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sábado, 16 de abril de 2011

Visión espírita de la Pascua





El Espiritismo no celebra la Pascua, pero respeta las manifestaciones de religiosidad de las diversas iglesias cristianas, y tampoco prohíbe que sus adeptos manifiesten su religiosidad.

     La Pascua o Pasaje, simboliza la liberación del pueblo hebreo de la esclavitud sufrida durante siglos en Egipto, pero en el Cristianismo conmemora la resurrección de Cristo, que se dio en la Pascua judaica del año 33 de nuestra era, y celebra la continuidad de la vida.


     El Espiritismo, aunque siendo una Doctrina Cristiana, entiende de forma diferente algunos de las enseñanzas de las Iglesias Cristianas. En la cuestión de la resurrección, para nosotros, los espíritas, Jesús apareció a María de Magdala y a los discípulos, con su cuerpo espiritual, que llamamos periespíritu. Entendemos que no hubo una resurrección corporal, física. Jesús de Nazaret no necesitó derogar las leyes naturales de nuestro mundo para afirmar su concepto de misionero. Su doctrina de amor y perdón es mucho mayor que cualquier milagro, incluso la resurrección.


     Esto no invalida la Fiesta de la Páscoa si la encaramos en su simbolismo. La Pascua Judaica puede ser interpretada como nuestra liberación de la ignorancia, de las maldades humanas, para el conocimiento, el comportamiento ético-moral. La travesía del Mar Rojo representa las dificultades para la transformación. La Pascua Cristiana, representa la victoria de la vida sobre la muerte, del sacrificio por la verdad y por el amor. Jesús de Nazaret demostró que se puede Ejecutar hombres, pero no se consigue matar las grandes ideas renovadoras, los grandes ejemplos de amor al prójimo y de valorización de la vida.



     Como la Pascua Cristiana representa la victoria de la vida sobre la muerte, queremos dejar firmado el concepto que aprendemos en el Espiritismo, que la vida sólo puede ser definida por el amor, y el amor por la vida. Fue por eso que Jesús de Nazaret afirmó que vino al mundo para que tuviéramos vida en abundancia, es decir, plena de amor.


Este artículo fue publicado íntegro por la Revista Católica MISIONES – de la Orden Consolata

Mensaje traducido por ISABEL GONZÁLEZ-España.
ADE-SERGIPE-BRASIL.