores porque nuestra materia orgánica está limitada en el tiempo, con un principio y con un final; ella es parte de lo que nos trae y de lo que después se vuelve a llevar el mencionado río de la vida.
Cuando se penetra un poco en el estudio del Espiritismo, pronto encontramos numerosos testimonios mediúmnicos que nos aclaran y nos describen como es esa “ otra orilla”, en medio de una lógica y avalado por unas pruebas inapela-bles de que, en efecto, sigue la vida después de la muerte del cuerpo, sabemos lo que hay tras el “Velo de Isis” de este mundo en el que nos creemos vivos y además los únicos seres vivos que existen en medio del universo infinito. Por eso creo que es tan importante seguir avanzando en el estudio y el aprendizaje del conocimiento espiritual libre de dogmas y preconceptos religiosos. Para las religiones con sus variados conceptos, solamente son creencias que hay que admitir por una fe impuesta. Para los estudiosos y adeptos de la doctrina espírita, este conocimiento es razonado y razona ble, y supone cuando se adquiere, vivir con una seguridad y una serenidad y aceptación ante sucesos humanos como los aquí relatados, que la gente no termina de comprender y si acaso los achaca al escudo autoprotector ante el dolor con el que, dicen, que los espíritas cristianos nos protegemos de los golpes que da la vida. El conocimiento espírita nos proporciona una paz y un equilibrio interior, que a veces podemos, y siempre debemos transmitir a los demás,para aliviar así ,al menos en parte, esos cuadros de dolor humano que se originan ante la pérdida de seres queridos.
- José Luis-
No llores por lo que perdiste, lucha por lo que te queda, no llores por lo que ha muerto, lucha por lo que ha nacido. no sufras por lo que se ha marchado, ama a quien este contigo. no llores por tu pasado, lucha por el presente.no llores por tu sufrimiento, lucha por tu felicidad. no sufras por los que te odian, celebra con los que te quieren... ( autor desconocido)
Ver blog inquietudesespiritas.blogspot.com