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domingo, 28 de agosto de 2011

MEDIUNIDAD EN EL ESPIRITISMO


El Cristo no pidió mucho, no exigió que las personas escalasen el Everest o hiciesen grandes sacrificios. Él solo pidió que nos amásemos unos a otros.


                     - Chico Xavier -


 MEDIUMNIDAD EN EL ESPIRITISMO
Tres periodos distintos presenta el desarrollo de esas ideas:
primero, el de la curiosidad, que la singularidad de los fenómenos producidos despierta;
segundo, el del raciocinio y de la filosofía;
tercero, el de la aplicación y de sus consecuencias. El período de la curiosidad pasó... comenzó el segundo período, el tercero vendrá inevitablemente" (Kardec, El Libro de los Espíritus, Conclusión, ítem V).  En la lectura con atención a la cita mencionada arriba, principalmente teniendo en las manos el texto completo, vemos fácilmente que Kardec no quiso referirse a períodos excluyentes, pero, si, superpuestos en su desarrollo. Estaríamos engañando si retirásemos del texto una reprimenda, un desaliento que se refiriese, al amplio y libre ejercicio de la mediumnidad en los centros espíritas.

Aunque en elLibro de los Espíritus, Conclusión, ítem VI, Kardec afirma que la fuerza del Espiritismo está en el llamado que hace la razón y el buen sentido común, más  que en las manifestaciones materiales, luego más adelante, él demuestra la imposibilidad y lo ridículo de ofrecer trabas a la libertad de las manifestaciones. En el mismo capítulo, ítem VII, él clasifica el grado de sus adeptos:
"1°.) los que creen en las manifestaciones y se limitan a constatarlas: para ellos, es una ciencia de experimentación;
2°.) los que comprenden sus consecuencias morales;
3°.) los que practican o se esfuerzan por practicar esa moral."
La terminología usada es "grado", por lo tanto, está claro la superposición y no la exclusión de aspectos. Mismo porque, sería absurdo suponer a alguien practicando una moral que no comprendiese. Por lo tanto, prohibir, combatir, restringir o, simplemente, inhibir la mediumnidad, equivale a pensar que la mediumnidad tuvo como única función permitir el surgimiento de la filosofía espírita, para después calcificarse como una "pineal colectiva"; y, esto, es miopía filosófica. El fenómeno mediúmnico es el origen del Espiritismo. Pero, también, su sustentación y continuidad. Es la propia vacuna para que el Espiritismo no venga a volverse una religión dogmática, reducida a cadáver, con conceptos e interpretaciones impuestos por intelectuales, grupos, asociaciones, federaciones, o lo que sea  que venga a surgir como substitutivo de la escolástica y sus consecuencias.


  El momento principal, la "esquina de piedra" cuando el cristianismo naciente se transformó en un movimiento uniformizado y represor fue cuando, por fuerza de decretos retirados en concilios, consiguieron prohibir el contacto con los espíritus. La democracia permitida por la mediumnidad que, siendo fenómeno inherente al ser humano, ocurre en la choza o  en la universidad o en el templo evangélico, fue, en la época citada, sustituida por el autoritarismo.
  La mediumnidad, como todas las facultades naturales del ser humano, es inalienable, irreprimible. Todas las leyes y fuerzas de la naturaleza deben ser conocidas, estudiadas y, no negadas.  ( entonces, ¡cuidemos para no retroceder al período pre-cartesiano!).   
   La gran contribución de la ciencia espírita para el conjunto del conocimiento humano es justamente el dominio del fenómeno mediúmnico en todas sus formas de manifestación. Y la gran contribución de la filosofía espírita es el abordaje y utilización ética de ese gran canal de comunicación entre diferentes dimensiones de la realidad, de manera que cumpla su función natural de impulsar la evolución del individuo y de la civilización. En los últimos años hemos visto un creciente y avasallador  interés por los hechos mediúmnicos, parapsicológicos o psicobiofísicos, abordados, generalmente, bajo un enfoque místico y supersticioso. 
     La obra iniciada  por  Allan Kardec y corajudamente continuada por innumerables investigadores y divulgadores es una piedra de toque, un puerto seguro, un farol iluminando una práctica tan difícil y sin triquiñuelas. De ahí la responsabilidad de los espíritas en contribuir para el momento  histórico  con  el  abordaje  y  la  práctica  racional y lúcida de la mediumnidad.                                                           
  ¿La práctica mediúmnica es complicada, llena de contratiempos y escollos?;  ¿Existen muchas personas que se dicen médiums y, produciendo fenómenos esdrújulos exponen la doctrina espírita al ridículo? ¿Otros explotan el fenómeno mediúmnico, autentico o fraudulento, en beneficio de la autopromoción y hasta del enriquecimiento ilícito? Las respuestas a todas estas preguntas y a muchas otras que pueden ser hechas, es afirmativa. ¿Por eso vamos entonces reprimir o cohibir la mediumnidad en los centros espíritas?     
    Vamos a continuar el trabajo kardeciano de educar la facultad mediúmnica, pues, tal tarea implica  contribuir en la gran obra de educación del propio hombre, condición indispensable de progreso, como afirma con vehemencia la filosofía espírita.

  En verdad, no estaríamos aquí tratando de tales asuntos o recordando, aunque sutilmente, ciertos editoriales de la imprenta espírita, si no fuese por el placer de escribir. Pues, no hay motivo de preocupación en cuanto a ciertas decisiones o modismos recurrentes en el movimiento espírita. Las organizaciones, por más que se juzguen iluminadas, no conseguirían nunca implementar actitudes como la inhibición o eliminación del fenómeno mediúmnico de los centros. 

 El movimiento, es libre, multiforme, suficientemente anárquico, para venir a ser uniformizado bajo un dogmatismo cualquiera.

João Alberto Vendrani Donha 



( ver inquietudesespiritas.blogspot.com)