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domingo, 31 de octubre de 2010

El horror de la muerte


Aquella tarde de invierno, en un día nublado, frío y triste que cayó sobre aquel pueblo, muchos vecinos hablaban en voz baja, impresionados con lo que estaba aconteciendo. Y es que en el fondo, se sentían como una gran familia, y uno de sus miembros acababa de fallecer.

 Esa mujer que ayer mismo aún respiraba, se movía, nos hablaba de sus preocupaciones y temores; nos contaba sus historias y vivencias, se había ido;Ya no está; pero, ¿por qué?;  ¿que ha pasado?;  ¿por qué ayer sí, y  hoy  ya no?; ¿ volverá?.; parece mentira... El caso es que hoy se ha ido y ya no está,... pero la vida, como un reloj sin alma, sigue  caminado y continúa impasible desgranando sus horas y sus días como si nada pasase ni le afectase, con arreglo a lo determina su mecanismo ciego e  imperturbable.
  
    Mientras tanto, ella ya no está, pero el escenario de su vida permanece; sus cosas, su casa, sus ropas, sus cuadros, su ambiente y hasta los olores que tenía la casa cuando ella aún estaba.

   Algunos presenciaron con horror como la tapadera de la caja mortuoria, se cerraba para siempre, guardando al ser querido; ¿ o no era aquello el ser querido, y solamente era una inerte apariencia de su imagen?

   En el templo religioso, solamente se aumentó la tristeza y la amargura de los allegados, alimentando su desespero al contemplar un ritual con un discurso vacío, ininteligible y que no aportaba ningún consuelo. ¿ Pero, por qué ella ya no estaba?; ¿ Qué es lo que se quedó guardado  dentro de aquella caja ?.

   La procesión que se formó después acompañando el cadáver a su última morada, caminó lentamente, salpicada por una fría llovizna y en medio de un silencio cabizbajo, roto solo por algún sollozo mal contenido , formando así   una comitiva que avanzaba lenta , acompañando  al ser querido en  su  camino sin retorno.

   ¡ Qué dolor y qué tormento!, cuando en aquel oscuro y estrecho agujero entró la caja de madera con su doloroso contenido, a donde iba destinado a permanecer para siempre, con la sola y horrible compañía de otra osamenta, la de su madre, que en el interior de un saco de tela quedó depositada  para siempre a su lado.

    Después que el nicho fue sellado bajo la mirada perdida de sus deudos, de sus vecinos y de sus amistades,en medio de un silencio roto solamente por el llanto y la desesperación de algún ser querido y allegado, que lleno de incomprensión se rebelaba contra la irreversible y horrorosa situación que atravesaba como si de la peor pesadilla posible se tratase. “¿ Por qué nos pasa esto a nosotros?”; Dios mío, si existes, ¿por qué te la llevas ahora ?;¿Por qué nos la quitas?. En esos instantes de dolor arrasador nadie le puede aliviar ni contestar a esos humanos y desesperados interrogantes.

   Ante semejante cuadro sufro por sentirme  torpe e  impotente  por  no poder ayudar de algún modo en aquellos tristes momentos.

   Me parece tener las respuestas que deberían aliviar sus almas atormentadas, y sin embargo no me atrevo ni a ponerme en su  lugar, a practicar eso que llaman empatía, porque a pesar de mis conocimientos y respuestas, pienso que tal vez, si fuese yo quien atravesase ese drama en primera fila de protagonismo, posiblemente también sucumbiría al dolor.

    Siempre tendemos a hablar bien de los que ya se han ido de este mundo, pero lo cierto es que esta mujer, y no lo digo porque ya no esté entre nosotros,  siempre demostró ser una persona buena y hospitalaria. Además , ciertamente siempre fue una excelente y abnegada madre y esposa.  No la conocí durante mucho tiempo, pero sí el suficiente como para llegar a quererla a ella y a su familia, gente sencilla, buena y noble por naturaleza.

   Creo que lo que quedó encerrado en el interior de aquella caja, era solo materia; una materia de la que ella se revistió humanamente cuando estuvo aquí, pero lo que me resulta evidente es que aquella materia no era ella, el ser amigo y querido , ahora ausente. ¡ Qué horrible de verdad sería solamente la posibilidad de que ella de verdad hubiese quedado encerrada allí, para siempre!.  No me extraña que  alguno de esos familiares dolidos por su pérdida, ante la envoltura yacente como un cascarón vacío, puedan confundir la realidad con que el ser amado queda allí metida, y eso, es peor que el peor de los infiernos imaginados por la teología.  Y es que las religiones, aun las llamadas “cristianas”, nunca han abordado esta realidad tal como es, sino que “ se han ido por las ramas” del dogma y la fantasía. Nunca han hablado claramente de lo que es la muerte; el para qué y el por qué estamos aquí; el por qué nacemos y morimos; qué sentido tiene todo esto, y tantos y tantos interrogantes que en el fondo, la mayoría nos hemos hecho alguna vez, y para los cuales nunca han dado respuestas filosoficamente correctas y coherentes, y cuando las han querido dar, estas han sido tan ambíguas  e incomprensibles, basadas en la obligada creencia dogmática, que en el fondo solamente han dejado un vacío y un estado de confusión e incertidumbre  en nuestro interior, o sea una falta de luz y de la necesaria y auténtica fe, que es aquella que no ofende a la razón y al sentido de lo lógico y coherente.

    Ojalá algún día, estas personas , y tantas y tantas que como ellas se enfrentan a esta realidad de la que  jamás nadie estaremos libres, que puedan encontrar alguna respuesta aceptable que les reporte algo de luz y de consuelo.

   Mientras, a mi me queda el consuelo de saber, más que de creer, que nuestra amiga sigue viviendo en otra dimensión. Esto es algo así como considerar que la vida es como quien contempla un río que nos trae y que se lleva de todo: penas, alegrías, esperanzas, luchas, pruebas, que llegan y pasan. Cuando el río de la vida nos trae nuestra  propia muerte, la vida no cambia, sigue su rumbo de traer y  de llevarse aquello que nos trajo; lo único que cambió es que se nos llevó a nosotros mismos a la otra orilla del río, la otra dimensión,  desde la cual seguimos viendo transcurrir la vida, pero desde el otro lado, de modo que los que quedaron en la orilla anterior, no nos ven, y piensan que nos hemos ido con la corriente del río como todo lo demás, pero sin embargo, esa misma corriente al cabo de mas o menos tiempo, termina por devolvernos de nuevo a esta orilla, en donde seguiremos viendo el río y aprendiendo de todo lo que nos trae. No recordamos detalles más concretos de nuestras vidas anteriores porque nuestra materia orgánica está limitada en el tiempo, con un principio y con un final; es parte de lo que nos trae y de lo que después se vuelve a llevar el mencionado río de la vida.

    Cuando se penetra un poco en el estudio del Espiritismo, enseguida encontramos numerosos testimonios mediúmnicos que nos aclaran y nos describen como es esa “ otra orilla”, en medio de una lógica y avalado por unas pruebas inapelables de que, en efecto, sigue la vida después de la muerte del cuerpo, sabemos lo que hay tras el “Velo de Isis” de este mundo  en el que nos creemos vivos y además los únicos seres vivos que existen en medio del universo infinito.  Por eso creo que es tan importante seguir avanzando en el estudio  y el aprendizaje del  conocimiento espiritual libre de dogmas y preconceptos religiosos. Para las religiones  solamente son creencias que hay que admitir por la fe impuesta. Para los estudiosos y adeptos de la doctrina espírita, este conocimiento es razonado y razonable, y supone cuando se adquiere, acompañarnos de una seguridad y una serenidad y aceptación ante hechos humanos como los aquí relatados, que la gente no termina de comprender y si acaso los achaca al escudo autoprotector ante el dolor  con el que, dicen, que  los espíritas nos defendemos de los golpes que da la vida. Nos proporciona una paz y un equilibrio interior, que a veces podemos transmitir a los demás, aliviando así , al menos en parte, esos cuadros de dolor humano que se originan ante la pérdida de seres queridos.

- Jose Luis -


Morir y liberarse

Divaldo P. Franco

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Contra más violentos y vulgares son los comportamientos humanos, los hombres se convierten en presas más fáciles, sometidos a sus verdugos desencarnados. Los hacen sufrir penosas exigencias, alimentándoles las fuerzas, mediante las densas emanaciones mentales y exteriorizaciones fluídicas, en las cuales ellos se saturan, formando grupos de asedio en amplia subyugación de reparación improbable. Les explotan las energías los Espíritus que, a su vez, pasan a depender de las victimas en infeliz parasitosis desequilibrada.

No hay muertes iguales, teniendo en cuenta las conquistas de cada persona, los requisitos espirituales que a cada cual tipifican, los apegos o no a la materia, las fijaciones y juegos de intereses, las dependencias fisicas y mentales, la desencarnación varia de un hombre a otro, el cual experimenta, a su debido tiempo, la perturbación correspondiente, al estado intimo en que se sitúa.

Morir no siempre significa liberarse. La muerte es orgánica, pero la liberación es de naturaleza espiritual.

Esa turbación espiritual puede demorarse breves minutos, en los Espíritus nobles, como consecuencia de la gran cirugía y hasta siglos, en los más embrutecidos que nos e dan cuenta de lo que sucede….

En las desencarnaciones violentas, el periodo e intensidad del desajuste espiritual corresponde a la responsabilidad que rodeó el proceso fatal.

En los accidentes de los que no se tiene verdadera culpa, una vez pasado el brusco choque, siempre dura el periodo de perturbación al que ocurre en condiciones de carencia moral, cuando la persona pasa a ser considerada en la condición de suicida indirecto.

Lo mismo sucede en los casos de homicidio, en que la culpa sea o no de quien perece, responde por los efectos en aflicciones que continúa experimentando.

Los suicidas, por la gravedad del gesto de rebeldía contra los códigos divinos, se lastiman y sufren muchos años la desdicha, que enfrentan, en estado lamentable y complicado, el problema del que pretenden huir, sufriendo la persecución de crueles adversarios que reencuentran más allá de la tumba, que los someten a cruciales procesos de sufrimientos en dolores morales y físicos, frente a la destrucción del organismo que fuera preparado para un periodo más largo en la Tierra…

En las muertes violentas, las lamentaciones y los improperios por la falta de fe religiosa, a la par de la angustia dolorosa y la rebeldía, promueven escenas que al espíritu del fallecido, le produce desconsuelo, porque al atravesar momentos de alta sensibilidad psíquica, automática vinculación con el cuerpo sin vida y la familia, se transforma en una lluvia de centellas ardientes, que le alcanzan, hiriéndolo y dándole la sensación de ácidos que lo corroen por dentro.

Al ser llamado y no poder comunicarse, experimenta dolores que lo hieren, además de la desesperación moral que lo domina.

La misericordia divina lo adormece en los primeros periodos para tratar de ponerlo a reposar, lo que difícilmente consigue por las exageradas lamentaciones de los familiares. Cuando logra hacerlo, al no haber sabido valorar los tesoros de la vida con la consiguiente preparación para el viaje inevitable, se siente confundido por el choque de la desencarnación y se agita en angustiosas pesadillas, que son la liberación de imágenes perturbadoras de ls zonas profundas del inconsciente…

Para que se pueda completar una reencarnación desde el principio de la fecundación, transcurren años que se extienden hasta la primera infancia. Es natural que la desencarnación necesite de tiempo suficiente para que el espíritu se desprenda de los fluidos más groseros, en los cuales estuvo sumergido…

La violencia en la forma como ocurre en un accidente, mata solamente el cuerpo físico, sin que ellos signifiquen la liberación del ser espiritual.

Las enfermedades de larga duración, soportadas con resignación, Ayudan a liberar al espíritu de la materia, teniendo el espíritu tiempo para pensar en las legitimas realidades de la vida., despegarse de las personas, pasiones y cosas, pensar con más propiedad en lo que le aguarda más allá del cuerpo, movilizar el pensamiento en círculos de aspiraciones superiores.

Al evocar a los familiares que ya partieron, se vincula a ellos por los delicados hilos de los recuerdos, recibe de los mismos la inspiración y ayuda al desprendimiento del organismo fisiológico.

Los dolores morales bien aceptados proveen aspiraciones y ansias de paz en otras dimensiones, desenvolviendo las fuerzas constrictoras que lo atan al mundo de las formas.

El conocimiento de los objetivos de la reencarnación y el comportamiento correcto en el ejercicio de las funciones fisicas contribuyen también, al desprendimiento en el fenómeno de la muerte.

Con esas acciones no se pretende transformar la vida, en un sufrir sin esperanzas, en una renunciación sin limites, lejos de la alegría y de la paz.

Debemos entrenarnos para enfrentar el instante de la muerte que inevitablemente nos llegará.

El Espíritu en el Más Allá, es el conjunto de sus experiencias vividas.
Nadie puede desperdiciar los dones de Dios y permanecer libre de la reparación.
Trabajo extraído  por Merchita del libro “En las Fronteras de la Locura” Divaldo Pereira Franco-   



Qué es el Espiritismo?


En el año 1848, llamaron la atención en los Estados Unidos de América diversos fenómenos extraños, que consistían en ruidos, golpes y movimientos de objetos sin causa conocida. Estos fenómenos, con frecuencia, tenían lugar espontáneamente con una intensidad y persistencia singulares; pero se notó también que se producían, más particularmente, bajo la influencia de ciertas personas que se designaron con el nombre de médiums, quienes podían, hasta cierto punto, provocarlos a su voluntad, lo que permitió repetir los experimentos.


Con preferencia se servían de mesas, no porque este objeto fuese mejor que otro, sino simplemente porque es móvil, más cómodo y porque podemos más fácil y naturalmente sentarnos junto a una mesa que junto a cualquier otro mueble. Se obtuvo de este modo la rotación de la mesa, después movimientos en todas direcciones, saltos, caídas, elevaciones, golpes violentos, etc. Este fenómeno fue designado, en un principio, con el nombre de mesas giratorias o danza de las mesas.
 .
Hasta aquí el fenómeno podía explicarse perfectamente por una corriente eléctrica o magnética, o por la acción de un fluido desconocido, y ésta fue la primera opinión que se formó. No tardó en reconocerse, en estos fenómenos, efectos inteligentes de manera que los movimientos obedecían a la voluntad; la mesa se dirigía a la derecha o a la izquierda de una persona determinada, se levantaba, cuando se le mandaba, sobre una o dos patas, daba los golpes que se le pedían, marcaba el compás, etc. Quedó probado desde entonces, con evidencia, que la causa no era puramente física, y según el axioma de que si todo efecto tiene
una causa, todo efecto inteligente debe tener una causa inteligente, se dedujo que la causa de este  fenómeno debía ser una inteligencia

¿Cuál era su naturaleza? Esta era la cuestión. El primer pensamiento fue que podía ser un reflejo de la inteligencia del médium o de los asistentes, pero la experiencia demostró muy pronto la imposibilidad de que así fuera, porque se obtuvieron cosas completamente ajenas al pensamiento y conocimiento de las personas presentes, y hasta en contradicción con sus ideas, su voluntad y sus deseos; no podía proceder sino de un ser invisible. El medio de cerciorarse de esto era muy sencillo: se trató de entrar en conversación con aquel ser, lo que se hizo por medio de un convenido número de golpes que significaban sí o no o designaban las letras del alfabeto, y se obtuvieron de este modo respuestas a las diferentes preguntas que se le hacían.

Este fue el fenómeno que se designó con el nombre de mesas parlantes. Preguntados todos los seres que se comunicaban de este modo sobre su naturaleza, declararon ser espíritus y pertenecer al mundo invisible. Habiéndose producido los mismos efectos en un gran número de localidades, por medio de diferentes personas, y siendo observados, además, por hombres muy respetables y muy ilustrados, no era posible que fuesen juego de una ilusión. Este fenómeno, de América, pasó a Francia y al resto de Europa, y durante algunos años, las mesas giratorias o parlantes estuvieron de moda, llegando a ser la diversión de los salones.

Luego, el fenómeno presentó un nuevo aspecto que le hizo salir del círculo de simple curiosidad.
Las comunicaciones por golpes eran lentas e incompletas; se notó que adaptando un lápiz a un objeto movible, como una cestita, tablita u otra cosa sobre la cual se apoyaban los dedos, se ponía el objeto en movimiento y trazaba caracteres. Más tarde, se reconoció que aun estos objetos no eran más que accesorios, de los cuales se podía prescindir. La experiencia demostró que el espíritu, obrando sobre un cuerpo inerte para dirigirlo a su voluntad, podía tener acción del mismo modo sobre el brazo o la mano para conducir el lápiz.

Entonces se obtuvieron médiums escribientes, esto es, personas que escribían de una manera involuntaria a impulso de los espíritus, las cuales venían a ser de este modo instrumentos e intérpretes de los espíritus.
Desde este momento, las comunicaciones no tuvieron límites y el cambio de pensamientos pudo hacerse con tanta rapidez y extensión como entre los vivos. Era, pues, un vasto campo abierto a la exploración, el descubrimiento de un nuevo mundo: el mundo de los invisibles, como el microscopio había hecho descubrir el mundo de los infinitamente pequeños. ¿Qué espíritus son éstos? ¿Qué destino tienen en el Universo? ¿Con qué fin se comunican con los mortales? Tales fueron las primeras preguntas que se trataron de resolver.

Se supo muy pronto, por ellos mismos, que no son seres excepcionales en la Creación, sino las mismas almas de aquellos que han vivido en la Tierra o en otros mundos;que estas almas, después de haberse despojado de la envoltura corporal, pueblan y recorren el espacio.
No fue ya lícito ponerlo en duda cuando entre ellos se reconocieron parientes y amigos, con los cuales se pudo entablar conversación, al venir a dar pruebas de su existencia, a demostrar que sólo muere el cuerpo, que el alma o espíritu vive siempre; y nos hicieron comprender que están aquí a nuestro lado, como durante su vida, viéndonos, observándonos, rodeando solícitos a aquellos a quienes han amado y cuyo recuerdo es para ellos una dulce satisfacción.

Los golpes y los movimientos son, para los espíritus, un medio de atestiguar su presencia y llamar sobre ellos la atención, de la misma manera que lo haría una persona para avisar que alguien llama. Los hay que no se limitan a ruidos moderados, sino que producen un alboroto semejante al de la vajilla cuando se rompe, al de las puertas cuando se abren y cierran o al de los muebles cuando son arrastrados por el suelo.
Por medio de estos golpes y movimientos convencionales han podido expresar sus pensamientos: pero la escritura ha puesto a su alcance un medio más completo, más rápido y más cómodo, y por esto la prefieren a todos los otros.
Por la misma razón que pueden formar caracteres, pueden guiar la mano para hacer trazar dibujos, escribir música, ejecutar un trozo de ella en un instrumento cualquiera; en una palabra, en defecto de su propio cuerpo, que no tienen ya, se sirven del cuerpo del médium para manifestarse a los hombres de una manera palpable.
Los espíritus pueden también manifestarse de muchas maneras, entre ellas la visión y la audición. Ciertas personas llamadas médiums auditivos tienen la facultad de oírles, y pueden así conversar con ellos; otros los ven: éstos son médiums videntes.
Los espíritus que se manifiestan a la vista se presentan generalmente bajo una forma análoga a la que
habían tenido durante su vida, pero vaporosa: otras veces esta forma tiene todas las apariencias de un ser viviente, hasta el extremo de producir completa ilusión y de que a veces se les haya tomado por personas de carne y hueso, con las cuales se ha podido hablar y cambiar apretones de manos, sin saber que se trataba con los espíritus más que por su desaparición instantánea.
La vista general y permanente de los espíritus es muy rara, pero las apariciones individuales son muy frecuentes, sobre todo en el momento de la muerte. El espíritu, desprendido del cuerpo, parece que se da prisa en ir a ver a sus parientes y amigos, como para advertirles que acaba de dejar la Tierra y manifestarles que vive aún. Evoque cada uno sus recuerdos, y entonces verá cuántos hechos auténticos de este género, a los cuales no se ha hecho caso, han tenido lugar, no solamente por la noche durante el sueño, sino en
pleno día y en el estado más completo de vigilia.
En otro tiempo se miraban estos hechos como sobrenaturales y maravillosos, y se atribuían a la magia y a la brujería; hoy los incrédulos los achacan a la imaginación; pero desde que la ciencia espiritista ha dado la clave de ellos, se sabe cómo se producen y que no salen del orden de los fenómenos naturales. El Espiritismo, sin embargo, no es un descubrimiento moderno; los hechos y los principios en que descansa se pierden en la oscuridad de los tiempos, porque se encuentran sus huellas en las creencias de los pueblos, en todas las religiones, en la mayor parte de los escritos sagrados y profanos, sólo que los hechos incompletamente observados han sido interpretados con frecuencia con arreglo a las ideas supersticiosas de la ignorancia, y sin haber deducido de ellos todas las consecuencias.
En efecto, el Espiritismo está fundado en la existencia de los espíritus, pero no siendo estos más que las almas de los hombres, desde que hay hombres hay espíritus. El Espiritismo, pues, ni los ha descubierto ni inventado. Si las almas o espíritus se manifiestan a los vivos, es porque esto es natural, y desde luego han debido hacerlo en todas las épocas. Así es que de todas ellas y en todas partes se hallan pruebas de sus manifestaciones, las cuales abundan, mayormente, en los relatos bíblicos. Lo moderno es la explicación lógica de los hechos, el conocimiento más completo de la naturaleza de los espíritus, de su misión y de su modo de obrar, la revelación de nuestro estado futuro, y en fin, su constitución en cuerpo científico y doctrinario y sus diversas aplicaciones.
Los antiguos conocían el principio, los modernos conocen los detalles. En la antigüedad, el estudio de esos fenómenos era privilegio de ciertas clases, que no los revelaban más que a los iniciados en sus misterios. En la Edad Media, aquellos que se ocupaban de ellos ostensiblemente eran vistos como hechiceros y se les quemaba. Pero hoy no hay misterios para nadie, a nadie se quema, todo se hace a la luz del día, y todo el mundo está dispuesto a ilustrarse y a practicar, porque en todas partes se encuentran médiums y cada uno puede serlo, más o menos.
La doctrina que enseñan hoy los espíritus no tiene nada de nuevo; se encuentran fragmentos de ella en la mayor parte de los filósofos de la India, de Egipto y de Grecia, y completa en la enseñanza de Cristo. ¿A qué viene, pues, el Espiritismo? A confirmar con nuevos testimonios, a demostrar con hechos, verdades desconocidas o mal comprendidas, y a restablecer en su verdadero sentido aquellas que han sido mal interpretadas o voluntariamente alteradas.
Cierto es que el Espiritismo no enseña nada nuevo: ¿pero es poco probar de una manera patente e irrefutable la existencia del alma, la supervivencia al cuerpo, su individualidad después de la muerte, su inmortalidad y las penas y recompensas futuras?
Desde el punto de vista religioso, el Espiritismo tiene por base las verdades fundamentales de todas las religiones: Dios, el alma, la inmortalidad, las penas y las recompensas futuras, pero es independiente de todo culto particular. Su fin es probar la existencia del alma a los que la nieguen o dudan de ella; que sobrevive al cuerpo, y que sufre después de la muerte las consecuencias del bien o del mal que ha hecho durante la vida corporal, lo cual pertenece a todas las religiones.
Como creencia en los espíritus, pertenece a todas las religiones y forma parte de todos los pueblos, puesto que donde hay hombres hay almas o espíritus, y puesto que las manifestaciones han tenido lugar siempre, y su relato se encuentra en todas las religiones sin excepción. Se puede ser, pues, griego o romano, protestante, judío o musulmán, y creer en las manifestaciones de los espíritus, y por consiguiente, ser espírita; la prueba está en que el Espiritismo tiene adeptos en todas las sectas.
Como moral, es esencialmente cristiano, porque la que enseña no es más que el desarrollo y la aplicación de la de Cristo, la más pura de todas y cuya superioridad no es negada por nadie; prueba evidente de que es la ley de Dios, y que la moral está a disposición de todo el mundo.
Siendo independiente el Espiritismo de toda forma de culto, no prescribiendo ninguno, y no ocupándose de dogmas particulares, no es una religión especial, porque no tiene sacerdotes ni templos. A los que le preguntan si hacen bien o mal en seguir tal o cual práctica, responde: Si creéis vuestra conciencia obligada a hacerlo, hacedlo: Dios tiene siempre en cuenta la intención. En una palabra, no se impone a nadie; no se dirige a los que, teniendo fe, están satisfechos con ella, sino a la numerosa categoría de los vacilantes e incrédulos. No los arrebata a la iglesia, puesto que moralmente se han separado de ella total o parcialmente; les hace recorrer las tres cuartas partes del camino para volver a aquélla, a la cual toca hacer lo demás.
.Es verdad que el Espiritismo combate ciertas creencias, tales como las penas eternas,el fuego material del infierno, la personalidad del diablo, etc., ¿pero no es verdad que estas creencias, impuestas como absolutas, han creado en todas las etapas de la Humanidad incrédulos y los hacen aún hoy en nuestros días? Y si el Espiritismo, dando a estos y a otros dogmas una interpretación racional, conduce a la fe a aquellos que la abandonan, ¿no presta un servicio a la religión? Así es que un venerable eclesiástico decía con respecto a este asunto: "El Espiritismo hace creer algo, y vale más creer algo que nada creer del todo."

No siendo los espíritus más que las almas, no pueden negarse aquéllos sin negar éstas. Admitiendo las almas o espíritus, la cuestión, reducida a su más simple expresión, es ésta: ¿las almas de aquellos que han muerto se pueden comunicar con nosotros? El Espiritismo prueba la afirmación con hechos materiales: ¿qué prueba puede darse de que no sea posible? Si lo es, todas las negaciones del mundo no impedirán que lo sea, porque esto no es ni un sistema, ni una teoría, sino una ley de la Naturaleza, y contra las leyes de la Naturaleza es impotente la voluntad del hombre. Es, pues, preciso aceptar de buen o de mal grado las consecuencias y conformar a ellas sus creencias y sus costumbres.                                                                  ¿Qué es el Espiritismo?
                                                  

Introducción al conocimiento del mundo invisible por las
manifestaciones de los espíritus
POR
Allan Kardec

                                                              

sábado, 30 de octubre de 2010

Comportamiento ideal ante la pérdida de seres queridos


La         La primera idea que ante esta cuestión debemos grabar en nuestra mente con mayúsculas, con el fin de actuar correctamente, es : ¡ SERENIDAD!
La    
            La separación de un ser querido siempre es humanamente dolorosa aunque se sepa que no es para siempre, pero debemos considerar que en los planos y mundos del Mas Allá no existe el sentido del tiempo que aquí tenemos por lo que , lo que lo que para nosotros es una separación tal vez muy larga o de muchos años, allí es apenas un instante fugaz, o sea que la ausencia es también fugaz y el reencuentro con nosotros siempre les será un acontecimiento feliz.

            Es normal que ante la pérdida de un Ser querido sintamos aflicción, porque es un sentimiento muy humano. Pero esto muchas veces en realidad esta aflicción encubre un acto de egoísmo por nuestra parte, porque preferimos retenerlo a nuestro lado aunque sea sufriendo, antes de dejarlo partir libre hacia un mundo mejor; pero claro está: eso del mundo mejor para la mayoría es algo subjetivo y dudoso , una cuestión de fe abstracta, religiosa o simbólica. Sin embargo, nosotros podemos estar seguros y afirmar aunque sea ante la presencia del cadáver, que ¡ ellos viven!.

Es       Es lógico que situando el alma en esos lugares abstractos e inaccesibles que las religiones nos han pintado, sintamos una barrera abismal y una distancia vertiginosa entre los que se fueron y los que quedamos.
        
          La oración por los que se han ido, sentida y realizada con Amor y buenos deseos hacia ellos , es una vibración psíquica y espiritual, que les causa una ayuda y una fuerza de carácter moral que les puede ser de gran utilidad al facilitarles el tránsito desde un plano al otro.

Sería conveniente y hasta necesario el que la gente supiese con mayor certeza, el hecho  real de que sus muertos viven y se mantienen cerca de nosotros, aunque no los veamos o no siempre los sintamos, y que siguen pensando , sintiendo y amando como cuando estaban aquí.

Jose Luis

Arrepentimiento, Culpa y Reparación

Arrepentimiento, Culpa y Reparación
Un camino de Esperanza
 El camino mejor para una persona que cometió uno error y que  lo comprendió así, es  sin duda, el arrepentimiento. Ese seria el primer  grito de la conciencia para anunciar que aquello que nosotros hicimos, no lo deberíamos de haber hecho. La conciencia moral nos advierte en cuanto a lo que vale  nuestra acción.
   
Desde el  punto de vista ético y de vivencia pudiese afirmar que el arrepentimiento es una insatisfacció n causada por la violación de uno principio moral acepto por la persona como valor necesario. Esto resulta en la libre aceptación de la punición o castigo , ademas de lo que la persona se dispone a evitar futuras transgresiones.
En el plano de la evolución del Espirito el arrepentimiento en si mismo ya es una conquista, ya que significa que hubo alguno progreso. Solamente se arrepienten sinceramente las criaturas que lograran desarrollar una cierta sensibilidad (feeling en la lengua inglesa), lo que Kardec llamo apropiadamente de madurez del sentido moral . Y es esta madurez que nos permite comprender la esencia de la Doctrina, consonante a la análisis particular que Kardec hace acerca de los buenos espiritas:
(...) la parte por así decir material de la ciencia solamente requiere ojos que observen, mientras la parte esencial exige uno cierto grado de sensibilidad, la que si puede llamar madurez del sentido moral, madurez que es independiente de la edad e del grado de instrucción, porque es peculiar al desenvolvimiento, en sentido especial, del Espirito encarnado”. (1)
El pensamiento espirita establece una nítida relación entre sentido moral e sensibilidad .
Proponiendo una reflexión de la naturaleza psico-socioló gica que confirma nuestro raciocinio, Kardec considera que los lazos de familia son más fuertes en el seno de una civilización moral mas avanzada (como parece ser la nuestra), e que “eses lazos, más flacos en los pueblos primitivos, si fortalecen con el desenvolvimiento de la sensibilidad e del sentido moral”. (2)
Kardec afirmo que “con la inteligencia y el sentido moral nacen las nociones del bien y del mal, del justo e del injusto” (3). E nacen también los fenómenos emocionales del arrepentimiento, del remordimiento e de la culpa, que abren caminos para la futura reparación.
Como vemos, hay una estrecha relación entre la sensibilidad, desenvolvimiento del sentido moral e arrepentimiento . Ese representa una expresión de sensibilidad del ser que ya alcanzo uno cierto grado de su consciencia moral. Ya no si encuentra en una condición de embotamiento de su capacidad de valoración e ni enceguecido por el egoísmo que lo impele a atender exclusivamente sus intereses, no raras veces en perjuicio de muchos.
El arrepentimiento, de ese modo, puede ser entendido como una experiencia de alguien que ya consigue si sensibilizar delante de sus acciones infelices e recorre, en seguida, el rumbo que la madurez psicológica ya alcanzada le permitir.
Es evidente que existen grados diferenciados de arrepentimiento, variando desde formas mas pálidas e fugaces hasta la posición de profunda sinceridad, fruto de la madurez psicológica. En ese último caso, hay una disposición del ser para el reajuste a través de la reparación.
Los Espiritos esclarecen que el arrepentimiento en el estado corporal tiene como consecuencia “hacer que, ya en la vida actual , el Espirito progrese, si tiene tiempo de reparar sus faltas. cuando la consciencia lo expropie e le exponga una imperfección, el hombre puede siempre mejorarse” (4).
Es común que nos sintamos culpados en consecuencia del acto psicológico e moral del arrepentimiento. En ese sentido, hay que se establecer una distinción entre la culpa terapeutica e la culpa patológica . La primera es saludable, al paso que la segunda provoca trastornos variados.
La culpa puede se desdoblar en remordimiento como puede llevar el individuo a conductas y experiencias de mayor equilibrio.
Cuando alguien se equivoca por algún motivo e se arrepiente, es comprehensible que surja la culpa en las pantallas de la consciencia.
No siendo la culpa un sentimiento negativo en si, cumple el papel de nos despertar la consciencia para la renovación de actitudes, recompondonos moralmente. Es claro que no estoy a referirme à culpa como experiencia emocional que si baste a si propia. Apenas sentir la culpa no determina ninguna transformació n. Es precisamente en esta etapa que la responsabilidad establecerá el punto de ruptura entre la culpa saludable y la no saludable.
Al lidiar con el sentimiento de culpa, si el individuo asumir la responsabilidad sobre sus proprios actos e actuar verdaderamente como uno adulto, sabrá enfrentar de modo maduro las consecuencias de sus actos. Y en ese caso no se inquietará con los tormentos conscienciales del remordimiento, lo cual representa un grado mas profundo de culpa. La culpa es como una constante insatisfacció n e recusa en la consciencia, mientras que el remordimiento traduce un estado inquietador en la alma por el error cometido. Es una cuestión de grado.
Cuando convertimos la culpa en responsabilidad, crecemos psicologicamente. De esto resultará la disposición para el heteroperdón (perdonar el otro) bien como para el auto-perdón (perdonarse) , pasos fundamentales para la reparación.
Por otro lado, la fijación en los cuadros de remordimiento se nos tornará mas difícil la revisión de los actos, la reflexión madura e la consecuente actitud de responsabilidad ya referida. Será providencialmente necesario, en ese sentido, vivenciar los resultados del remordimiento, sus consecuencias, para podernos mas tarde nos liberar de tales cobranzas internas e despertar nuestro sentido de responsabilidad. Cuando la culpa domina nuestro interior, estamos delante del remordimiento, lo cual si convierte en verdigo interno, verdugo de nosotros mismos, a producir cuadros mentales e emociones descontroladas que representan la base para numerosos otros problemas e trastornos psicológicos.
La responsabilidad marca, de hecho, una diferencia en la conducta del ser. Ser responsable es reconocer humildemente sus faltas e desear sinceramente reparar el mal cometido. Asumir nuestras responsabilidades es tener la coraje de ser, es demonstrar capacidad de actuar con elevación e dignidad, sin escamoteares o criar justificativas no sustentables. En muchas situaciones entendemos (cuando la culpa es consciente) o sentimos (cuando la culpa es inconsciente) que las conductas auto-punitivas generadas e sustentadas por el sentimiento de culpa estarían a servicio de algún “pago” de la divida moral. Personas que cometieran errores e que se arrepienten, pueden terminar por se punir, acreditando que en el fundo no merecen una vida mejor, una vida feliz. Si auto castiga por la consciencia de culpa que les visita la alma. No se permiten recomenzar o reparar la falta cometida. La culpa paraliza el individuo en la deletérea inacción, dándole al mismo tiempo la falsa idea de rescate o re ajustamiento. No nos levantamos por el dolor elegido e vivido en clima de insatisfacció n, lamentaciones e revuelta, como aliás propone el amigo espiritual Lacordaire en “Bien sufrir e mal sufrir”. (5)
En una lenguaje de la filosofía existencial, tener responsabilidad significaría salir de una vida banal, no autentica e vulgar para una vida autentica e filosófica, a través de la consciencia de los problemas existenciales e de su condición de ser existente no mundo, siendo ello responsable por todos sus actos. Esta autenticidad si traduce por la coraje de ser, de romper con la banalidad en las relaciones humanas e ser lo que si elige ser.
El pensamiento espirita está todo el basado en la noción de responsabilidad personal por los propios actos.
Veamos lo que afirmaran los Espíritus a ese respecto:
Disteis al animal el instinto que le traza el límite de lo necesario y él maquinalmente se conforma con eso; pero al hombre además de su instinto, le disteis la inteligencia y la razón; le disteis también la libertad de observar o infringir aquellas de vuestras leyes que le conciernen personalmente, es decir, de escoger entre el bien y el mal, a fin de que tenga el mérito y la responsabilidad de sus acciones.. (6)
Es necesario considerar que estas nociones de responsabilidad e consciencia de los resultados morales de las acciones van si desarrollando en el ser inmortal lentamente, al largo de su proceso de evolución espiritual, lo que si reflexiona en el proceso de desenvolvimiento psicológico y emocional del ser encarnado.
Asumida la responsabilidad, ya estamos avanzando en dirección a la reparación.
Kardec considera tres pasos fundamentales en eses casos: el arrepentimiento, la expiación e la reparación. Ese modelo rompe con la visión culturalmente transmitida hasta los días de hoy según la cual debemos temer el mal e buscar a todo cueste el bien.
Cuantos conflictos neuróticos dominaran nuestro campo de consciencia y emocional por el remordimiento patológico a que nos entregamos por cuenta de uno sistema de valores (personal e social compartiendo muchas veces) construido sobre las bases del miedo e de la culpa! Hasta hoy resuman de nuestro inconsciente los residuos de tales conflictos.
El modelo propuesto en el pensamiento espirita se nos revela acogedor, humanista e moralmente elevado en sus fundamentos.
Analizando el asunto en “El Cielo y el Infierno", Kardec afirma que “el arrepentimiento, a pesar de que sea el primero paso para la regeneración, no basta por si solo; son necesarias la expiación e la reparación. (...) Arrepentimiento, expiación e reparación constituyen, por lo tanto, las tres condiciones necesarias para apagar los trazos de una falta e sus consecuencias” (1ª parte, cap. VII, iten 16).
Apagar los trazos de una falta e sus consecuencias es tarea para los seres que ya despertaran la consciencia para otros valores e adoptan, por esto mismo, una postura mas realista e productiva en la vida.
En algunas tradiciones religiosas basta el individuo si arrepentir, que el estará exento de las responsabilidades sobre los actos cometidos anteriormente. Entendiese que en eses casos el perdón sea una dádiva, una gracia, e no una conquista, algo que resulta del trabajo e del esfuerzo.
Kardec esclarece:
El arrepentimiento suaviza los clavos de la expiación, abriendo por la esperanza el camino de la rehabilitació n; solo la reparación, sin embargo, puede anular el efecto destruyéndole la causa. Del contrario, el perdón seria una gracia, no una anulación.
Vemos en el trecho encima que es la esperanza lo que resulta del arrepentimiento. Siendo ese el primer paso, es comprensible que haya, por la expiación, sufrimientos físicos e morales, todavía esto será precedido por la esperanza.
Es la esperanza que nos da la fuerza necesaria para los regates que si hacen necesarios, a fin de que nuestra consciencia si tranquilice pasado la reparación. De ese modo, la visión defendida por el Espiritismo hay que ser siempre optimista y esperanzadora, por cuanto no si desea la muerte del impío, si no que el si convierta, que deje el malo camino en que vive”, conforme asevero el profeta Ezequiel (33:11) e cuya enseñanza encuentra se en la página de rosto de la obra El Cielo y el Infierno”.
Es el propio Codificador quien lo evidencia, cuando considera que desde que si manifiestan los primeros vislumbres de arrepentimiento, Dios le hace entrever la esperanza”.
Observese que la esperanza podrá resultar desde los primeros vislumbres de arrepentimiento. Esto significa que la expiación e la reparación podrán ser frutos de la esperanza, al mismo tiempo en que ella propia sustenta las acciones del ser en la realización de lo que le compete para asumir las consecuencias de sus conductas.
Ese modo de pensar invierte la lógica del pensamiento judaico-cristiano. Antes si admitía la necesidad de sufrir para evolucionar. Aquí si entiende que el sufrimiento es accidente del camino, e no una condición “sine cua non” para el desarrollo de las potencialidades del ser. Sufrimos por cuenta de nuestras acciones equivocadas e no debido a uno impositivo de la Ley de Dios. El único impositivo de esta es nuestro crecimiento moral e intelectual para conquistarnos, nosotros mismos, la felicidad plena por la perfección relativa.
La noción de expiación es tratada con el mismo tono de esperanza e optimismo. Hay personas que mismo teniendo bebido altas doses de conocimiento en las fuentes seguras del conocimiento doctrinario espirita entienden que la expiación es sanción, case castigo. Afirmo el codificador que hasta que los últimos vestigios de la falta desaparezcan, la expiación consiste en los sufrimientos físicos e morales que le son consecuentes, sea en la vida actual, sea en la vida espiritual pos muerte, o todavía en nueva existencia corporal. (item 17 – CI)
No ser nuestro planeta uno “vale de lágrimas”, implica que la expiación consiste, en realidad, de experiencias que terminan por desenvolver nuestra sensibilidad más profunda. Es como el proceso de dilapidación de una piedra preciosa. Para demostrar nuestra esencia precisamos vivir experiencias de amor, pero cuando delinquimos en el amor, en el conocimiento, el sufrimiento es camino que si nos abre para el desarrollo de nuestra sensibilidad e maduración de nuestro sentido moral delante de la vida. Afirmo Kardec que la reparación consiste en hacer el bien aquellos a quien se había hecho el mal” (7).
Como estamos considerando nuestra jornada evolutiva como un camino de esperanza, recordémonos en los momentos difíciles de arrepentimiento e culpa, cuando “nuestro corazón nos condena”, de queDios es mayor que o nuestro corazón, e conoce todas las coisas” (8).
(*) Henrique Fernandes Miembro Expositor de la Asociación Médico-Espírita del Rio de Janeiro. Miembro Consejero de la Rádio Rio de Janeiro. Maestro en Psicologia, Psicólogo e Psicoterapeuta.

Aportación del Espiritismo a la Ciencia


 El ser humano siempre ha creído desde su limitada superioridad, estar en posesión de la verdad.  ¿Pero qué verdad es esa que tiene tantas caras distintas? Cada uno la concibe de una manera diferente, y sin embargo todos defienden su parcela de verdad como si la de los otros no lo fuera. ¿Por qué ese afán de reduccionismo?
¿Acaso no sería mejor tener una mente abierta a otras posibilidades, y negar aquellas sólo cuando se hubieran verificado y contrastado, no antes, sólo por conformismo, orgullo o comodidad?
 
No todos los que se llaman parapsicólogos lo son realmente. Cómo no todo el que se dice espiritista lo es. La confusión o el error viene dado por el mal uso o abuso del nombre que se le da a las cosas. La mala imagen que vulgarmente se tiene sobre la parapsicología, viene por dos partes.
De un lado, por la apropiación y mal uso del nombre. Podemos observar como muchas personas se auto denominan: videntes, espiritistas, astrólogos, parapsicólogos etc. Lo ponen todo en el mismo saco como reclamo publicitario para sus lucrativos negocios.
Por otro lado la desinformación, en general, entre las personas comunes sobre lo que es o no la parapsicología.
Así se juzga a todo un conjunto, por la imagen inapropiada de unos pocos, pero curiosamente estos pocos son los que más ruido hacen.

Así mismo pasa con el espiritismo, ese gran desconocido. Cualquiera puede erigirse como espiritista sin tener la más mínima noción sobre lo que es el espiritismo y lo que no lo es.

Frente a esto, también sucede que hay parapsicólogos responsables y espiritistas serios. Pero cada uno va por su lado, en lugar de compartir e investigar aunando esfuerzos y conjugando disciplinas, cada uno piensa que el otro esta en un error.

El trabajo que me dispongo a presentar, representa apenas unas pinceladas de un enorme mural, tomadas de otros contextos más extensos y profundos, que sería imposible de abordar en tan limitado tiempo. Apenas dos o tres ideas sobre el estudio que desde hace mas de una década vengo realizando y que muy lejos de concluir, cada vez se va ampliando. A cada paso, se multiplican los interrogantes. Es tan basto el campo de investigación que nos proporciona la literatura mediúmnica y los fenómenos espíritas, que tendré materia de estudio para varias décadas más, y aún así no podré concluir.

La ciencia aunque aparentemente abierta a los hechos nuevos, mantiene una enorme cautela sobre las cuestiones que parecen envolver problemas ligados a la naturaleza espiritual del hombre. Fue precisamente por este motivo, que Thouless y Wiesner propusieran, en el 1º Congreso internacional de parapsicología, en la ciudad de Utrech, en 1.953, la nomenclatura: Función Psi.

Los Fenómenos PSI se dividen en dos tipos aceptados por prácticamente todos los parapsicólogos:
a) PSI-GAMA: los efectos mentales como: telepatía, clarividencia, clariaudiencia, pre-cognición, retro-cognición, xenoglosia, etc.; conceptuados por Richet como fenómenos subjetivos
b) PSI-KAPA: los efectos físicos, acción de la mente sobre la materia: como levitación, transportes, desvíos de pe­queños cuerpos, poltergeis etc. los objetivos de Richet
Algunos parapsicólogos modernos aceptan una ter­cera categoría de fenómenos paranormales:
c) PSI-TETA: fenómenos paranormales con interferencia del  "mundo de los muertos". Como son las experiencias de quasi muerte, experiencias fuera del cuerpo y aquellas ligadas a fenómenos  reencarnatorios.

Podemos sintetizar todos los fenómenos de la naturaleza en dos grandes grupos: Los fenómenos físicos y los Fenómenos psíquicos.

Los fenómenos físicos son aquellos producidos por las fuerzas de la propia naturaleza, estudiados por las ciencias físicas, químicas, astronómicas, biológicas etc.

Los fenómenos psíquicos, como el nombre indica, son aquellos producidos por el psiquismo humano (psique+mente = espíritu)

Hernani Guimarae Andrade, conceptuado parapsicólogo espírita, divide los fenómenos psíquicos producidos por personas saludables o sanas en dos grandes grupos:

Fenómenos Psíquicos normales: aquellos cuyo mecanismo causal se encuadra en el conjunto de las leyes conocidas. Son fenómenos aceptados y estudiados por la ciencia convencional. (Lectura, agresividad, miedo, escritura etc.)

Fenómenos Psíquicos paranormales: Son los fenómenos psíquicos que no encuentran aún una explicación plausible, cuyos mecanismos todavía no forman parte  del conjunto de las leyes naturales conocidas. Esos fenómenos, por el hecho de no poder ser explicados, no son aceptados aún por la ciencia oficial.

Los fenómenos paranormales atendiendo a su naturaleza pueden ser  de dos tipos fundamentales: Anímicos y Mediúmnicos.

Anímicos: El termino anímico, ya existente, fue utilizado con nuevo significado por Alexandre Aksakof, profundo estudioso de las ciencias psíquicas, consejero científico de la academia Rusa de ciencia. Este autor se apropió de la expresión latina “anima” (= Alma) para designar los fenómenos paranormales que eran producidos por la propia alma humana.

Mediúmnicos: El termino mediumnidad fue usado por primera vez por Allan Kardec para designar la facultad inherente a todas las personas, que las ponían en comunicación con seres extra-corpóreos. Por tanto, los fenómenos mediúmnicos  son aquellos fenómenos paranormales que, para su producción, necesitan de la actuación de seres desencarnados o sea de espíritus.

Diferencias básicas entre fenómeno Anímico y fenómeno Mediúmnico:

   FENÓMENO ANÍMICO

  1. No hay interferencia de seres espirituales
  2. Participan del fenómeno uno o más elementos encarnados
  3. Agente generador: sensitivo
  4. Fenómenos estudiados por la parapsicología
  FENÓMENO MEDIUMNICO

  1. Hay interferencia de seres espirituales
  2. Participan del fenómeno por lo menos dos elementos: encarnado y desencarnado
  3. Agente generador: médium
  4. Fenómenos estudiados por el Espiritismo
Al contrario de lo que muchos se piensan el Espiritismo no es estar frente a una mesa y llevar a cabo la ouija o la evocación de los espíritus. Tampoco tiene nada que ver con el tarot, o con esos que se autodenominan médiums y espíritas, sin ni siquiera conocer el Espiritismo, o peor aún que hacen profesión de la mediumnidad. Un espírita nunca cobra por su labor mediúmnica.
No es espiritismo el uso de amuletos, higas, señales cabalísticas, rituales como ceremonias de casamiento, bautizos, etc., ni vestidos especiales para el trabajo espiritual, ni velas, sahumerios y otros objetos de culto, comunes a una serie de religiones.

 Los que no conocen el Espiritismo piensan que los fenómenos espiritistas se producen como los experimentos de física y química. De aquí la pretensión de someterlos a su voluntad y el rechazo a colocarse en las condiciones necesarias para la observación. No admitiendo, en principio, la intervención de los espíritus o no conociendo por lo menos ni su naturaleza ni su manera de obrar, proceden como si operaran en la materia bruta, y porque no obtienen lo que desean, concluyen que no existen los espíritus.
¿Pero hay realmente evidencias de la existencia de los espíritus?

Lo que parece sin demostración alguna son exactamente las evidencias de la inexistencia del espíritu.

En verdad, lo que puede observarse en cada episodio es el sistemático rechazo de la explicación espiritista, considerada, a priori y sin ninguna justificación científica, como definitivamente descartable. Además de eso, hay un encuadramiento previo, también injustificado, de los hechos en la categoría psíquica. De ahí las "explicaciones" insólitas y reduccionistas.

¿Cómo se explicarían, entonces, los 1200 casos del profesor Hemendra Nat Banerjee (1931-1985) y los 2600 casos del Dr. Ian Stevenson, que sugieren fuertemente que se trata de casos de reencarnación? ¿Cómo quedarían las evidencias de los millares de curaciones obtenidas gracias a las terapias de vidas pasadas? ¿Vamos a ajustarlas todas, una por una, a la desgastada suposición del fraude? ¿Serían sólo fenómenos de la mente, o estarían ahí implicados otros factores más allá de los psíquicos? ¿Cómo se explican las ectoplasmias de Kate King obtenidas gracias a la mediumnidad de Florence Cook? ¿Se habría dejado engañar William Crookes, como sugieren algunos críticos? (Amadou, l966).

Igualmente quedarían sin explicación satisfactoria los casos de Poltergeist, en que las acciones físicas observadas contrarían el principio universal de la conservación de la energía, si fuesen encaradas por el prisma de la Parapsicología llamada ortodoxa. (Goldstein, 1997). En ese Poltergeist, además de actividades físicas continuas y de gran dispendio de energía, hubo el aporte de un Jeep Toyota, enteramente cargado de mercancía, pesando cerca de 2500 kgs. a la distancia de 40 metros y en pendiente. El impacto del vehículo contra una de las columnas del almacén con que chocó, fue suficiente para torcer completamente el parachoques.
Pues bien, ¡no hubo ninguna señal que revelase quien habría funcionado como epicentro!.

Hernani Guimaraes Andrade desarrolló investigaciones en el campo de la paranormalidad por más de  66 anos. Publicó 11 libros, 75 casos de reencarnación registrados, 34 casos de poltergeist documentados y una infinidad de fenómenos mediúmnicos observados.  
Las experiencias de éste ingeniero espírita llevaron a la creación del Modelo Organizador Biológico y la construcción del Tensionador Espacial Electromagnético. La hipótesis verificada por el investigador, es que la unión del espíritu con la materia es realizada a través de un campo de naturaleza magnética, denominada  Campo Biomagnético.

Las reuniones que se ocupan en manifestaciones espiritistas no están siempre en buenas disposiciones para obtener resultados satisfactorios, o producir la convicción: hay algunas, preciso es decirlo, de las que salen los incrédulos menos convencidos de lo que entraron, objetando entonces a los que les hablan del carácter grave del Espiritismo, con el relato de los acontecimientos, frecuentemente ridículos, de que han sido testigos

Vulgarmente nos formamos una idea falsa de los espíritus; no son éstos, como creen algunos, seres vagos e indefinidos, ni llamas como las de los fuegos fatuos, ni fantasmas como las de los cuentos de aparecidos. Son seres semejantes a nosotros, que como nosotros, tienen un cuerpo, pero fluídico e invisible en estado normal.

La comprobación y estudio de la manifestación de los espíritus, de sus facultades, de su situación feliz o desgraciada y de su porvenir: en una palabra, el conocimiento del mundo espiritual es el objeto del Espiritismo. Comprobadas esas manifestaciones, dando por resultado la prueba irrecusable de la existencia del alma, de su supervivencia al cuerpo, de su individualidad después de la muerte, es decir, de la vida futura, siendo por lo mismo la negación de las doctrinas materialistas, no por razonamientos, sino por hechos.

¿Qué método emplea la ciencia espirita en sus investigaciones y estudios?

El libro de la Génesis (1,14-16-17) lo precisa de manera muy clara: " Como método de elaboración, el Espiritismo utiliza exactamente el mismo que las ciencias positivas, es decir, aplica el método experimental. Se presentan hechos de un orden nuevo que no pueden explicarse mediante las leyes conocidas: el Espiritismo los observa, compara y analiza, y del efecto se remonta a la causa, y de ésta a la ley que los gobierna, luego deduce sus consecuencias y busca sus aplicaciones útiles... Es rigurosamente exacto decir que el Espiritismo es una ciencia de observación y no un producto de la imaginación. Las ciencias no progresaron hasta que no basaron sus estudios en el método experimental; hasta hoy se pensaba que ese método sólo era aplicable a la materia, mientras que lo es también para las cosas metafísicas”

Estas aclaraciones nos llevan a pensar que no existe ninguna rivalidad entre la ciencia natural y la ciencia espiritual; por el contrario se complementan.

"El Espiritismo y la ciencia, agrega la Génesis, se complementan mutuamente. La ciencia sin el Espiritismo es impotente para explicar ciertos fenómenos, contando sólo con las leyes que rigen a la materia, así como el Espiritismo sin la ciencia carece de apoyo y control. El estudio de las leyes de la materia debería preceder al de las leyes espirituales..."

"El Espiritismo fue la primera ciencia dedicada al estudio de los fenómenos paranormales, y al mismo tiempo la ciencia madre a partir de la cual, habrían de surgir, las demás disciplinas de investigación psíquica como la Ciencia psíquica inglesa, la Metapsíquica de Richet, la Psicofísica de Schrenk-Notzing, la Física Trascendental de Zóellner, la Parapsicología de Rhine, la psicotrónica de los países de Europa del este e incluso la psicología Transpersonal; si consideramos que el estudio de los estados alterados de conciencia, tiene sus orígenes en las investigaciones de Allan Kardec sobre el trance mediúmnico, la obsesión, los estados de emancipación del alma como el sueño, el sonambulismo, la catalepsia, el éxtasis; el recuerdo de vidas anteriores, etc." (Gómez Montanelli).

Hace casi un siglo que se estudian los fenómenos orgánicos y psíquicos de la mediumnidad. En Brasil, uno de los más importantes estudiosos en esa área es el neuropsiquiatra Sergio Felipe de Oliveira, master en ciencias por la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo y director de la Clínica Pineal Mind. En su hipótesis de trabajo, dice que la glándula pineal es el órgano sensorial de la mediumnidad, pues como un teléfono celular, capta las ondas del espectro electromagnético, que vienen de la dimensión espiritual, y el lóbulo frontal hace el juicio crítico del mensaje, auxiliado por las demás áreas encefálicas.

Mediante la difracción de los rayos X,  la tomografía computerizada y la resonancia magnética. Tuvo la oportunidad de observar en los cristales de apatita, producidos en la calcificación de la glándula pineal, una micro circulación sanguínea que los mantiene metabolitamente activos y vivos. Dice tratarse de estructuras diamagnéticas que repelen ligeramente el campo magnético, y eso hace que la onda camine en rebote de un cristal a otro. Así se produce el secuestro del campo magnético por la glándula. Cuantos más cristales tenga una persona, más posibilidades tendrá de captar ondas electromagnéticas. Los médiums ostensivos tienen un mayor numero de cristales.

En el siglo XVII, Descartes enseñaba que la glándula pineal o epífisis era la sede del alma. Hasta hace bien poco, esa estructura cerebral era considerada simplemente como un órgano  vestigial, un resquicio del fotorreceptor dorsal o tercer ojo presente en ciertos vertebrados inferiores.


Sin embargo, fue a partir de 1.945, con el lanzamiento del libro “ Misioneros de la Luz”, recibido por el médium Chico Xavier, tuvimos mas amplias revelaciones en cuanto a las funciones de la epífisis en el complejo mente-cuerpo-espíritu. En él, el autor espiritual, André Luiz, pseudónimo del respetado médico y científico de inicio siglo (XIX), fallecido en Río de Janeiro, expresándose en la condición de reportero e investigador del más allá, explica las funciones, hasta entonces desconocidas, de la pineal. “No se trata de un órgano muerto, si no una poderosa fabrica”, esclarece. Estas y otras valiosas informaciones pueden ser resumidas en 5 puntos.

1.- La epífisis segrega hormonas psíquicas o “unidades-fuerza” que controlan las glándulas sexuales y todo el sistema endocrino. En la pubertad, acuerda en el organismo del hombre las fuerzas creadoras. A los 14 años, aproximadamente, deja la acción frenadora que ejercía durante el periodo infantil y recomienza a funcionar como fuente creadora y válvula de escape. A partir de la adolescencia promueve, por tanto, la recapitulación de la sexualidad, hace como que la persona examine el inventario de sus pasiones vividas en otras existencias, que reaparecen bajo fuertes impulsos. Tanto los cromosomas de la bolsa seminal como los del ovario reciben influencia directa y determinada. De este modo, su posición en la experiencia sexual es básica y absoluta.

2.- Preside los fenómenos nerviosos de la emotividad, como órgano de elevada expresión del cuerpo etéreo.

3.- Comanda las fuerzas subconscientes bajo la determinación directa de la voluntad, gracias a su unión con la mente, a través de principios electromagnéticos del campo vital.

4.- Provee de energía psíquica todos los almacenes autónomos de los órganos.

5.- Es la glándula de la vida mental, una de las principales expresiones físicas del chacra coronario, el más importante centro vital del psicosoma o cuerpo espiritual, instalado en el diencéfalo.

Como vemos, en 1.945, André Luiz (espiritu) reveló funciones extremamente especializadas e importantes de la pineal en la economía orgánica, no sospechadas aún por la investigación médica terrestre y fue el más allá, afirmando que estamos ligados a otras dimensiones de vida, a través de ella.

Durante la tarea mediúmnica, la epífisis se vuelve extremadamente luminosa. En ese momento, entran en juego vibraciones sutilísimas, no detectadas por  aparatos comunes.

La Providencia Divina dotó a esa pequeñísima estructura, semejante a un guisante y con la forma de un pino, que no pesa más de 100mg, de una extraordinaria potencialidad de laboratorio que permite traducir estímulos psíquicos en reacciones de orden somático y viceversa, colocando al ser encarnado en permanente contacto con el mundo espiritual – que es eterno, primitivo, preexistente.
No menos importantes son las consecuencias de los referidos descubrimientos, con énfasis en las “partículas mind” del Dr. Charon, sobre el principio de la existencia y supervivencia del espíritu, principio que no fue inventado por la doctrina espírita, se sabe que es muy antiguo.
Con eso, queda abierto un nuevo derrotero para la investigación científica, donde la relación espíritu-materia, gracias a la pionera aportación de la doctrina espírita, que la ciencia ahora se acerca a comprobar, pasa a ser incluida en el campo de la ciencia, ya que ha inaugurado la era del espiritualismo científico.
Recurramos ahora a un importante hallazgo de las ciencias biológicas que ayuda a comprender desde el punto de vista de la ciencia los misterios de la vida.
Se trata del descubrimiento del los Campos “L” o “campos de vida” por las investigaciones del Dr. Saxton Burr de la Universidad de Yale, cuando, a lo largo de 30 años de investigación, descubrió que “el modelo u organización de cualquier sistema biológico está establecido por un completo campo electrodinámico”.
O sea, alrededor de los seres vivos hay un campo eletroctromagnético que los modela y los dirige. Ha logrado, con esto encontrar un camino para solventar el enigma del por qué los sistemas biológicos tienden a la organización y a la regeneración mientras los sistemas físicos tienden siempre al desorden o entropía.
Allan Kardec desde 1857 ya había hablado de estos “campos de vida” que los espíritus denominaron el periespíritu, definiéndolo como “cuerpo fluídico semimaterial que liga el espíritu al cuerpo de carne”, cuya función es ser un organizador biológico, con elevado papel en la psicodinámica del individuo.
Las propias ciencias, todavía, no han asimilado todo el impacto revelador de tales descubrimientos. Mucho trabajo queda por hacer para la profundización y la reforma del inmenso sistema de enseñanza, investigación y control científico. Hemos de convenir, que tales descubrimientos no han hecho más que levantar una pequeña parte del “velo”; pero ya admiten que hay algo allí, que no son capaces de conocer todavía. Todo esto refuerza el papel pionero de la revelación de los espíritus.
En el campo de las investigaciones sobre la relación entre “el cerebro y la mente” los descubrimientos también refuerzan las tesis espíritas. El Dr. Wilder Penfild, neurocirurgiano canadiense de reconocimiento mundial fundador del Instituto Neurológico de Montreal donde a lo largo de treinta años se dedicó a dirigir equipos de científicos y cirujanos, buscando soluciones para problemas como la epilepsia, el aprendizaje del lenguaje, de la memoria, de los estados de la conciencia, etc., ha logrado impresionantes avances en esta área. Inclusive desarrolló estudios junto a Ramón y Cajal y Del Rió Ortega en Madrid. En su libro “El misterio de la mente” demuestra que la dinámica cerebral no es capaz de explicar el funcionamiento de la mente. Ha concluido que  “no es posible que no exista una mente independiente del cerebro, que lo programa y sobrevive a la muerte del cuerpo”.
Con todo esto se vienen abajo las afirmaciones de algunos científicos que aseveran que el cerebro es el centro de todas las actividades Psicofisiologicas, en las que el pensamiento es una especie de “sudor Cerebral”. Se necesita, por supuesto, una amplia revisión conceptual y experimental. Para eso han venido las nuevas ciencias de la psicotrónica; la parapsicología, neuropsicología, neurofisiología la psicobiofísica, etc.
El Dr. Brain Weiss, conocido psiquiatra del Hospital de Miami, autor del best seler “Muchas vidas, muchos maestros”, ha llegado a conclusiones que impresionaron a la comunidad científica y reforzaron los principios espíritas de la reencarnación y de la comunicabilidad de los espíritus.
A través de la regresión hipnótica de memoria de varios de sus pacientes ha logrado entrar en varias vidas anteriores que ellos habían tenido. Y además ha establecido contacto con varios “maestros”, como él los llamó, y que se trata de espíritus superiores, que le orientaron con gran sabiduría.
Antes de que el Dr. Weiss concluyese como una realidad la reencarnación y como una ley natural, lo mismo que el Dr. Ian Stvenson, el Dr. Barnerji, Hernani Santana, y tantos otros científicos del siglo XX, ya había sido enseñada la reencarnación mediante las revelaciones de la doctrina espírita y comprobada con bases científicas hace más de un siglo y que las doctrinas orientales promulgaron hace milenios.
El Espiritismo del mismo modo que con los anteriores principios ha venido a aportar pruebas científicas y filosóficas sobre la reencarnación, demostrando que la reencarnación sólo es una ley de la naturaleza y que no es un delirio de los espiritistas e investigadores del mundo de los espíritus, y que pasa a dar sentido comprensible a la palabra justicia en el diccionario divino.
Así, con estas confirmaciones científicas de las leyes que rigen el mundo espiritual, se pone fin a la era del dualismo entre el mundo natural y el mundo sobrenatural, inaugurando la era en que los asuntos que antes eran exclusivos del manejo del misticismo, de la superchería y de las religiones dogmáticas, ahora pertenezcan también al mundo de la ciencia.
En estos momentos, quisiera agradecer a tantas y tantas personas que en el día a día y gracias a sus esfuerzos, tanto más penosos en cuanto que además de los propios de la investigación, han tenido que soportar la critica injustificada y la burla, a veces mal intencionada, o por ignorancia, de interesados adversarios, que por su posición o comodidad, no han permitido que se esclarezca la verdad.  

Entre tantos quisiera hacer una mención especial a aquellos más cercanos, que han favorecido con sus estudios e investigaciones el trabajo que acabo de presentar y en el que voy a continuar profundizando.

Don  Hernáni Guimarae Andrade – Ingeniero técnico, (ya fallecido)
Don  Sergio Felipe de Oliveira – Doctor Neuropsiquiatra y Master en ciencias
Dña  Marlen Nobre – Doctora Ginecóloga y Presidenta de la Asociación Medico espirita de Brasil
Don Luís Almeida – Astrofísico y asesor de la agencia espacial europea
Dña Ligia Almeida –Doctora cardióloga y presidenta de la Asociación Medico espirita de Portugal
Don Raúl Teixeira – Catedrático de Física de la U. Fluminense RJ Brasil y Médium Psicógrafo
Don Carlos R. Campetti – Profesor universitario de Humanidades, periodista y Médium Psicofónico
Don Divaldo Pereira Franco – profesor brasileño y Médium, escribió más de 160 libros por psicografía con grandes revelaciones de diversos espíritus.
Don Francisco Candido Javier Médium espírita, (ya fallecido) escribió cerca de 400 libros, de diferentes autores espirituales, entre otros el de André Luiz
Y muy especialmente al profesor y pedagogo francés Hipólito León Denizard Rivail Allan Kardec. El codificador del espiritismo

Desde hace mas de 14 años que vengo estudiando el espiritismo, la mediúmnidad, los efectos mediúmnicos y anímicos. En todo ese tiempo, han sido numerosos los casos en los que la observación metódica, el examen riguroso sin prejuicios, y la reflexión lógica y encadenada de los hechos observados, me han dado la oportunidad, no sólo de ilustrarme y adquirir mayores conocimientos. Sobre todo me han servido para ser mejor persona. Comprendiendo la realidad espiritual que nos rodea y nos envuelve, intuímos el porvenir que nos espera y tenemos la oportunidad de regenerar los valores morales que garanticen la evolución del ser humano en la tierra.

Mi aspiración es la de compartir mi experiencia y conocimiento con otras personas que sinceramente quieran encontrar respuestas, sin prejuicios y con la mente abierta a todas las posibilidades; pero sobre todo mi aspiración última es la de seguir aprendiendo.

  JOAQUÍN HUETE PUERTA